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Expresidente peruano, Alejandro Toledo, se entrega a las autoridades de Estados Unidos
El exmandatario está acusado en el marco del caso de la multinacional Odebrecht. Sería extraditado en las próximas semanas a Perú.
Este viernes 21 de abril el expresidente de Perú, Alejandro Toledo, se entregó a la Corte de San José, en California, Estados Unidos, para ser extraditado a su país, donde es reclamado por la justicia.
Toledo, de 77 años, es requerido por la justicia peruana desde 2018 por cargos de corrupción. Se le acusa de haber recibido más de US$25 millones de la constructora brasileña Odebrecht a cambio de ayuda para obtener contratos de obras públicas.
Las autoridades peruanas piden una pena de 20 años y seis meses de cárcel. Toledo siempre ha negado los señalamientos y ha presentado varias peticiones para bloquear la extradición.
El expresidente peruano ocupó la presidencia de su país entre 2001 y 2006 y ha negado todas las acusaciones en su contra. A pesar de ello, la justicia peruana ha seguido su rastro y ahora su extradición podría darse en menos de una semana.
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Desde 2015, el expresidente Toledo ha estado bajo investigación judicial por dos casos de presunta corrupción. El primer caso involucra una acusación de lavado de activos relacionada con la compra de dos inmuebles a nombre de su suegra por un valor de aproximadamente US$4.5 millones, supuestamente utilizando fondos no declarados.
Poco después, Toledo se vio envuelto en el escándalo internacional de sobornos de la constructora brasileña Odebrecht, lo que provocó una nueva investigación en su contra. Se le acusa de haber recibido sobornos de la multinacional brasileña a cambio de la asignación de contratos de construcción durante su mandato presidencial.
En noviembre de 2016, Jorge Barata, exdirector de Odebrecht en Perú, declaró que la constructora brasileña había pagado US$20 millones a Toledo a cambio de la adjudicación de los tramos 2 y 3 de la carretera Interoceánica Sur. Estas acusaciones forman parte de la investigación que se está llevando a cabo contra Toledo por su presunta implicación en el escándalo de corrupción de la empresa constructora.
En una entrevista con la agencia EFE, el exmandatario hizo una petición a la justicia peruana: "Le pido que no me maten en la cárcel. Déjenme luchar con argumentos".
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