El presidente Gustavo Petro anunció este fin de semana que el país reemplazará los aviones Kfir de la Fuerza Aérea Colombiana, FAC, porque representan un riesgo para los pilotos.
La manifestación la realizó en la ceremonia de ascensos de oficiales de las Fuerzas Militares y Policía. Allí aseguró que el país renovará esta fuerza de superioridad aérea y que las esposas de quienes deben maniobrar estas aeronaves lo agradecerán.
En contraste, el hoy mandatario, cuando era senador opositor al gobierno de Iván Duque, rechazó la adquisición de aeronaves que había sido anunciada por ese gobierno.
En concreto, el 16 de marzo de 2021, a través de sus redes sociales indicó que no entendía como el país pudiera aplaudir que no se destinaran esos recursos para salvar vidas y en cambio si en instrumentos para bombardear niños.
“La compra de aviones en medio de una crisis como la que vivimos, es el máximo grado de irresponsabilidad de un gobernante”, indicó el entonces congresista.
No obstante, ya con información de primera mano como jefe supremo de las Fuerzas Militares, cambió de posición al verificar el peligro que representa la flota actual.
Pero más allá del nuevo anuncio hay entretelones de un negocio que no dejan de causar inquietudes.
El más trascendente fue a mediados del año pasado cuando el entonces la ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, de suspender temporalmente la compra de los 14 aviones militares. Un negocio estimado en US$1.000 millones, antecedieron ofertas de Estados Unidos y de Suecia.
Incluso para este último caso, una delegación de senadores aceptó la invitación a la fábrica de la empresa Saab, a la ciudad de Linkoping en el sur de Suecia
De hecho, el 30 de noviembre de 2020, la compañía ratificó que otorgaría condiciones favorables para la adquisición de las aeronaves.
Una negociación que comenzó en el año 2012 para reemplazar unos aviones que llegaron a Colombia en 1989. Expertos en aviación destacan que es el único país en el mundo que está volando este tipo de aviones Kfir.
La consecución de repuestos es únicamente a través de la empresa Israel Aircraft Industries (IAI) y todas las actividades de mantenimiento son ejecutadas por esta.
Según registros de la Fuerza Aérea de Colombia, FAC, es difícil mantener estas aeronaves cuando el proveedor es único, ya que los precios por los servicios de mantenimiento y por los repuestos son onerosos.
Un informe oficial da cuenta que los aviones sufrieron cinco accidentes catastróficos, en el lapso 2014 a 2017. En estos se perdieron valiosas vidas humanas. Revisados los registros de las autoridades, las investigaciones no llegaron a ninguna conclusión. Ello a pesar de que la falla en los motores proveídos, por la compañía IAI de Israel pareció evidente.
Otro reporte detalla que a los aviones se les efectúo mantenimiento mayor, que comprendió el desarme total y cambio de piezas estructurales, en razón a que se les encontró fisuras importantes que no permitían que siguieran operando.
Este mantenimiento realizado por la IAI fue cobrado en varios millones de dólares. Actualmente, de 19 aviones adquiridos, vuelan únicamente seis. El desarrollo de los contratos y desempeño es rotulado como asuntos de seguridad nacional que implican reserva.
Frente a estos hechos, un experto en la industria, actual oficial de las Fuerzas Armadas, señaló la Agencia de Periodismo Investigativo, API, que "es necesario que se sigan buscando mecanismos que permitan la adquisición de unos aviones de superioridad estratégica, en razón a que existen serias amenazas internas y externas que obligan a Colombia a no abandonar las capacidades propias de mantener la soberanía y proteger el espacio aéreo colombiano".
En este sentido, el gobierno de los Estados Unidos siempre ha ofrecido con favorables condiciones de pago y crédito, un lote de aviones F-16 Bloque 50, que según los conocedores del tema, brindan características tecnológicas y armamentísticas, que permitirían nivelar el poder aéreo regional.
De igual manera, a través de ese gobierno, accedería a unos programas de adquisición de servicios de mantenimiento y de logística para los F-16, que facilitarían y reducirían costos en la operación de esta flota de aeronaves de combate.
Otro oficial aeronáutico destacó que Colombia, "ha adquirido varios tipos de equipos de aeronaves a Estados Unidos y conocemos su puntualidad en la entrega de repuestos y la elevada confiabilidad de sus aeronaves".
Frente al tema, en noviembre del año pasado, se reunieron delegados de la FAC con miembros de la empresa Lockheed Martin de Estados Unidos, incluso también en la Feria Aeronáutica Internacional F-air de 2019, las aeronaves ya habían sido presentadas al gobierno colombiano.
