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Rescate del sumergible Titan: carrera para recuperar los restos del Titanic
En el tercer viaje anual de la organización se han presentado circunstancias excepcionales.
En medio de la inmensidad del Océano Atlántico, un drama se desarrolla a medida que los rescatistas luchan contra el tiempo y las adversidades para encontrar el sumergible Titan, desaparecido durante su misión de documentación de los restos del Titanic.
Este esfuerzo de rescate no es solo una carrera contra el tiempo, sino también una batalla contra las dificultades inherentes de buscar en las profundidades del Atlántico, una zona aislada y desafiante.
El Titan, un sumergible de fibra de carbono parte de la flota de OceanGate Expeditions, llevaba a bordo a cinco personas con un variado conjunto de habilidades y experiencia: un piloto, un aventurero británico, dos miembros de una prominente familia empresarial de Pakistán y un experto en el Titanic.
Su última ubicación conocida se reportó a 700 kilómetros (435 millas) al sur de San Juan, Terranova, Canadá. La incertidumbre crece con cada minuto, a medida que la posibilidad de sobrevivir disminuye con la disminución de las reservas de oxígeno del sumergible.
El contralmirante John Mauger, comandante de la Guardia Costera de los Estados Unidos, destacó la priorización de la búsqueda submarina y el despliegue de equipos que puedan ayudar en esta misión de búsqueda.
Sin embargo, la inaccesibilidad de la región en cuestión representa un gran obstáculo, dificultando el envío de equipos y personal. La cooperación internacional juega un papel crucial, con la contribución de embarcaciones como el rompehielos canadiense Polar Prince y una aeronave de vigilancia Boeing P-8 Poseidon.
A pesar de los desafíos, se están utilizando todas las herramientas disponibles, incluso tecnología de punta. El ejército canadiense ha lanzado boyas con sonar para detectar cualquier ruido procedente del Titan, mientras que los datos de satélite proporcionados por MarineTraffic.com se están analizando para ayudar a localizar la última posición conocida del sumergible.
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Entre los desaparecidos se encuentra Hamish Harding, un aventurero británico y presidente de Action Aviation, que ya ha establecido récords Guinness en exploración submarina y espacial.
La presencia de dos ciudadanos paquistaníes, Shahzada Dawood y su hijo Suleman, también ha sido confirmada. Ambos son miembros de una de las familias más prominentes de Pakistán, con inversiones en agricultura, industria y salud. El último pasajero identificado hasta ahora es el explorador francés Paul-Henry Nargeolet, un experto en el Titanic.
En medio de la tensión, OceanGate y sus colaboradores continúan comprometidos con el objetivo de localizar y rescatar al Titan y su tripulación.
Los esfuerzos de OceanGate para explorar el sitio del naufragio del Titanic son parte de una serie de expediciones que buscan documentar la decadencia del barco que se hundió en 1912.
En el tercer viaje anual de la organización OceanGate, destinado a monitorear la continua degradación del célebre trasatlántico Titanic, se han presentado circunstancias excepcionales.
Cabe recordar que este famoso barco chocó contra un iceberg y se hundió en 1912, llevándose consigo a alrededor de 700 de los 2.200 pasajeros y miembros de la tripulación. Los restos de la nave, descubiertos en 1985, están sufriendo un constante y lento desgaste a manos de bacterias que se alimentan de metal.
Algunos expertos han anticipado que este icónico barco podría desaparecer completamente en unas pocas décadas, debido a la formación de agujeros en el casco y la desintegración de ciertas secciones.
Los turistas que participaron en el primer viaje en 2021 pagaron entre 100,000 y 150,000 dólares cada uno para unirse a la expedición. En 2023, el costo, referido por OceanGate en su sitio web como "cuota de apoyo de misión", aumentó a 250,000 dólares por persona.
A diferencia de los submarinos convencionales, los sumergibles requieren un buque de apoyo para su lanzamiento y recuperación. Para esto, OceanGate alquiló el Polar Prince, un rompehielos canadiense de tamaño medio anteriormente operado por la Guardia Costera de Canadá.
Esta nave es capaz de transportar a decenas de personas y al sumergible hasta el sitio del naufragio en el norte del Atlántico. Se espera que el sumergible realice múltiples inmersiones durante la expedición.
Alistair Greig, profesor de ingeniería marina en el University College London, señaló que los sumergibles normalmente poseen un lastre que puede ser liberado en caso de emergencia para permitirles ascender a la superficie.
En caso de falla de energía y/o comunicaciones, esta sería una posible solución, dejando al sumergible flotando en la superficie hasta su recuperación. Sin embargo, si se produjera una fuga en el casco, las consecuencias podrían ser más graves.
Según Greig, si el sumergible llegase a hundirse en el lecho marino y no pudiese ascender por sus propios medios, las opciones para su rescate serían escasas. Aunque el sumergible podría seguir intacto, muy pocas embarcaciones podrían llegar a tales profundidades, especialmente si está más allá de la plataforma continental. Además, dudaba que los buzos pudieran llegar a esas profundidades y, mucho menos, acoplarse a la escotilla del sumergible de OceanGate.
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