Luego de dos meses de debate entre la Dimayor y el club deportivo Los Millonarios que se enfrentaron al Instituto Distrital para la Recreación y el Deporte, Idrd, y a la compañía Ocesa, organizadora del concierto del artista mexicano Luis Miguel, que se realizará el próximo sábado 16 de marzo, las partes llegaron a un acuerdo. El evento musical se hará en la fecha prevista y al día siguiente se jugará el clásico Millonarios-Santa Fe. Sin embargo, ahora es otra la controversia; el estado en que quedará la gramilla de El Campín y su recuperación pocas horas después del encuentro deportivo. Expertos consideran que menos de 24 horas es un tiempo insuficiente para recuperar el gramado y que sus consecuencias nocivas se pueden evidenciar en días posteriores.
Enrique Camacho, presidente de Millonarios, señaló a la Agencia de Periodismo Investigativo, API, que: “La alcaldía informó que garantiza que el domingo se puede jugar el partido después de las 7:00 p.m.”. A su vez, Jorge Enrique Vélez ratificó que el sábado se realizará el concierto y el domingo se jugará el clásico. Por su parte, el Idrd, aseguró que el concierto de Luis Miguel se va a hacer normalmente como estaba establecido y que se trabajará toda la noche en el reacondicionamiento de la grama.
En concreto, el Idrd indicó que teniendo en cuenta que el montaje para el concierto es el primero que se realiza de manera sencilla sin ningún tipo de exigencias en especial sobre la grama, ha permitido que se juegue el partido Millonarios Vs SantaFe al otro día de la realización del evento musical. “Se trabajará toda la noche en el reacondicionamiento de la grama para el evento deportivo y en las horas de la mañana se realizarán las podas y cepillado de la misma, así como la demarcación del campo, la reinstalación de los arcos y bancos de jugadores, de tal manera que para las 3:00 p.m. del día domingo 17 de marzo de 2019, la terna arbitral pueda revisar las condiciones del campo, para el desarrollo del partido”. El Idrd indicó además, que durante la semana se complementarán, los trabajos de fertilización y recuperación de la estructura agronómica que exige el contrato de aprovechamiento económico.
Así las cosas, todo parece haberse conciliado, de tal manera que los asistentes al evento musical, que ya tiene más del 80% de la boletería adquirida, podrán gozar del espectáculo. De igual forma, el club embajador efectuará el partido más importante de la liga contra su rival de patio Santa fe, en momentos, en que los azules ocupan los primeros lugares del rentado, esperan estadio lleno y un significativo ingreso económico, como quiera, que al igual que la mayoría de los clubes profesionales, afronta algunas dificultades financieras, derivadas de la ausencia de participación en torneos internacionales y menores ingresos por publicidad y taquillas.
En este contexto, “La grama sufre un estrés por pisoteo, por inundación, el raigrás es de rápido crecimiento, es decir, evoluciona muy rápido, pero se necesita entre 72 horas para poder él asimilar el nuevo comportamiento. Cuando se hace una poda y con un buen programa de fertilización y de riego, él evoluciona rápidamente pero cuando hay impactos por pisadas, él sufre un sistema que se llama estrés. Entonces lo que hay que hacer es irrigar primero y fertilizar después para que tenga una pronta recuperación”, señaló, Luis Ramírez, ingeniero experto en este tipo de procesos.
El concierto de Luis Miguel, revive el debate que desde más de hace una década se vive en grandes ciudades de Colombia sobre la utilización exclusiva de los estadios para partidos de fútbol, o si, por el contrario, también se deben prestar estos escenarios para grandes conciertos de reconocidos artistas.
El principal antecedente de esta situación, se generó a finales de octubre de 2017 cuando la banda inglesa U2 se presentó, exitosamente, en el estadio El Campín. La noche del 13 de octubre cerca de 30.000 personas disfrutaron del evento, pero al día siguiente, se evidenció que el arco sur del estadio quedó prácticamente destrozado. Al punto, que la Dimayor tuvo que reprogramar dos partidos que se jugaban 24 y 36 horas después del concierto.
Para ese momento, los agrónomos y supervisores del Idrd tuvieron que de urgencia hacer una revisión al campo de juego. Allí detectaron que hubo una afectación al pasto que obligó a reemplazar la grama por otra que sacaron de El Campincito. Unos trabajos posteriores que duraron cerca de una semana.
El asunto generó tanto debate que, para ese entonces, la hoy vicepresidente de la República, Martha Lucía Ramírez, a través de su cuenta en la red social twitter, señaló: “Quién responde por deterioro de cancha de El Campín después del concierto de U2? ¿Los empresarios promotores?, el Distrito, es decir todos nosotros.
De inmediato, el mismo Idrd publicó un mensaje por la misma red social, describiendo el estado posterior de la grama ilustrando su estado y explicando que la firma Ocesa Colombia pagaría por los arreglos cumpliendo las cláusulas.
No obstante, la Agencia de Periodismo Investigativo, API, revisó varios documentos que evidencian que, por efecto de situaciones diferentes al fútbol, el Distrito, ha tenido que intervenir y girar millonarios recursos públicos para la recuperación de la gramilla del estadio capitalino.
