Pese a las frecuentes advertencias de las autoridades de salud, las instituciones hospitalarias, los gremios médicos y los especialistas, la muerte acecha en los quirófanos. En los últimos días fallecieron cuatro mujeres en el país, en el intento por practicarse cirugías estéticas. Una situación que parecía superada pero que retorna con tragedias.
El primer caso, paradójicamente, tiene como víctima a una mujer que trabaja en el sector de la salud. Se trata de Danay Gisella Padilla Rodríguez, una enfermera de tan solo 42 años de edad.
Inicialmente, la mujer se practicó una liposucción en la Clínica Especialistas ubicada ubicado en el barrio El Poblado, en Medellín. Sin embargo, tras la cirugía presentó graves complicaciones que obligaron a los médicos de la institución y a sus familiares a buscar otro centro asistencial.
Esto porque al día siguiente de la operación perdió la consciencia, y se alteró su estado neurológico. Y de inmediato fue remitida y atendida en el servicio de urgencias de la Clínica Las Vegas, ubicada a pocas cuadras de donde se le hizo el procedimiento inicial, pero pese a los esfuerzos de los facultativos, no le pudieron salvar la vida tras una embolia pulmonar.
Al respecto, la Clínica Especialistas, descarta cualquier responsabilidad en el caso, y aseguró que pasó los exámenes pre quirúrgicos previos a la cirugía estética y controles establecidos.
Y sus familiares recién hacían el duelo por su fallecimiento, cuando, tan solo tres días después, el sábado, de nuevo, otra mujer perdió la vida en las mismas circunstancias.
La historia es de Gladis del Pilar Posada Caro de 51 años de edad. Todo comenzó en el municipio de Bello, a sólo once kilómetros de Medellín. La mujer no se sentía bien porque en su madurez observaba como su abdomen crecía significativamente.
Entonces, tras pensarlo durante varios meses, tomó la decisión de hacerse una abdominoplastia. Esta se realizó en el Centro de Estética Integral Ayattww, ubicado en la calle 23ª #50ª06, ubicado en el barrio Cabañas.
En el establecimiento, según los reportaron las autoridades locales, mujeres del municipio acudían con frecuencia para efectuarse procedimientos estéticos como levantamiento de glúteos, aplicación de botox, procesos para controlar el paso del tiempo en el rostro y otras técnicas de embellecimiento.
No obstante, la escena se repitió. En pleno procedimiento se complicó su estado de salud, lo cual derivó en el traslado de la paciente a otra institución de mayor complejidad con la infraestructura y personal de salud más capacitado y amplio.
Con un componente que derivó en mayor drama. La mujer fue transportada rápidamente en ambulancia, pero era tan crítico su estado de salud, qué según las autoridades de salud locales, su muerte se produjo cuando la estaban trasladando a la Fundación Clínica del Norte. Allí, pese a los intentos de los facultativos por reanimarla, llegó sin signos vitales.
Un día después que se confirmara el deceso, la secretaria de salud local, ordenó el cierre temporal del establecimiento y se inició la investigación administrativa contra el centro estético y sus propietarios. Con un antecedente, días anteriores al hecho, autoridades locales de salud visitaron el sitio y avalaron su funcionamiento.
Y a comienzos de esta semana, en Bucaramanga una mujer, su esposo John Jairo Carrascal y sus hijos de diez y tres años de edad viven su propia tragedia. Hellen Gelves Cristancho de 32 años de edad, acudió a la Clínica Perfect Body, ubicada en el Centro Comercial Cabecera.
Tenía el propósito de aumentar el tamaño de su busto. Venía de Barrancabermeja. Tras unas horas en cirugía y en sala de recuperación comenzó su tragedia. De inmediato fue trasladada a la Clínica Bucaramanga.
Allí llegó en difíciles condiciones médicas. Con muerte cerebral, según informó su pareja. Al punto que fue ingresada en la unidad de cuidados intensivos. En los días siguientes se debatió entre la vida y la muerte y luego de permanecer once días allí falleció.
Revisando los antecedentes de la Clínica Perfect Body en la Secretaría de Salud de Santander, ya había sido sellada por denuncias de pacientes y personas cercanas a la comunidad médica quienes evidenciaron procedimientos y tratamientos estéticos sin las condiciones adecuadas.
Otra muerte que ha generado conmoción sucedió este jueves en Cali. Michelle Suárez Arcila de 22 años de edad falleció luego de someterse a una lipoescultura y aumento de glúteos.
La mujer, madre de una menor de tres años de edad, acudió a un centro asistencial cuyos datos mantienen en reserva las autoridades. Allí le realizaron el procedimiento. Pasó a sala de recuperación en donde permaneció cerca de doce horas.
El médico tratante consideró que estaban en buenas condiciones y en las horas de la tarde autorizó su salida. En casa, sus familiares observaron inflamación de sus glúteos y dolor intenso.
Su progenitora evidenció como se desmayó varias veces. Asegura que se comunicó con el médico y el anestesiólogo para advertirlos de la situación, pero no tuvo una respuesta satisfactoria.
El instinto maternal le dictaminó desconfianza y por eso, la madre de la víctima llamo a una ambulancia que remitió a Michelle Suárez a la Clínica Sur de Cali. En sala de urgencias tuvo tres infartos y no obstante el esfuerzo de los médicos por salvarla falleció la joven.
Este jueves, el centro médico donde la mujer se efectuó los procedimientos, fue cerrado temporalmente por la Secretaría de Salud de Cali e iniciar la investigación correspondiente.
Son las cirugías estéticas. Unas veces producen mujeres más satisfechas, empoderadas y bellas. Otras, la muerte y tragedias familiares.
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