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Tribunal declara responsable a cirujana por muerte de reconocida cantante vallenata en procedimiento estético
La víctima era vocalista y nieta del legendario acordeonero "Colacho" Mendoza.
La Sala Civil Familia Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Valledupar, ha declarado responsable a la cirujana Damaris Romero Chamorro por la muerte de la cantante de música vallenata, Katiuska Vanessa Mendoza Cotes.
Esta sentencia surge tras un exhaustivo análisis del recurso de apelación presentado por el representante legal de la familia Mendoza, que impugnaba la decisión previa del Juzgado Quinto Civil del Circuito de Valledupar fechada el 25 de octubre de 2019.
Katiuska Mendoza, una talentosa vocalista y nieta del legendario acordeonero "Colacho" Mendoza, perdió la vida el 13 de diciembre de 2011, en circunstancias trágicas mientras se sometía a una rinoplastia en la Clínica Valledupar.
Desde el fatídico día, su familia ha emprendido una ardua lucha legal para establecer la responsabilidad penal y civil de los médicos involucrados en su deceso.
La sentencia reciente subraya una "falla en la atención y prestación del servicio médico" por parte de la doctora Romero Chamorro, lo que resultó en la irreparable pérdida de la joven Mendoza Cotes.
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A pesar de la declaratoria de responsabilidad, el tribunal decidió negar las pretensiones económicas de la demanda basándose en una "excepción de pago total de la obligación".
En paralelo, otros implicados en el caso, incluyendo a Fabio Vargas Lobo, la Sociedad Clínica Valledupar y Allianz Seguros, han llegado a un acuerdo conciliatorio con la familia de la víctima, otorgando una compensación monetaria significativa, aunque no se ha especificado la suma total.
La vida de Katiuska, más allá de su faceta artística, estaba marcada por su compromiso académico en Comunicación Social y su participación activa en la Fundación Niños Acordeoneros y Cantores del Vallenato de Andrés “El Turco Gil”. Al momento de su muerte, trabajaba en un proyecto musical que prometía enriquecer su ascendente carrera.
Este caso no solo ha generado un profundo dolor en la comunidad vallenata sino que también ha encendido debates sobre la seguridad y la calidad en la atención médica en la región.
La Secretaría de Salud Departamental, tras una inspección en la Clínica Valledupar, identificó incumplimientos en los protocolos de minimización de riesgos quirúrgicos y anestésicos, lo que ha llevado a cuestionamientos sobre la diligencia y el cuidado en los procedimientos médicos en la ciudad.
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