Balance de Armando Benedetti como embajador en la FAO: alto costo al reabrirla y pálidos resultados

La salida de Armando Benedetti como embajador de Colombia ante la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) marca el inicio de una nueva etapa en su trayectoria política.

A partir de este martes, Benedetti asumirá el rol de asesor en materia política del presidente Gustavo Petro, bajo la dirección de Laura Sarabia, jefa del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre).

Este movimiento es parte de la reestructuración del equipo de gobierno con miras a las elecciones de 2026, en las cuales el oficialismo busca mantenerse en el poder.

El lunes 25 de noviembre, Benedetti se reunió con el presidente Petro y Laura Sarabia en la Casa de Nariño para definir su nueva función.

Según declaraciones del propio exembajador, tendrá una oficina cercana a la del mandatario y a la de Sarabia, en el tercer piso de la sede presidencial. Este cambio sucede tras diez meses en el cargo diplomático, un periodo breve pero cargado de controversias.

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Los costos de la reapertura de la embajada ante la FAO

La reapertura de la embajada de Colombia ante la FAO en Roma, cerrada en 1999 por razones presupuestales, generó intensas críticas debido a los altos costos involucrados.

Según cifras divulgadas por la senadora María Fernanda Cabal, el restablecimiento de esta misión diplomática ha representado un gasto superior a 1.200 millones de pesos. De esta suma, 518 millones corresponden al salario y bonos del embajador.

Adicionalmente, entre abril y julio de 2024, se reportaron gastos significativos relacionados con la residencia oficial de Benedetti en Roma.

El arriendo mensual del inmueble tuvo un costo de 10.000 euros (aproximadamente 46 millones de pesos), mientras que los gastos anuales relacionados con la vivienda ascendieron a 136.800 euros.

Además, se pagó una comisión de 13.200 euros (unos 61 millones de pesos) por la gestión del inmueble, lo que avivó el debate público sobre el manejo de los recursos públicos.

Entre junio y julio de 2024, el Ministerio de Relaciones Exteriores giró más de 800 millones de pesos a la misión diplomática en la FAO, lo que representó el 53 % del presupuesto anual asignado a esta embajada. Estos desembolsos generaron cuestionamientos sobre la relación entre los costos y los beneficios obtenidos para el país.

Controversias que marcaron su gestión

El nombramiento de Benedetti como embajador ante la FAO fue polémico desde el inicio. Presentó sus credenciales en mayo de 2024, dos meses después de asumir el cargo, tras haber sido removido como embajador en Venezuela. Su designación generó críticas debido a su rol en la campaña presidencial de Gustavo Petro y las dudas sobre la financiación de la misma.

Durante su gestión, Benedetti también enfrentó un escándalo personal que afectó la imagen de la diplomacia colombiana. Fue acusado de agredir verbal y físicamente a su exesposa, Adelina Guerrero Covo, en un incidente ocurrido el 30 de junio en Madrid, España.

Este hecho llevó a la Cancillería a abrir una investigación disciplinaria, cuya resolución aún está pendiente. La Asociación Diplomática y Consular de Colombia (Asodiplo) manifestó su preocupación por el impacto de este caso en la reputación internacional del país y abogó por fortalecer la carrera diplomática basada en méritos y principios éticos.

Logros en medio de las críticas

A pesar de las controversias, Benedetti destacó algunos logros de su gestión. Entre ellos, la confirmación de que Colombia será sede de la Conferencia de Reforma Agraria de la FAO en 2026 y la aprobación del plan estratégico del Programa Mundial de Alimentos (PMA) para el periodo 2025-2028, con un presupuesto de US$592 millones.

No obstante, estos avances han quedado opacados por los cuestionamientos sobre los gastos asociados a su labor y los escándalos que rodearon su paso por la embajada.

Con su regreso al equipo cercano del presidente Petro, Benedetti afronta un nuevo capítulo en su carrera política, mientras persisten los debates sobre la eficiencia y el impacto de su gestión diplomática.

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