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Hermano de exjefe paramilitar alias ‘Macaco’, nuevo alcalde de Dosquebradas, Risaralda
Roberto Jiménez Naranjo, llega al poder en una zona donde su hermano consolidó sus andanzas.
En un reciente desarrollo político en Dosquebradas, Risaralda, Roberto Jiménez Naranjo, marcado por su tercer intento electoral, alcanzó la victoria en las urnas el 29 de octubre, asegurando el cargo de alcalde municipal a partir del 1 de enero de 2024.
La victoria de Jiménez se cimentó con 24,217 votos, equivalentes al 29.27% de los sufragios, superando a Tatiana López Saldarriaga, quien obtuvo 22,905 votos.
A pesar de los desafíos y la resonancia mediática debido a su relación con el excomandante paramilitar conocido como 'Macaco', Jiménez logró el respaldo político necesario, impulsado por el partido ASI y el colectivo "Gente en Movimiento".
La jornada electoral reflejó no solo la culminación de una persistente campaña política por parte de Jiménez, sino también el inicio de un compromiso hacia la transformación y el desarrollo urbano.
Al asumir su elección, Jiménez expresó su gratitud a los votantes y extendió un mensaje de respeto hacia los opositores, remarcando su trayectoria política y su visión de un proyecto compartido para la ciudad.
Dentro de su agenda, Jiménez priorizará la gestión y control del consumo de drogas entre los jóvenes, un problema significativo en el municipio.
A pesar de las controversias que rodean su apellido, por el momento, no existen investigaciones que lo relacionen con los actos de su hermano.
Por otro lado, 'Macaco', actualmente detenido, se desvinculó públicamente de la banda criminal de La Cordillera, a pesar de admitir que antiguos subordinados suyos son miembros de la misma.
En una carta, destacó la falta de apoyo estatal post-desmovilización como una de las causas de la reincidencia criminal de sus antiguos subalternos y subrayó su desconexión de actividades ilícitas tras su extradición y condena en los Estados Unidos.
Este panorama político y social refleja las complejidades de la política local y los desafíos de la posconflicto en Colombia, donde la legitimidad electoral y las dinámicas de reinserción social de excombatientes se entrecruzan con la gestión gubernamental y la seguridad pública.
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