Alerta de la ONU al resurgir consumo de drogas sicodélicas en retiros espirituales

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha emitido una advertencia acerca de la creciente popularidad de los retiros espirituales que incluyen el uso de drogas psicodélicas. 

Este fenómeno se ha observado en países donde la legalización de estas sustancias se ha aprobado, tales como Costa Rica, Jamaica, México, así como en ciertos estados de Estados Unidos y Canadá. 

Estas regiones se han transformado en destinos preferidos para aquellos que buscan experiencias con sustancias alucinógenas.

En su más reciente Informe Mundial sobre Drogas 2024, la ONU destacó un interés renovado en drogas como el LSD, el MDMA y la ketamina. 

Estas son empleadas tanto en terapias como en eventos que promueven la espiritualidad y la conciencia plena. Sin embargo, la organización subraya la falta de certezas médicas que confirmen los beneficios de estos compuestos, especialmente cuando se consumen sin la supervisión de un profesional de la salud.

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Angela Me, jefa de Investigación y Análisis de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), señaló que aunque algunas comunidades consideran estos psicodélicos beneficiosos para el bienestar, todavía no existen evidencias científicas que corroboren esta percepción.

El informe también hace una distinción entre el consumo contemporáneo de psicodélicos y su uso tradicional por parte de comunidades indígenas en ceremonias espirituales. 

Este último está destinado a inducir alucinaciones y experiencias sensoriales profundas. Por otro lado, el consumo actual, que se realiza bajo contextos menos tradicionales y más turísticos, plantea desafíos distintos, incluyendo el incremento del tráfico ilegal y los riesgos para la salud pública debido a la falta de control.

La ONUDD también ha identificado un aumento en el número de sustancias psicoactivas disponibles en el mercado global. En 2022, se reportaron 566 nuevas sustancias, siendo las más comunes los estimulantes, seguidos por el cannabis sintético, los opioides sintéticos y los alucinógenos.

Finalmente, la organización alerta sobre los problemas psicológicos que puede acarrear el uso no regulado de estas drogas, además de enfatizar el riesgo de que estas prácticas promuevan un consumo no supervisado y no médico, lo cual podría deteriorar el bienestar social y la calidad de vida de los individuos implicados.

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