Desde el año 1984, los actores colombianos buscan mejorar sus condiciones de trabajo. Ha sido una lucha de más de tres décadas en dónde no han logrado ser reconocidos como trabajadores formales. Varias iniciativas para conseguirlo han fracasado. La más reciente de ellas fue el año antepasado, cuando el legislativo archivó un proyecto de ley que buscaba garantizar sus derechos laborales. La idea fue retomada y hoy cursa en el Congreso un proyecto elaborado por 18 representantes a la Cámara y siete senadores. Sin embargo, la iniciativa sigue teniendo tropiezos. El martes de esta semana y cuando estaba listo para votarse en tercer debate, no fue posible por que no se alcanzó a evacuar el orden del día. Lo dramático del asunto es que a tres semanas de terminar esta legislatura, su aprobación se complica porque la prioridad es evacuar los proyectos del gobierno.
La iniciativa legislativa fue radicada ante la secretaría general de la Cámara de Representantes, el 29 de agosto de 2017. De allí fue trasladado a la Comisión Séptima de la Cámara en donde fue designado para primer debate la congresista Ángela María Robledo. En esa célula legislativa pasó sin problemas. Este año, la Cámara Baja en sesión plenaria del 11 de abril de 2018, también le dio su visto bueno. Con el cambio de Congreso de la República coincidió un nuevo trámite en el Senado y hace tres meses, tres senadores fueron designados como ponentes.
Hasta aquí todo marchaba sobre ruedas. Sin embargo, el paso siguiente era la discusión de la iniciativa en la comisión séptima del Senado de la República. Allí se debaten los denominados temas sociales. No obstante, empezaron los tropiezos. La actividad en el legislativo, se hizo lenta como quiera que ingresaron a esa corporación nuevos senadores producto de las elecciones de marzo de este año. A ello se sumó, la recomposición del parlamento. Es decir, que fueron elegidos en las diferentes comisiones varios congresistas, los cuáles también empezaron a conocer no solo la mecánica legislativa del senado si no de sus diferentes comisiones.
Además, de estos tropiezos la actividad en el Congreso también se volvió lenta como quiera que hubo cambio de presidente. La elección cambió de manera importante la relación del ejecutivo con el legislativo y las prioridades cambiaron. En este contexto la agenda legislativa se redireccionó para la aprobación de dos paquetes legislativos en materia de lucha contra la corrupción, justicia y varios proyectos económicos. Entre ellos, la Ley de Financiamiento, que durante las últimas semanas ha generado polémica nacional y la atención de todos los congresistas. A esto se suma, las iniciativas de los 108 senadores y 171 representantes a la Cámara, que a la fecha tramitan más de 100 proyectos de ley.
Por ello, la aprobación de la iniciativa denominada, “por medio de la cual se expide la Ley del Actor para garantizar los derechos laborales y culturales de los actores y actrices en Colombia, fomentar oportunidades de empleo para quienes ejercen la actuación y se dicten otras disposiciones”, es incierta y es evidente que no es prioritaria ni para el gobierno, ni para ninguno de los partidos políticos.
Sin embargo, la iniciativa es necesaria como quiera que con el paso de los años la pauperización y falta de empleo para actores y actrices es evidente. De hecho, varios integrantes de la Asociación Colombiana de Actores, ACA, han sufrido las vicisitudes de su profesión. La actriz Diana Ángel, estuvo tres años sin empleo. Julián Román participa en menos producciones, Julio Correal tiene pocos papeles y el veterano Alberto Saavedra clama por su difícil situación económica.
A esta situación se suma el cambio de modelo de televisión. Formatos que no requieren la participación amplia de actores. Es el caso de los Realities que reemplazan las telenovelas y series. La contratación de personas sin experiencia o no profesionales en la actuación. El auge de los youtubers que recompuso la audiencia y el surgimiento de nuevas plataformas en donde el televidente es quien decide qué quiere ver.
La fundación de la Asociación Colombiana de Actores, ACA, integrada por 699 actores y actrices, el 26 de mayo de 2014, convirtiéndose en el primer sindicato de profesionales de las artes escénicas, aunque ha sido un gran paso en el reconocimiento de derechos, al parecer es insuficiente, por eso los actores insisten en la necesidad del reconocimiento de sus derechos laborales plenos en una ley. A esta le antecedió el acuerdo que en el mes de marzo del año pasado firmaron con los canales privados, con el cual se mejoran las condiciones de trabajo de los actores.
