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Con las variantes del Covid-19 en Colombia ¿qué esperar?
El ingreso al país de linajes británicos y brasileños era cuestión de tiempo y su propagación ineludible. Una próxima aceleración de contagios colapsará el sistema de salud.
Por Carlos Pérez, médico infectólogo
Los virus mutan con frecuencia y suceden cambios genéticos. Estas mutaciones pueden generar modificaciones en la estructura viral, mejorar la capacidad de transmisión y eventualmente su virulencia, es decir, la capacidad de enfermar a los pacientes.
Los linajes no se identifican por las pruebas de PCR comerciales actuales, se hace por medio de pruebas especiales que identifican la secuencia del genoma viral y se compara con bases de datos globales donde se almacenan los diferentes linajes permitiendo su identificación, esto es, vigilancia genómica.
Así mismo, existe una denominación especial para los linajes más peligrosos, ellos son, linajes de interés, algunos de los cuales ya circulan en el país.
La realización de la vigilancia genómica en Colombia, ha permitido el conocimiento y la presencia de los linajes de interés, sin embargo, el ingreso de linajes británicos y brasileños no son predominantes, son pocos los casos y su transmisión es limitada.
Dicho lo anterior, cabe destacar que esta situación es inestable y puede que los linajes se diseminen, esto no depende solo del virus, también implica del el comportamiento humano.
Es probable que, los protocolos de bioseguridad como el uso de mascarillas, el distanciamiento físico y la ventilación ayuden a frenar la propagación, pero es claro que la diseminación solo es evitable con la vacunación.
En Colombia existe un gran error y una brecha en cuanto a las estrategias para evitar la propagación del Covid-19 a través del diagnóstico masivo y aislamiento temprano. Estas no son exitosas y consistentes, además de la discrepancia en las mismas y sus nombres Prass, DAR y demás.
Así las cosas, con los linajes presentes el cumplimiento del aislamiento debe ser estricto y el testeo masivo debe ser accesible sin la intermediación del asegurador. El aislamiento y el monitoreo de personas sintomáticas debe ser constante, con fuerza y sin titubeos.
Desafortunadamente, la descentralización de las responsabilidades de los gobernantes se convirtió en ir y venir acusándose entre sí mismos de algo malo, pero si elogiarse por algunos logros. Nadie es responsable de la situación actual, somos todos, y es inútil buscar culpables. Una estrategia simple puede desviar la atención de los gobernados.
El ingreso de los linajes era inevitable, solo era cuestión de tiempo y su propagación ineludible. Esperemos que tarde algún tiempo en convertirse en el principal virus del país. Una próxima aceleración de contagios colapsará el frágil sistema de salud, que hasta ahora ha resistido el embate de la pandemia.
Sin duda, la situación de Brasil es un claro ejemplo del mal manejo de la pandemia con un gobierno nacionalista y cerrado al no escuchar la opinión de aquellos científicos quienes anticiparon lo sucedido y quedaron marginados.
Los gobiernos locales han realizado esfuerzos limitados para combatir la indiferencia, el clamor de los científicos y la realidad social de la pobreza y la desigualdad del país hermano, lo que finalmente llevó a la incapacidad de controlar el número de infecciones.
El linaje P1 aislado en Manaos ahora está presente en todo el país con una mayor capacidad de contagio y tasa de mortalidad, sumado a un sistema de salud saturado y con un proceso de vacunación lento e insuficiente convirtiéndose en la gran preocupación del mundo.
Tristemente en Brasil todo lo que podía salir mal, salió mal. Las consecuencias futuras del país son desalentadoras y solo un pueblo lleno de coraje que ha superado muchas dificultades saldrá adelante y será superior a sus actuales gobernantes.
En definitiva, los linajes de interés son otro desafío para la propagación del virus y esta cruel pandemia. Una historia llena de incertidumbre revela la desigualdad social y la resistencia humana, y otra de triunfos en la ciencia como las vacunas y de desilusiones como linajes de virus más contagiosos y virulentos.
Historias de tributos, egoísmo, desigualdad, pobreza y politiquería en una sociedad tan golpeada que una cruel pandemia parece un simple resfriado.
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