Un concurrido concierto con 24 artistas y más de doce horas de duración que se realizó hace cinco meses a las afueras de Bogotá dejó satisfechos a miles de seguidores del género de moda, el reguetón. Sin embargo, el éxito de la presentación contrasta con la incertidumbre de un grupo de inversionistas que, buscando alta rentabilidad, financiaron el evento y le giraron al empresario organizador una millonaria cifra. Pero hoy, los dineros no aparecen, los responsables evaden los giros y el asunto llegó a la justicia penal y civil.
Todo comenzó con propuestas de negocios mediante redes sociales. Un grupo de Facebook denominado Networking Universidad de Los Andes que reúne a más de 10.000 personas, en su mayoría egresados de la prestigiosa institución académica, fue uno de los medios mediante el cual Juan Carlos Aguilar Sanmiguel, representante de la empresa AS Invesment promocionaba un amplio portafolio. Desde inmuebles en remate judicial, franquicias, vehículos de alta gama, hasta inversión en cervezas artesanales. Una atractiva variedad de negocios que llamó la atención de varios miembros del grupo de profesionales.
Luego de indagar, a través del correo electrónico anunciado en Facebook, por uno de los negocios ofrecidos, el 15 de septiembre de 2018, una de las potenciales inversionistas, egresada de la Universidad de Los Andes, recibió un correo electrónico de respuesta de Aguilar Sanmiguel mediante el cual le enviaba una oferta comercial con el propósito de que invirtiera en un evento musical denominado ‘La Convención del Amor’ que se realizaría, el 22 de septiembre, a través de la empresa I Love Bogotá SAS.
La atractiva oferta era prácticamente irresistible. El 15% de utilidad por el capital invertido durante 45 días. Las garantías eran múltiples. Cheques posfechados, un contrato de seguro y una carta de pago que tenía la condición de irrevocable de la empresa encargada de la boletería, Tu Zona Ticket, la cual giraría el dinero en favor de cada uno de los inversionistas después del evento. Aguilar, según la indagación que realizan las autoridades, aseguró que la venta de boletas para ese momento ya ascendía a los $1.000 millones y que la proyección de ventas por consumo de bebidas y alimentos estaban proyectadas a otros $1.000 millones.
En un mensaje de WhatssApp en poder de la Agencia de Periodismo Investigativo, Aguilar le aseguró a uno de los inversionistas que: “ (…) se garantiza el pago de la utilidad del 15% más el capital, pase o no pase el evento. El evento ya tiene $1000 millones de pesos en ventas, ya pasó punto de equilibrio”. Al ser indagado del porque un evento que ya había vendido una extraordinaria taquilla necesitaba de inversionistas, Aguilar respondió que el problema era de flujo de caja, es decir, que necesitaba dinero en efectivo porque no podían disponer de la taquilla si no días después del concierto”.
Facsímil del modelo de pagaré evento "I Love Bogotá" Festival, La Convención del Amor
Luego de recibir un nuevo correo del empresario Aguilar en el que adjuntaba el modelo de pagaré y de contrato que él denominó de “seguro”, así como el reporte de taquilla actualizado al 12 de septiembre, advirtió que la inversión debería realizarse a más tardar en los dos días siguientes ante la proximidad del evento. Entusiasmados por una inversión que prometía una gran utilidad en poco tiempo, varias personas se animaron a invertir. De esta, manera aparecieron, nuevas personas como profesionales independientes, empleados del sector público, un general (r), un coronel (r) y hasta una alta funcionaria de un organismo de control. Se estima, que entre todos, giraron $1.300 millones a los organizadores del concierto.
Uno de los inversionistas, aún desconfiando, además de las garantías, le solicitó a Aguilar un codeudor. Este, de inmediato sugirió como deudor solidario a Jefferson González Rivera, representante legal de la empresa I Love Bogotá de quien aseguró tenía el respaldo patrimonial en inmuebles, vehículos y otros activos.
Tres días antes del concierto en las instalaciones de la firma I Love Bogotá se reunieron inversionistas con Juan Carlos Aguilar y Jefferson González y les ratificaron que tenían los mejores exponentes del reguetón. Tego Calderón, Plan B, Alexis y Fido, Rkm & Ken-Y, L’omy, La Factoría, Latin Dreams, entre otros artistas, con un plus, la participación de la modelo Natalia París como DJ. Las entradas oscilaban en un precio entre $70.000 hasta palcos de $1.6 millones.
En la reunión con los inversionistas, Jefferson González de I Love Bogotá y Juan Carlos Aguilar de AS Investment, expusieron nuevamente lo que habían afirmado en correos electrónicos y mensajes de WhatsApp en poder de la Agencia de Periodismo Investigativo, API. González hizo un recuento de su experiencia exitosa durante nueve años en la realización de eventos y conciertos y aseguró que el concierto del 22 de septiembre para el cual requería la inversión ya había llegado al punto de equilibrio. Así mismo mostró una proyección de utilidades que ascendía a los $500 millones, derivadas de la venta de alimentos y licor. Y entregó un dato adicional, necesitaba el dinero de los inversionistas para sufragar los tiquetes de los artistas y su equipo pero por ley no podía disponer antes de realizarse el evento del dinero recaudado por boletería.