Sin embargo, su batalla no ha sido únicamente en el Congreso. El 24 de abril del año pasado, el gobierno Santos, a través de su ministro David Luna, emitió concepto negativo al proyecto de ley que días después se archivó, que reglamentaba y mejoraba las condiciones laborales de los actores. Según la entidad, la iniciativa legislativa iba en contra de los televidentes, al encarecer la producción audiovisual derivando en aumento de tarifas de la televisión por suscripción. En los siete artículos que cuestionó, también indicó que al haber un acuerdo público entre los canales y el sindicato de actores, no era necesaria una ley, entre otros reparos
Y es que la actividad artística tiene antecedentes internacionales para fortalecer y promover el sector cultural y artístico. La Asamblea de Naciones Unidas en 2011, las Recomendaciones de la Unesco, la Convención Americana de Derechos Humanos y el Consejo de Administración de la Organización Internacional del Trabajo, OIT.
En el caso de Colombia, la Constitución Política de 1991 y la Ley General de Cultura de 1997 que desarrolla la Carta Magna, al elevar a patrimonio cultural de la nación las expresiones artísticas. Igualmente, al reconocer los derechos de los creadores, fomentar el teatro, reconocer los derechos de autor y plantear la profesionalización de los artistas.
Referencias en la materia de países como Chile, Argentina, Uruguay, España, Perú, México, Francia y Bélgica, permiten establecer los derechos de los actores y su importancia como factor no solo de entretenimiento sino de desarrollo económico y social.
Se estima que en Colombia hay al menos dos mil actores. Pero su vida cada día es más difícil. El referente que da cuenta de la difícil situación de esa profesión es el estudio de la Sociedad Colombiana de Gestión. Esta firma efectuó un trabajo socioeconómico con base en la información de 1.622 actores. Este reflejó que para el periodo comprendido entre 2011 y 2015, los actores en un 65% eran contratados por capítulos, que el 30% tiene una contratación mensual y del 5% no se obtuvo información. Con un dato adicional, en todos los casos fueron contratados mediante contratos de prestación de servicios.
Ese mismo estudio reflejó que el desempleo de los actores es del 79%, que hay inestabilidad en la vinculación laboral y que la contratación de actores y actrices extranjeros, así como de inexpertos, ha afectado la ocupación laboral de los profesionales de las artes escénicas.
En el tema de ingresos, el asunto no es menos preocupante. El 38% tuvo un ingreso de 5 millones de pesos en el transcurso de 18 meses. Un 17% reportaron no haber tenido ingresos y a los que les fue mejor según el estudio recibieron el 18% entre 5 y 10 millones, el 11% entre 10 y 20 millones y solo una minoría del 16% más de 20 millones.
Así las cosas, el cálculo de aquellos artistas que recibieron 5 millones de pesos en 18 meses, tienen un promedio de ingreso mensual por actuar de 277 mil pesos al mes, lo que equivale a mucho menos de la mitad de un salario mínimo, calculado para la fecha del estudio en 644.350 pesos. En los otros casos, que aparentemente son de mayor ingreso, equivalente a 20 millones de pesos el ingreso mensual equivale a 1.1 millones de pesos. Paradójicamente, el Observatorio Laboral del ministerio de Educación, informó que un recién egresado en artes escénicas para el año 2014 tenía un ingreso de 1’108.250 pesos.
En otras palabras oficios como vendedores ambulantes, vigilantes, auxiliares administrativos o incluso empleadas del servicio doméstico tienen mayores ingresos que gran parte de los actores en Colombia. A este factor, se suma una reciente denuncia de una actriz quien señaló que para hacer casting actualmente revisan el número de seguidores en las redes sociales.
El actual proyecto de ley que se tramita en el Congreso, en 19 artículos y 5 capítulos, plantea las nuevas condiciones laborales de los actores. En concreto, señala su objeto, ámbito de aplicación y definiciones, determina las condiciones de profesionalización, establece las condiciones de trabajo para los actores, en este sentido reconoce los derechos fijados en el Código Sustantivo del Trabajo, autoriza un régimen tarifario, fija los tiempos de descanso y los derechos patrimoniales del actor. Además, determina la promoción y fomento laboral, entre otros aspectos, mediante el impulso a la producción nacional. De igual forma, establece un método de vigilancia para el cumplimiento de los acuerdos con los actores.
Son varias décadas, en que los actores y actrices colombianos destacados por su gran capacidad, llevan luchando para ser vistos como trabajadores con derechos. El camino no ha sido fácil. De nuevo, y en medio de dificultades y una congestionada agenda legislativa buscan otra vez su reivindicación profesional.