En esencia, un reporte dirigido, al entonces alcalde mayor de Bogotá, Gustavo Petro dio cuenta de los costos que se estaban derivando de la presentación de conciertos en el estadio El Campin. Una situación que obligó a la administración local a girar entre 2.006 y 2012 cerca de $482 millones para adelantar labores de mantenimiento preventivo. Por esa época conciertos como, Los 40 principales, entre otros, que derivaron el giro de recursos públicos y una advertencia fiscal por un posible detrimento patrimonial en cuantía de $1.945 millones.
Así las cosas, entre los años 2007 a 2010, se invirtieron los referidos $482 millones por concepto de obra civil grama, sistema drenaje, sistema de riego automático, ajuste grama esquinas, equipos, mantenimiento, estudios técnicos y operativos en el estadio El Campín.
De allí en adelante, salió del anonimato la firma Equiver, que, bajo la representación de Juan Carlos Salamanca López, ejecutó varios contratos para mantener y recuperar el césped del estadio Nemesio Camacho El Campín. En 2015, nuevamente, la gramilla del estadio sufrió afectaciones, por los conciertos y claro está por asuntos climáticos y el desgaste propio de los encuentros deportivos.
A finales de 2016, el Idrd anunció el cambio del material geotextil y el sustrato que no estaban permitiendo un adecuado drenaje del campo cuando se presentaban fuertes lluvias. Unas obras que le costaron al Idrd $900 millones y que ejecutó con éxito la compañía Equiver.
Llegaron después, dos nuevos conciertos. El de Bruno Mars en diciembre de 2017, al que asistieron cerca de 30 mil personas. Esa noche, el alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa compartió una imagen del estadio después del concierto para informar que había quedado en buen estado. A su vez, Orlando Molano, director del Idrd, señaló que la grama había respondido favorablemente y estaba en muy buen estado. “Trabajamos toda la noche y esta mañana quedó todo perfecto”.
Sin embargo, el funcionario destacó que después del concierto no habría ingreso al escenario mientras concluían las labores de poda y de marcación de la cancha y anunció que al día siguiente efectuaría una rueda de prensa el estado de la cancha luego del concierto. De esta manera, es evidente, que el escenario deportivo tuvo varios días para su recuperación, antes del clásico que se jugó ese fin de semana. Un punto en favor de los organizadores es que el concierto de Roger Waters que se llevó a cabo en noviembre pasado, no registró ninguna novedad. A pesar de ello, el concierto de Luis Miguel revive el debate sobre la certeza de que la gramilla no sufra ningún impacto y se recupere plenamente en menos de 24 horas.
Frente al tema, la compañía Ocesa indicó que da cumplimiento a todas las recomendaciones del Comité Técnico del Idrd, que incluye el uso de la estiba autorizada, contratación del servicio agronómico que implica trabajos previos y posteriores, participa en todas las reuniones requeridas para la coordinación oportuna y pertinente de las acciones requeridas y se establece un cronograma muy riguroso que implica un trabajo en equipo de autoridades, Idrd, especialistas, proveedores, equipos y técnicos. La empresa de conciertos, afirmó a la Agencia de Periodismo Investigativo, API, que, "ha cumplido a cabalidad todos los compromisos, responsabilidades y trabajos requeridos por el Idrd. Ha proporcionado todas las garantías exigidas en los diversos contratos. El profesionalismo y seriedad caracterizan nuestro trabajo, razón por la cual hemos realizado conciertos en el estadio El Campín como Lady Gaga, Kiss, One Direction, Foo Fighters, Justin Bieber, Coldplay, Rolling Stones, U2, Bruno Mars y continuamos haciéndolo con total cumplimiento".
El concierto de Luis Miguel ha generado un debate de cerca de dos meses entre la Dimayor, Millonarios, el Idrd y Ocesa. A tal punto que el pasado 18 de enero, Jorge Enrique Vélez, presidente de la Dimayor, envió una carta al alcalde Enrique Peñalosa reiterando que se jugaría el partido el sábado 16 de marzo. En la misiva, el directivo advirtió que el subdirector de parques del Idrd, Iván Darío González fue informado de la imposibilidad de aplazar los partidos debido a que, con anterioridad, el 19 de diciembre de 2018 se había probado en asamblea el calendario de partidos de la actual liga. Por ello, pidió la aplicación de la ley que prioriza los eventos deportivos por encima de los conciertos.
Pero en las dos últimas semanas todo fluyó y las partes en conflicto llegaron a un acuerdo. Concierto de Luis Miguel “México Siempre” el sábado 16 de marzo y clásico capitalino el domingo 17 después de las 7:00 p.m. Es incierto como se comportará la gramilla y como quedará el estadio después del evento. La firma Ocesa y el Idrd ratifican que estará en buen estado para el partido y encuentros futbolísticos posteriores. Los expertos insisten en que 24 horas es muy poco tiempo. Solo el tiempo dirá quién tiene la razón.