Juan Carlos Aguilar, por su parte, les aseguró que la empresa AS Investments, de la cual era su representante legal, era una compañía experta en inversión y asesorías financieras y jurídicas, “con inversiones propias de US$5 millones de dólares e inversiones externas de US$6 millones de dólares, 324 clientes satisfechos y 743 negocios cerrados”. Esta información coincida con la que se suministraba en la página web de As Investment publicada en esa fecha. Sin embargo, esta información fue modificada días después. Y al ser indagado por los inversionistas si él había invertido en alguna oportunidad en los eventos de I Love Bogotá, este no dudo en responder que sí y que recomendaba invertir en este evento.
Convencidos con los argumentos, de la solvencia económica y las garantías presentadas, el 18 de septiembre, los inversionistas, firmaron un contrato con uno de ellos, denominado de participación atípica con I Love Bogotá de Jefferson González. En concreto, “con el fin de entregar el 19 de septiembre de 2018 ciento ochenta millones de pesos ($180.000.000), a cambio de que estos retornarán el día 2 de noviembre de 2018, el capital invertido, más una utilidad del quince por ciento (15%), correspondiente a veintisiete millones de pesos (27.000.000)”.
Animados por el jugoso rendimiento, los inversionsitas, firmaron al día siguiente otro contrato, con las mismas condiciones del anterior y por $40 millones de pesos adicionales. Ese mismo día, Juan Carlos Aguilar y Jefferson González acompañaron hasta la entidad bancaria a los inversionistas quienes hicieron un depósito millonario. Igual esquema, habrían utilizado, según las autoridades, con otras siete personas más. Adicionalmente, a los inversionistas se les entregaron unas cartas firmadas por el gerente de la empresa encargada de la boletería, Tu Zona Ticket, en las cuales se les informaba que al finalizar el evento se les pagaría directamente discriminando a cada uno de ellos capital más el 15% de utilidad.
Finalmente, el 22 de septiembre se celebró el concierto. Tomó mayor relevancia mediática y en redes porque uno de los principales artistas, Tego Calderón, tenía dificultades al interpretar por un supuesto estado de alicoramiento que fue registrado por varios medios de comunicación. Por lo demás, el evento parecía exitoso y con gran afluencia de público, pero varios asistentes se quejaron señalando, “que falta de respeto @I LoveBogotá_, si van a terminar regalando boletas desesperadamente, desde un principio hubieran dicho. Uno comprando una boleta bien cara para que después estén regalándolas. Me siento robada”, señaló una asistente al concierto. En lo musical, el evento fue impecable y los casi 23.000 asistentes salieron muy satisfechos con el espectáculo que se hizo en el Green Forest, a pocos metros de peaje a Chía por la carrera séptima, al norte de Bogotá.
Una felicidad que también se contagió a los inversionistas que bailaron reguetón esa noche y que veían con tanto público como su inversión y rápida utilidad estaba garantizada, pero todo empezó a cambiar en las dos primeras semanas de noviembre, cuando se venció el plazo para el pago, que no se cumplió.
Intranquilos, empezaron a llamar y a buscar a los empresarios Jefferson González y Juan Carlos Aguilar. El primero les garantizó que antes de finalizar noviembre les pagaría la totalidad de la deuda, incluso a algunos inversionistas les prometió el pago de una multa por el retraso. En cuanto a Aguilar, fue más allá, porque envió una imagen con un supuesto saldo en canje de la cuenta de la empresa I Love Bogotá por $934 millones manifestando que correspondía a la venta de la boletería.
Siguieron pasando los días y los inversionistas trataron de hacer efectiva otra de las garantías, los cheques posfechados. Fueron al banco que no autorizó el pago por falta de fondos. El desespero empezó a cundir. Entonces intentaron hacer efectiva la última de las garantías, la carta de la compañía encargada de la boletería en la cual le autorizaban el giro. Sin embargo, la respuesta del gerente de la empresa, José Fernando García, los dejó atónitos. En un cruce de correos electrónicos, informó que Tu Zona Ticket, no tenía saldos pendientes que girar y que fue falsificada su firma en las cartas. Y siguieron las reuniones, promesas de pago para antes de finalizar el año.
Las noticias empeoraron en diciembre. Jefferson González, reconoció que el concierto generó pérdidas por lo que era imposible el pago a los inversionistas. Propuso entonces para cancelar a futuro, hacer otros eventos. Con las festividades se conoció que Juan Carlos Aguilar se fue de vacaciones a Cartagena al tiempo que González desapareció hasta finales de enero.
Varios inversionistas no aguantaron más y llevaron el cobro a la justicia civil y penal. Registros del sistema judicial evidencian que en contra de la empresa I Love Bogotá cursan dos demandas, en una de las cuales ya se ordenó embargo. En la otra, se libró mandamiento de pago. En cuanto a lo penal, cursa una denuncia contra Jefferson González por los presuntos delitos de estafa agravada y falsedad en documento privado.
Un empresario del sector, manifestó que no es la primera vez que I Love Bogotá, de Jefferson González, incumple en los conciertos. “El año pasado cancelaron dos veces el concierto de Don Omar”. Frente a los cuestionamientos, la Agencia de Periodismo Investigativo, API, se comunicó Jefferson González y Juan Carlos Aguilar, pero no respondieron las preguntas sobre el concierto, las denuncias y los cuestionamientos en su contra.
De nuevo, la celebración de conciertos en el país termina en líos. Esta vez, cayeron inversionistas a través de ofertas en Networking Universidad de Los Andes. Ahora esperan recuperar sus dineros con la acción de la justicia,