Denuncian que exalcalde Daniel Quintero quiere dejar atornillados a funcionarios en altos cargos

En los últimos días, Ruta N, una entidad clave en el desarrollo tecnológico y de innovación, ha experimentado cambios significativos en su estructura organizativa. Esta situación ha generado una serie de movimientos en posiciones estratégicas de la empresa. 

Con siete roles principales en su estructura, que funcionan como vicepresidencias, solo dos de estos roles están actualmente ocupados de manera permanente. Además, de las tres direcciones principales, una se encuentra vacante, otra está ocupada de manera interina, y solo una tiene un titular permanente, detalló El Colombiano.

Durante las últimas dos semanas, los trabajadores de Ruta N han sido testigos de un flujo constante de comunicaciones de despedida, tanto en formato de cartas como en mensajes electrónicos, de parte de sus superiores y colegas, quienes han formado parte de la organización en años anteriores. 

Esta situación es notable, especialmente considerando que los últimos miembros técnicos de alto nivel han comenzado a dejar sus puestos. Esto parece ser una consecuencia directa de las decisiones tomadas por Diego Romero, Eduardo Firstman y Darío Amar, figuras clave designadas por el exalcalde Quintero, quienes ahora parecen estar posicionando a su propio equipo en los roles más relevantes.

La jerarquía de Ruta N está claramente definida. Una junta directiva, nombrada por la Alcaldía y EPM, es responsable de designar al director ejecutivo. Desde julio de este año, Humberto Vega ha ocupado este cargo de manera interina, sin poder ser nombrado de manera oficial debido a no cumplir con ciertos requisitos del puesto, incluyendo el nivel de inglés requerido. 

Bajo la dirección de Vega, se encuentra María Isabel Sierra, quien ocupa el cargo de directora de operaciones. En teoría, los gestores de portafolio, que funcionan como vicepresidentes, deben ser seleccionados a través de un proceso de méritos y no directamente por el gerente o la directora de operaciones. Estos gestores son esenciales para asegurar que la entidad cumpla con su misión y objetivos.

Sin embargo, de los siete portafolios, solo dos tienen actualmente un responsable permanente. Los empleados restantes o han sido desplazados o han sido despedidos. Incluso los dos gestores que permanecen en sus cargos han sido, según reportes internos, relegados de sus funciones. 

Esto se debe a que Sierra ha formado un equipo paralelo compuesto principalmente por amigos contratistas, quienes, aunque no aparecen en el organigrama oficial, han ido desplazando poco a poco a los funcionarios de carrera que aún quedaban en la entidad.

Este equipo paralelo está liderado por Eduardo Firstman, quien parece ser el más influyente de los tres encargados. Su círculo íntimo incluye a Ivette Zorayda Gutierrez Díaz, su pareja; Diego Gutiérrez Díaz, su cuñado; y Steed Leandro Hernández y Natalia Agudelo, amigos cercanos. 

Todos ellos comparten la característica de haber trabajado actualmente o en el pasado en la Secretaría de Desarrollo Económico de Medellín. Han sido ellos quienes han manejado las riendas de la entidad en los últimos meses, resultando en la salida de dos gestores clave de sus puestos debido a la necesidad de estos cargos.

En julio de este año, coincidiendo con la llegada de Vega, Cristian Cárdenas, quien había ocupado brevemente el cargo de líder del portafolio Persuadir, fue reemplazado por María Fernanda Durán, una profesional con cinco años de experiencia. 

Durán venía de trabajar en el CIET, el Centro de Innovación Emprendimiento y Transformación Digital de Medellín, un proyecto que no se mueve sin la autorización de Darío Amar. Amar es vicepresidente de nuevos negocios de EPM, miembro de la junta directiva de Ruta N y de Afinia, y cercano al exalcalde Daniel Quintero. Es interesante notar que los fondos para pagar a Firstman y algunos de su equipo provienen precisamente de este convenio.

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