Durante décadas los hermanos, Carlos de 60 años de edad y Guillermo Vives Restrepo de 58 años, fueron ejemplo de unión y solidaridad en el mundo del entretenimiento. El primero como uno de los actores y cantantes más queridos del país y de mayor reconocimiento internacional y el segundo como actor, chef y empresario.
Una hermandad, solidaridad y carrera en paralelo que los impulsó a diversificar sus actividades profesionales con la creación del Café-Bar, Gaira. Pero en el último tiempo los desacuerdos comerciales los llevaron a romper la armonía familiar y terminaron enfrentándose no solo en redes sociales, también ante la justicia.
La manzana de la discordia tiene nombre propio. Se trata de la exseñorita Colombia 1996 y actual esposa de Carlos Vives, Claudia Elena Vásquez por su papel, desempeño y decisiones en la empresa que constituyeron los dos hermanos quince años atrás.
A principios de este año Guillermo Vives, a través de su abogada solicitó a un juez una prueba extrajudicial en contra de su hermano. En concreto pidió que se le practicara un interrogatorio de parte; en el argot jurídico, la primera pieza procesal cuando se pretende iniciar un proceso en contra de un tercero.
Una historia que se remonta al 12 de mayo de 2006 cuando los hermanos Vives Restrepo decidieron crear mediante la escritura pública 637, la empresa Matuna Inversiones S.A.
La composición accionaria estableció que Guillermo tendría el 49.44% al igual que Carlos con un 49.44%. De otro lado, su hermano Juan Enrique Vives Restrepo, María Eugenia de Fátima Nates Urbano y Aracely Restrepo de Vives, tendrían apenas el 0.37% cada uno en la compañía.
La idea era aprovechar la destacada imagen de Carlos Vives y buscar un modelo de crecimiento similar a Andrés Carne de Res, que para la época se consolidaba no solo como restaurante, sino además como sitio de entretenimiento.
Hasta que apareció la exreina Claudia Elena Vásquez, tras el divorcio del cantante con la puertoriqueña Herlinda Gómez, con quien fue pareja entre 1990 y 2004. Desde entonces, todo cambió para Vives no solo en su vida personal, también en el ámbito de los negocios. Incluso como lo comentaron algunos allegados a la pareja, ella lo saco adelante en momentos en que su carrera parecía estancada por diversos factores personales”.
De hecho, pocos años después de llegar a su vida, Carlos Vives cedió su participación accionaria del 49.44% en Café Bar Gaira a la empresa Four Seasons SAS, cuya representante legal y gerente vitalicia es precisamente Claudia Elena Vásquez.
Los accionistas de dicha empresa son Inversiones Vivas Colombia SAS representada legalmente por Claudia Elena Vásquez con un 75% e Inversiones Vigo Colombia SAS representada legalmente por Carlos Vives con un 25% de participación.
Inversiones Vivas tiene un capital de $1.200 millones y los accionistas son Carlos Vives, su esposa Claudia Elena Vásquez y los hijos de la pareja Elena y Pedro Vives Vásquez.
De otro lado, Inversiones Vigo tiene como accionistas a Carlos Vives y los hijos de su segundo matrimonio con Herlinda Gómez, Lucía y Carlos Enrique Vives Gómez.
Sin embargo, quien ejerce el control de este grupo empresarial desde el 3 de marzo de 2015, según consta en la Cámara de Comercio de Bogotá, es Inversiones Vivas Colombia SAS. Una firma que a su vez es propietaria de otra compañía, Planeta Rica Producciones SAS con más del 50% y de Four Reasons de la cual ejerce el control desde el 7 de enero de 2020.
Estas ramificaciones empresariales muchas veces naturales en el mundo de los negocios, bajo el control que ejerce Claudia Elena Vásquez, terminó generando un sunami en Matuna, la empresa génesis del éxito de los hermanos Carlos y Guillermo Vives con su Café Bar Gaira.
