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Drama de la heredera de dos universidades por maniobras y violencia de su esposo

Estuvo secuestrada, su padre falleció, pareja se apropió de la institución y afronta proceso por agresiones contra la mujer e hijas en dificultades económicas. Uninpahu y Los Libertadores de Bogotá están valoradas en más de $100.000 millones.

Juan Luis Velasco invest
Por Agencia Periodismo Investigativo | Créditos: Juan Luis Velasco, presidente de Uninpahu, investigado y cuestionado por sus actuaciones personales y en la academia / Suministrada

Por: Norbey Quevedo - Ana Naranjo

María Paula Linares Vanegas desde el 5 de febrero de 1999 no ha parado de llorar. Fue secuestrada por las Farc y liberada un año después, luego que su padre Luis Hernán Linares Ángel, fundador en 1974 y 1982 de las universidades Inpahu, hoy Uninpahu, y Los Libertadores, pagara tres veces $10.000 millones por un rescate fallido.

Su retorno a la libertad llegó luego que su progenitor  se comprometiera con ese grupo subversivo a pagarles más dinero en cuotas. Paradójicamente salir del Sumapaz y luego de San Vicente del Caguán en donde padeció su cautiverio, no la condujo a la añorada felicidad si no a un cambio de verdugo, de victimario, a escribir con sangre y lágrimas una historia de sometimiento y abuso. 

El 8 de julio de 2000, apenas seis meses después de su liberación, contrajo matrimonio con Juan Luis Velasco. Los había presentado un amigo en común. Ella quedó fascinada con él y la enamoró aún más que la hubiera esperado el año de su secuestro.

María Paula no vio, no escuchó lo que sus padres, hermano y primos le presagiaron. El día de su boda, su madre le imploró se quitara el vestido de matrimonio, suplicó desistiera de la idea de casarse porque presentía que iba a sufrir en esa relación. 

Desde el noviazgo Juan Luis evidenciaba rasgos de intolerancia, agresividad y celopatía. La criticaba si usaba minifaldas o ropa ajustada, se molestaba si se demoraba en estar lista y limitaba los lugares a visitar y con quiénes podía hablar. 

Pero solo pasaron algunas semanas antes de que empezara una cadena de sufrimiento. Un recorrido por el infierno al que también fueron arrastradas sin clemencia sus dos hijas. 

Prohibiciones, golpes, insultos, amenazas, violencia física, psicológica y sexual casi a diario, del que existe solo un antecedente ante la justicia. 

de Luis Hernán Linares Ángel, fundador de las Inpahu y los Libertadores / Foto: Fundación universitaria los Libertadores
Luis Hernán Linares Ángel, fundador de la Fundación Universitaria para el Desarrollo Humano Uninpahu y la Fundación Universitaria Los Libertadores /  Foto: Fundación Universitaria los Libertadores


El 8 de julio de 2005 atemorizada llegó hasta la Comisaría de Familia de Chapinero. Allí narró que dos días atrás su esposo Juan Luis Velasco la agredió en la cabeza, manos, espalda y pecho. Eran las 8:00 pm y literalmente barrió el piso con ella.

Pero como quedó consignado en un derecho de petición que prueba su denuncia, se generó una orden administrativa y se citó a víctima y victimario para el 2 de agosto de 2005; por supuesto, ninguno de los dos se presentó y el caso se cerró. 

Tres años después María Paula regresó a la misma comisaría. En sus palabras se evidenciaba que algo extraño sucedía, pues advirtió que no quería citaciones, sólo deseaba dejar una constancia.

“Que de común acuerdo con mi esposo cambié de domicilio con mi hija menor de edad M.V.L de 4 años (…) el padre de nuestra hija se encontraba de viaje, salió del país el día 22 de abril y regresó el 4 de mayo. Yo me cambié de domicilio el día 28, desde su llegada a Bogotá única y exclusivamente por su voluntad no ha visto a su hija”.

Nunca más María Paula intentó acudir a las autoridades hasta el pasado 5 de febrero de 2021 cuando sin dinero, sin el legado  que le dejó su padre, expulsada de su propia universidad y motivada por sus dos hijas que ya tienen 18 y 13 años de edad, la impulsaron a ponerle fin a dos décadas de maltrato. 

