Juan José Narváez Solarte es oriundo de San Juan de Pasto, tiene 27 años, 1.81 de estatura y juega como delantero central en el Real Zaragoza equipo de la segunda división española. Fue demandado ante la justicia laboral colombiana, paradójicamente por estar en mora en entregar el 10% de su salario al intermediario Arieh Guberek.
Se trata del mismo empresario que mediante acciones judiciales buscaba sacarle a Santiago Arias, jugador del Bayer Leverkusen, quien pasó por el Atlético de Madrid y la Selección Colombia, entre otros equipos, más de $8.000 millones. No obstante, su jugada terminó en autogol porque a comienzos de mayo fue condenado por una juez civil a pagarle al futbolista 250.000 euros por un contrato de dos paginas que no cumplía con los requisitos de ley.
Todo comenzó el 13 de enero de 2015. Con apenas 22 años y un futuro promisorio en el fútbol europeo, Narváez firmó un contrato, no de trabajo, si no de intermediación, que terminó convirtiéndose en su peor pesadilla. Un documento que más parece un pacto de esclavitud.
El futbolista que inició su carrera profesional en el Deportivo Pasto en diciembre de 2012 y seis meses después pasó a las filas juveniles del Real Madrid Castilla sabía muy poco de los antecedentes de quien le había prometido ser su nuevo mentor.
Arieh Guberek es un administrador de empresas de la Universidad de Miami, descendiente de una familia de textileros los Guberek Ramvinovicz, quienes en julio de 2013 terminaron haciendo parte de la denominada Lista Clinton.
Según el comunicado de la Oficina de Control de Activos Extranjeros OFAC, adscrita al Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, nueve personas naturales y 22 empresas de Panama, Colombia e Israel constituyeron un entramado de lavado de activos, utilizando el sistema bancario de cinco países.
Para ese momento Arieh Guberek fungía como representante FIFA y en consecuencia de varios futbolistas colombianos. El señalamiento tenía varios ceros a la derecha, según el Departamento del Tesoro los Guberek presuntamente lavaron US$200 millones de los narcotraficantes José Evaristo Linares y Aynan Saied Joums.
No obstante, dos años después, a mediados de 2015, Guberek y su familia fueron excluidos de la Lista Clinton, la decisión también amparó a su empresa de representación Promesas del Fútbol Colombiano S.A.
Sin el lío judicial a cuestas enfocó su atención en las promesas del fútbol nacional. Mientras su nombre aún estaba en la lista Clinton, suscribió el acuerdo de intermediación con el delantero Narváez, por un término de tres años para que, “lo asesorara en la búsqueda y desarrollo de contratos vinculados directamente o indirectamente con su actividad de futbolista”.
Por dicha asesoría Guberek le cobraba el diez por ciento de sus ingresos netos mensuales, es decir del salario del delantero. Y cómo, según el empresario, el deportista incumplió el acuerdo desde diciembre de 2017 hasta enero de 2019, decidió demandarlo ante los jueces laborales.
En una demanda sin anexos, contraria a la ley, formuló dieciséis pretensiones o solicitudes. Las primeras se centran en solicitar se declare el incumplimiento del contrato y las demás en exigir el pago de más de $80 millones por la parte del salario que no le entregó, por el IVA del 21% por facturación en España y US$50.000 más por la cláusula penal del contrato.
Como argumento para convencer al juez que cumplió con suficiencia la intermediación, Guberek le enrostró al jugador, todo lo que supuestamente había hecho por él, incluso aquellas que pertenecen al mérito o a la coyuntura noticiosa del rendimiento del futbolista.
Además de adjudicarse como propia la transferencia del Real Madrid Castilla al Real Betis, mejoras y extensiones del contrato con este club, incluye una que raya en el absurdo; afirma que logró la cesión en préstamo durante seis meses del jugador al Córdoba Fútbol Club.
Pero este equipo no significaba un logro para el delantero sino un descrédito pues es una institución de tercera división, inferior al Betis y estaba de último en la tabla. Con el agravante que ni el deportista ni el Betis querían la cesión.
En la demanda también advirtió como éxito profesional las supuestas entrevistas que el empresario o sus delegados tramitaron con periodistas y medios deportivos colombianos. Incluso, le detallaron al juez que Guberek y los dependientes de éste le ayudaron al futbolista a vender un automóvil.
Ni las redes sociales se quedaron por fuera de tan particular informe de gestión. Aseguraron que editaron y postearon en el canal del YouTube de la empresa de representación de Guberek nueve videos de jugadas realizadas por Narváez durante dos años las cuales tuvieron 18.500 visitas, “para que tuviera mayor reconocimiento a nivel mundial”.
El jugador, de la misma manera en que sucedió con Santiago Arias, tuvo que distraerse de sus deberes profesionales, buscar abogado en Colombia y hacerle frente a un pleito que no entiende y le parece injusto.
En diálogo con el programa Primer Toque de Win Sports y la Agencia de Periodismo Investigativo, API, Narváez indicó que; “a mi esta situación me genera tristeza porque en la corta carrera que llevo como futbolista profesional me he dado cuenta que hay situaciones en el fútbol que no puedes controlar y que desafortunadamente hacen que el fútbol no se vea tan bonito desde fuera. Yo siempre he demostrado desde que era muy pequeño, desde los siete años, que hay que ganarse las cosas.
El futbolista señaló que, “a mi nadie me ha regalado nada y eso es parte principal para lograr los éxitos y yo creo que cuando una persona saca pecho de cosas cuando realmente no las ha hecho, la verdad es que es bastante decepcionante. Tú como futbolista confias en una persona, porque quiero dejar que antes que futbolistas somos personas y depositas la confianza en esa persona o en un equipo de trabajo y al final te decepcionan” .
En la contestación de la demanda Narváez, a través de su abogado, advirtió que la competencia para conocer de un acuerdo de intermediación no es un juez laboral, si no uno civil. Así mismo, advirtió que su demandante Arieh Guberek había incurrido en cobrar lo no debido y en un presunto enriquecimiento sin causa. Narváez alcanzó a pagarle 14.400 euros de su salario por la temporada 2017-2018.
También detalló que en el contrato Guberek se había comprometido a presentar un informe cada seis meses de las labores realizadas con el propósito de lograr nuevos y mejores contratos en el fútbol europeo, sin embargo, solo presentó un informe días antes de finalizar el término de vigencia del contrato. En concepto de Felipe Cárdenas, abogado del deportista, el contrato se terminó con justa causa y todos las pruebas y argumentos ya fueron presentados a la justicia.
Y una vez más salió a relucir un hecho que también fue puesto de presente en el proceso de Santiago Arias y es que Guberek no era un intermediario registrado ante la Federación Colombiana de Fútbol.
Dentro de las pruebas aportadas por el defensor del deportista se cuenta un voluminoso anexo con documentos, correos electrónicos y mensajes, así como una solicitud de interrogatorio de parte a Guberek.
El caso lo adelanta un juez laboral, ya se efectuó la audiencia con la parte probatoria y en pocas semanas habrá un fallo de primera instancia que pasará en apelación al Tribunal Superior de Bogotá para sentencia definitiva.
Mientras espera que se haga justicia en su caso, Narváez reitera que todo lo que ha logrado ha sido el producto de su esfuerzo, mérito y sacrificio y solo pide juego limpio dentro y fuera de la cancha.
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