Incluso en el acta de junta directiva de agosto de 2020, la exreina y esposa de Carlos Vives, Claudia Elena Vásquez es quien ocupa el segundo renglón de la sociedad y es miembro principal de la junta. A su vez, Carlos Vives fue relegado a un segundo renglón.
Tener la calidad de accionista como persona natural o jurídica y haber sido administrador por ser miembro de junta directiva en éste pulpo empresarial, generó que Guillermo Vives rompiera la hermandad de décadas, acudiera a un peso pesado del derecho empresarial y a la justicia civil.
A través de la firma del exfiscal general, Néstor Humberto Martínez, DLA Pipe Martínez Beltrán, en la solicitud de interrogatorio de parte, se afirmara de un presunto, “proceder irregular de los señores Carlos Vives y Claudia Elena Vásquez como administradores de Matuna”.
Afirman que Claudia Elena Vásquez es la esposa de Carlos Vives por lo que su intención dentro de la sociedad conyugal es aumentar su patrimonio. Lo propio sucedió con Carlos Vives porque como miembro suplente de la junta directiva fue administrador de Matuna.
Este hecho para los abogados de Guillermo Vives se constituyó en un conflicto de intereses. La razón es que los esposo Vives Vásquez habrían utilizado su condición de administradores de Matuna, así como su participación y administración de la sociedad Planeta Rica, una plataforma para celebrar operaciones que consideran viciadas por no comunicárselas a la asamblea de accionistas.
Y como prueba presentaron un préstamo que le hizo la empresa Planeta Rica Producciones SAS a Matuna por $1.400 millones a un término de cuatro años a una cómoda tasa de 0.8% mensual.
El argumento del préstamo es que Matuna requería capital de trabajo y adicionalmente tenía pagos pendientes a un grupo de arquitectos por una obra realizada en el restaurante Gaira ubicado en la carrera 13 # 96-11.
Sin embargo, este endeudamiento no contó con el visto bueno de la junta directiva de Matuna como lo establecen los estatutos.
Según el numeral 12 del artículo 51, Milton Ramírez Arcila como representante legal de la empresa era el encargado de suscribir el pagaré con la carta de instrucciones previa autorización de la junta.
La demanda entonces se encaminó a formular un interrogatorio con el propósito de recaudar pruebas suficientes que permitieran iniciar otro tipo de acciones legales.
Además de demostrar el vínculo jurídico, los intereses patrimoniales respecto a las empresas Matuna Inversiones, Planeta Rica Producciones SAS y Four Seasons, dicha prueba extra procesal iba encaminada a que Carlos Vives confesara que incumplió deberes legales o como accionista que le correspondían como administrador de Matuna.
También que el cantautor no informó la existencia del conflicto de intereses derivado del préstamo realizado por Planeta Rica Producciones SAS a Matuna.
Asimismo que, “Carlos Vives se ha beneficiado directa o indirectamente de un contrato de arrendamiento por el que no ha pagado canon alguno a Matuna Inversiones”.
El litigio también comprometió además a dos poderosas firmas de abogados DLA Pipet Martínez Beltran del exfiscal Néstor Humberto Martínez quien representó judicialmente a Guillermo Vives y Brigard y Urrutia apoderados de Carlos Vives quienes se opusieron a gran parte del interrogatorio.
Al final ganó el vínculo familiar y Guillermo Vives, por ahora, desistió de poner contra las cuerdas de la justicia a su hermano Carlos Vives quien por estos días acaba de hacer el relanzamiento de la canción Parrandero Remix, en compañía de la agrupación Sin Ánimo de Lucro. Un pleito con futuro incierto.
Lo que si es evidente, es que como en uno de los éxitos de Carlos Vives, su hermano Guillermo, parece no dejar del todo que el asunto quede en la tierra del olvido y en manos de la señorita Colombia 1996 Claudia Elena Vásquez. Una ingeniera química de la Universidad de Los Andes, próspera empresaria y emprendedora que marcó un antes y un después de uno de los cantantes mas apreciados y carismáticos en Colombia y a nivel internacional.
También le puede interesar