Su denuncia ante la Fiscalía dejó al descubierto, no sólo años de un aberrante caso de violencia intrafamiliar si no un supuesto móvil; el control de la universidad Uninpahu. Una institución  que en 1974 Luis Hernán Linares Ángel, escritor, psicólogo, filósofo y docente, un hombre de carácter recio, un visionario con vocación pedagógica, gestó como proyecto educativo de carácter técnico y tecnológico, la Escuela Superior Profesional, Inpahu, como se denominó inicialmente.

Fundación Universitaria para el Desarrollo Humano Uninpahu / Foto: Uninpahu
Fundación Universitaria para el Desarrollo Humano Uninpahu / Uninpahu

 

Su sueño lo inició en una casa antigua en el sector de Teusaquillo en Bogotá que tomó en arriendo a su progenitora. Tenía la convicción que el país necesitaba otro tipo de saberes prácticos.

Rápidamente Uninpahu fue un éxito e incluso fue el semillero de cientos de periodistas de una época. Más tarde, en 1982 con el ánimo de que los egresados pudieran obtener un título profesional a partir de las carreras técnicas y tecnológicas creó la Fundación Universitaria Los Libertadores. Iniciativa conjunta con el director de El Tiempo, Roberto García Peña y el general Luis Ernesto Ordóñez, integrante de la Junta Militar que gobernó el país en 1957 en reemplazo de su homólogo Gustavo Rojas Pinilla.

Una idea que actualmente cuenta con más de 150.000 egresados de ambas instituciones educativas. Uninpahu con 24 programas y Los Libertadores con 36 entre técnicos, tecnológicos, pregrados y especializaciones. Según expertos las dos universidades están valoradas en más de $100.000 millones.

El éxito de ambos claustros otorgó un gran nivel de vida a la familia de su fundador Hernán Linares, su esposa y sus dos hijos María Paula y Juan Manuel.

Con otro antecedente, María Paula dos años antes de su secuestro había ingresado a trabajar en Uninpahu como promotora de ventas. Luego, en marzo de 2001, su padre la promovió en la Secretaría General.

El secuestro impidió que terminara su carrera de derecho en la Universidad Javeriana. Luego contrajo matrimonio y esto cercenó cualquier posibilidad de que la culminara, así que ejerció estos cargos faltándole los preparatorios. Paradójicamente, tampoco para ese momento, imaginó que fuera a necesitar un título académico para buscar un empleo fuera de la universidad.

Al caos que vivía en su hogar se sumó la muerte de su progenitor el 17 de diciembre de 2014. Tres años después María Paula y su hermano Juan Manuel, como únicos herederos de Hernán Linares, suscribieron un contrato de transacción en el que acordaron distribuir equitativamente el patrimonio legado.

Fundación Universitaria Los Libertadores / Foto: Fundación Universitaria Los Libertadores
Fachada de la Fundación Universitaria Los Libertadores

 

En aquel documento Juan Manuel le cedió el 100% de las acciones que tenía su padre en las cuatro sociedades que integraban la Asamblea General de Uninpahu; Servicio San Pedro S.A.S, Servicios Carmen S.A.S, Servicios Martín S.A.S y Manuela Inversiones S.A.S.

Lo propio hizo ella con Los Libertadores. Así las cosas, María Paula se quedó con las acciones de las empresas de Uninpahu y su hermano Juan Manuel con Los Libertadores.

Como nunca entendió de balances y estados financieros y Uninpahu estaba pasando por una difícil situación económica, el 11 de diciembre de 2017 su aún esposo Juan Luis Velasco ingresó como miembro de la Asamblea General de la institución académica.

Desde el primero de abril de 2018 hasta el 15 de marzo de 2019, Velasco a quien su suegro Hernán Linares mantuvo al margen hasta el final de sus días, se convirtió en asesor de la universidad y empezó a representarla en eventos culturales, nacionales y en el extranjero. 

A partir de esa fecha se promovió como presidente de Uninpahu. Sus ingresos se transformaron en millonarios.  De hecho, presidía y convocaba asambleas e impartía instrucciones a quien designó como rector, su amigo más cercano Diego Fernando Buitrago.

Velasco, quien según declaraciones de María Paula, cada vez que requería una firma de ella o una nueva designación, días antes arreciaban los maltratos y agresiones.

Ese año la convenció que necesitaba más votos en la Asamblea General con el supuesto de una mejor administración.