A esta situación se suma, la visita que auspició el gobierno de Suecia, en agosto de 2019, de una delegación de parlamentarios, como Paola Holguín, del Centro Democrático, Carlos Fernando Motoa de Cambio Radical, Mauricio Gómez Amín, del Partido Liberal y Berner Zambrano del partido de La U, entre otros, así como funcionarios de la Comisión Segunda del Senado, como su secretario Diego González. De hecho, esa comisión es la que aprueba este tipo de compras en el país.
En este contexto, los funcionarios de Saab presentaron a la delegación colombiana las características de los aviones de combate Gripen de última generación y aseguraron que las aeronaves están en capacidad de cumplir todos los requerimientos del país, destacando la tecnología, software, calidad y precios.
Otro experto en asuntos militares señaló que no es hora de intentar adquirir aviones a proveedores como Saab con su avión Gripe, o el Eurofighter, los cuales no se han probado en conflicto internacional alguno y no se conoce en la práctica como serán sus ciclos de entrega de repuestos y las condiciones que se faciliten para proveer una adecuada logística.
Entretanto, los países vecinos como Venezuela, Ecuador, Perú y Brasil, mantienen, han adquirido o renovado sus flotas aéreas, navales y equipamiento terrestre, logrando acceder a equipos con las últimas actualizaciones tecnológicas en armamento naval y aéreo, lo cual pone en desventaja aérea a Colombia en el teatro regional.
En contraste, las tripulaciones colombianas de aviones Kfir han logrado llegar a los estándares más altos de operación, en razón a sus participaciones en varios ejercicios de Red Flag en los Estados Unidos en años recientes.
Es conocido que a estos ejercicios aéreos solo se invita a países aliados y amigos de ese país y se requiere un elevado nivel logístico y de mantenimiento para cumplir con los mínimos requisitos exigidos por la fuerza aérea norteamericana.
Con otro antecedente; desde el año 2002, estos aviones Kfir fueron comprometidos plenamente en el soporte aéreo a las tropas de superficie, dentro del conflicto interno en el que estuvo inmerso Colombia con las estructuras de las Farc.
“Estos aviones fueron importantes a la hora de evitar que esa organización criminal siguiera atacando poblaciones inermes y alejadas de la geografía nacional, ya que su flexibilidad y agilidad permitía una llegada eficaz al sitio de operaciones y un abatimiento de cualquier blanco de manera inmediata”, detalla un piloto que los maniobró.
Una situación que cambió el escenario de la guerra, ya que se podría decir que devolvió a las Farc en su momento de la guerra de movimientos a la guerra de guerrillas.
Al entonces grupo armado ilegal les fue muy arriesgado volver a reunir un grupo grande de guerrilleros para atacar una población, en razón a la estricta vigilancia aérea que ejercía la FAC, en apoyo constante a las tropas de superficie del Ejército Nacional, con el fin de cumplir la misión constitucional.
Al respecto, otro informe señala que para un uso óptimo de estos aviones, en algunas ocasiones era necesario utilizar un avión cisterna como el Boeing 707 o KC-135,versión militar, el cual retanqueaba los aviones Kfir con el fin de ampliar la autonomía y atacar blancos aparentemente inaccesibles o inalcanzables.
Es así que los cultivos ilícitos de las organizaciones criminales en Guaviare, Amazonas, Putumayo y Vaupés, quedaba al alcance del poder aéreo nacional con esta capacidad propia de reabastecimiento aéreo, destaca un informe oficial de la FAC.
Con otra anotación histórica, los aviones Kfir fueron utilizados en la guerra de los seis días en 1973, dentro del conflicto árabe-israeli. Estas aeronaves fueron el corazón de la flota israelí que defendió su territorio.
Para ese momento se suspendió la compra de las aeronaves en Colombia en el contexto de la caída reforma tributaria, el Paro Nacional y el cambio de ministro de Hacienda.
No obstante, ahora con la decisión del presidente Gustavo Petro, los vendedores de los aviones de combate de Estados Unidos y Europa, comenzaron a reactivar un millonario negocio que tarde o temprano se tendrá que producir ante la obsolescencia de las aeronaves Kfir, certificada por autoridades, expertos y pilotos.
Por eso, varios funcionarios de los gobiernos Uribe, Santos y Duque, en representación de las compañías internacionales interesadas, hacen lobby, pues una venta más de US$1.000 millones, les reportaría muchos beneficios.
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