El reflector de la justicia se ha prendido para Christopher Condon, el ciudadano estadounidense que el pasado 14 agosto llamó a la policía de Cartagena informando el supuesto suicidio de Laura Melissa Caballero Montaño, una jovencita de apenas 23 años.
La muerte ocurrió en el piso 13 B del edificio Calamari en el barrio El Laguito, a 40 metros del reconocido hotel Dann.
Según el relato de Condon, ella se quitó la vida suspendiéndose en un punto en el baño. Pero los uniformados encontraron el cuerpo en la sala del apartamento.
En su declaración a las autoridades conocida por la Agencia de Periodismo Investigativo, API, también manifestó que intentó hacer una maniobra de reanimación cardiopulmonar y que por eso el cuerpo lo había traslado del lugar.
Los integrantes del Laboratorio Móvil de Criminalística, Sijin, de la Metropolitana de Cartagena, acordonaron el lugar, fijaron fotográficamente la escena y recolectaron evidencia.
Los actos urgentes de la investigación indican que se trató de una muerte violenta y dejaron el caso a disposición de un fiscal de la Unidad de Reacción Inmediata, URI de la ciudad.
Sin embargo, horas después ocurrió un hecho que llamó la atención de las autoridades. Hacia las 8:00 am una funcionaria de la clínica Cartagena del Mar llamó a la Policía. A través del servicio de urgencias informó que un hombre había llegado herido con un arma blanca.
Al desplazarse hasta el lugar se encontraron con una sorpresa. El herido era Christopher Condon, el mismo que apenas horas atrás había alertado el supuesto suicidio de la joven.
Además de la herida, según el reporte médico, el extranjero estaba en estado de embriaguez. Una riña en el Hotel El Paisita, ubicado en el barrio Crespo, desencadenó el enfrentamiento.
El hombre aún se recupera de sus heridas, dice no recordar mucho por el estado de embriaguez y consumo de estupefacientes.
Por su parte, amigos y familiares de Laura Caballero exigen el esclarecimiento de su muerte, sin titubeos afirman que Condon la asesinó, pues el baño del apartamento donde sucedió lo ocurrido no tiene un punto de dónde suspender una toalla, elemento que según Christopher uso la jovencita para acabar con su vida.
Ahora las autoridades investigan qué hizo Condon luego de la muerte de la joven que lo llevó a terminar en una clínica de la ciudad herido y que le contó a las personas con las que departió en las horas siguientes del supuesto suicidio.
De igual forma, investigadores analizan la veracidad de la información en el sentido de un supuesto proceso en contra del ciudadano norteamericano quien en el año 2018 tendría relación con el asesinato y posterior ocultamiento de una persona en California, Estados Unidos. Al respecto se revisa si es cierta la versión que pagó un millonario soborno y luego viajó a Cartagena en donde conoció a la joven Laura Caballero.
En concepto de Daniel Caballero, padre de la víctima, la necropsia efectuada por los funcionarios del Instituto de Medicina Legal realizada a la joven, evidenció rastros de escopolamina, clonazepam y anfetaminas. En otras palabras, explicó que a su hija le suministraron drogas para reducirla e impedir que se defendiera.
El informe de Medicina Legal precisó que aunque no presenta heridas ni laceraciones en el cuello, el deceso de la mujer se produjo por asfixia mecánica usando una toalla en el baño del apartamento donde estaba con el ciudadano norteamericano.
Según explicaron a las autoridades sus familiares, Condon y la joven mujer se conocieron, luego que ella viajara a Cartagena por la pandemia al tiempo que dejó sus estudios de lingüística en Bogotá. A comienzos de junio fijaron su residencia, junto con su hermano en un edificio ubicado en el sector de Bocagrande.
El hermano de la víctima, quien ya conocía al ciudadano americano, detalló que se había presentado como un banquero experto en inversiones en el exterior y en especial en el conocimiento del manejo de la moneda virtual Bitcoin.
De esta manera se conocieron con el americano, quien le empezó a enseñar a la joven el manejo del negocio virtual. Días después entabló una relación afectiva y en las últimas semanas, según relataron los vigilantes del edificio a las autoridades, Laura Caballero se volvió asidua visitante.
Pero todo culminó el 14 de agosto con su deceso y la confusa situación del norteamericano a quien las autoridades le siguen la pista. No es la primera vez que situaciones como esta se presentan en Cartagena, por ello los funcionarios de inteligencia siguen investigando y prometen esclarecer el crimen en pocos días, de una joven y atractiva mujer que salió de Bogotá huyendo del Covid-19.
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