Para ese momento la junta estaba conformada por María Paula Linares y Juan Fernando Velasco como personas naturales y miembros principales. Como suplentes sus dos hijas. En cuanto a las personas jurídicas Servicios San Pedro y Squaw Didáctica S.A.S en cabeza de María Paula y la firma Técnicos Empresariales representada por Juan Luis Velasco.

Queja interpuesta en el Ministerio de Educación por los manejos del Inpahu / Suministrada
Queja interpuesta en el Ministerio de Educación por los manejos del Uninpahu / Suministrada

 

El 31 de octubre de ese año Velasco creó dos sociedades, Asesorías Jurídicas Integrales Legalnet S.A.S y Servicios para la Innovación Educativa S.A.S, ambas representadas por él. Estas firmas entraron en reemplazo de las anteriores en las que su esposa era la representante.  

El tema se oficializó en la asamblea del 2 de diciembre y gracias a esta jugada se posicionó con tres votos mientras que María Paula, la hija de Hernán Linares el fundador de la universidad y quien heredó dicha institución quedó apenas con dos.

Esto le otorgó control absoluto a Juan Luis Velasco. Un poder que según se desprende del expediente que reposa en la Fiscalía logró a base de golpes, maltrato, insultos y amenazas.

“Yo decidí aceptar dichos cambios no porque Juan Luis tuviera más experiencia en temas administrativos si no por el temor que le tenía como consecuencia de la violencia a la que me sometió durante años de matrimonio”, le contó María Paula a la Fiscalía y lo reiteró en entrevista con la Agencia de Periodismo Investigativo, API.

Lo que se narra en adelante es abrumador. Velasco la golpeaba, escupía, la arrastraba por el suelo, le mojaba los alimentos para impedir que comiera, le gritaba que ella solo servía para "cagar y graznar". A esto se sumaba toda clase de improperios que fueron minando su confianza, su autoestima y su amor propio, “que era una bruta, una puta y una borracha”, afirma la mujer.

Pero llegó la pandemia de Covid-19 y con esta el confinamiento. Para María Paula y sus hijas quienes no se refieren a Velasco como su padre, si no como “ese señor”, el encierro con su verdugo desencadenó un martirio.

 

Acta 111 de 2018 mediante la cual María Paula Linares fue expulsada de Inpahu / Suministrada
Acta 111 de 2018 mediante la cual María Paula Linares fue expulsada de Uninpahu / Suministrada

 

Las dos pequeñas durante el encierro sanitario suplicaron a su padre alejarse de la casa. Querían iniciar su año escolar tranquilas, pero a la contundente negativa se sumó una advertencia, no inmiscuirse, ni opinar.

Tras una comunicación telefónica, la mayor de las hermanas le ripostó llorando y aireadamente manifestó que habían padecido un entorno de violencia desde siempre, que desde su cuarto escuchaban los insultos y golpes y a pesar que le insistían que se fuera de la casa, él se rehusaba. Velasco le respondió que la casa también era de él. 

En uno de los tantos agravios demenciales le vociferó a su pareja, "yo la robé y ni se dio cuenta". Esa confesión alentó lo que no fue posible en 21 años, estremeció a María Paula quien enmudeció mientras acumulaba valor.

El coraje germinó cinco meses después. Alentada por sus hijas detalló su lastre. Acudió a la Comisaría de Usaquén II en donde desnudó más de dos décadas de infamia.

Pero Velasco a comienzos de 2021 en una nueva maniobra judicial se anticipó e interpuso demanda de divorcio alegando como causal una falsa infidelidad de María Paula. Al ver que su denuncia en la comisaría era insuficiente, la mujer ripostó en febrero de ese año en Fiscalía acusándolo de violencia intrafamiliar.

Lo que sobrevino por cuenta de su decisión de acudir a la justicia penal fue una venganza económica y un terrible acoso laboral de la universidad de la que ella era propietaria y en donde había perdido todo margen de maniobra.

No le permitieron acceder a su computador en la institución. En tanto que el rector Diego Buitrago, mediante un correo electrónico, le informó el inicio de un proceso disciplinario en su contra. Tampoco le entregaron sus cesantías, las tarjetas de Sodexo que le aportaba la universidad para mercado y gasolina le fueron retiradas.

A pesar de que María Paula padece de síndrome mieloproliferativo que le implica quimioterapia, la obligaron a acudir de manera presencial a la universidad aunque por disposición presidencial la mayoría de colombianos laboraban desde sus hogares.

Ampliación de denuncia en Fiscalía interpuesta por María Paula Linares / Suministrada
Ampliación de denuncia en Fiscalía interpuesta por María Paula Linares / Suministrada

 

Al respecto, el 8 de marzo de 2021 la universidad respondió su queja de acoso laboral asegurando que no existía tal conducta. Ocho días después el hermano de Velasco, Rodrigo Velasco Mosquera ingresó a hacer parte de la asamblea de Uninpahu. En dicha reunión ordinaria María Paula y su abogado se opusieron pero cómo Velasco tenía tres votos, fue derrotada.

Ese mes se agudizó su situación. Se enteró que en la institución habían incorporado a su hoja de vida un título falso de abogada de la Universidad Javeriana con el propósito de promover una causa penal en su contra por falsedad en documento. Un contrasentido, porque no requería de un diploma para trabajar en la universidad del que su padre había sido fundador y dueño.

Entonces interpuso una nueva causa penal en contra de su exmarido y del rector, Diego Buitrago por los presuntos delitos de falsedad en documento público, calumnia e injuria.

En agosto de ese año el propio Velasco convocó a una reunión extraordinaria de la asamblea en la que removieron a la heredera y en su lugar fue promovido el hermano de Velasco, es decir, de un solo tajo borraron a los Linares.

Luego de 21 años de violencia, María Paula perdió lo único que tenía, el legado de su padre y hasta su sustento, pues ella y sus hijas se quedaron sin ningún medio de manutención. 

En los exámenes practicados a ella y sus dos hijas por el área de psiquiatría de Medicina Legal quedaron plasmadas las consecuencias de tantos años de maltrato. Esto también fue corroborado por una de las empleadas que le contó a la policía judicial lo que evidenció mientras trabajó para la pareja.

E.M.L de quien omitimos su nombre para proteger su identidad, declaró que trabajó un año como empleada interna pero  renunció porque no soportó el trato que Juan Luis Velasco le daba a todos en la familia.

Expediente ante la Comisaría de Familia de Usaquén / Suministrada
Expediente ante la Comisaría de Familia de Usaquén / Suministrada

 

En el año 2012 regresó por petición de María Paula, pero para ese momento todo había empeorado. “Le decía perra hp, pero ella nunca le contestaba, era callada. Un día encontré una pijama rota y le pregunté porqué estaba así y me dijo que su esposo Juan Luis la había arrastrado, me mostró los codos y los tenía pelados”.

La empleada recordó otro episodio en el que la mujer salió a encontrarse con unas amigas y cuando regresó, Velasco la encerró en el cuarto y se escuchaba como la golpeaba, luego la vio con la ropa ensangrentada.

Cuando recogía los platos de la mesa veía que los alimentos estaban llenos de agua, al preguntarle le respondió que su esposo lo había hecho, eso lo repetía cada vez que se enfurecía.

No fueron pocas veces las que la trabajadora suplicó que lo denunciara pero ella se negaba porque temía que tomara represalias en contra de sus hijas.

Las declaraciones entregadas por las menores también son contundentes. Aseguraron que su papá es abogado y trabaja en la universidad de su mamá, no asistía a las reuniones del colegio y no conocía a sus amigos, “nunca estuvo presente”.

“Me da mucha tristeza por todo lo que ha tenido que pasar mi mamá, con mi hermana la impulsamos a que se separara”, aseguró la hija mayor quien constantemente lloró en las declaraciones.

El dictamen pericial advierte "un patrón de victimización en una relación abusiva y asimétrica, presentándose intensos maltratos a nivel físico y emocional prolongados por parte del denunciado hacia la madre y hermana haciendo uso de la humillación, agresiones físicas y emisión de palabras soeces e insultantes”.
 

Informe de Medicina Legal donde se evidencia violencia intrafamiliar por parte de Juan Luis Velasco contra su familia / Foto: Suministrada
Informe de Medicina Legal donde se evidencia violencia intrafamiliar por parte de Juan Luis Velasco contra su familia / Suministrada

 

En el informe se advierte que las niñas no identifican la figura paterna como cuidadora si no como alguien al cual tienen que ocultar frente a sus pares encontrando así una relación paternofilial, deteriorada y disfuncional.

Velasco ya enfrentó una audiencia de imputación de cargos por violencia intrafamiliar. Su abogado Iván Cancino ha negado estas conductas e incluso aseguró que María Paula había incurrido en alineación parental, pero el más reciente examen de Medicina Legal descartó este señalamiento.

En la valoración realizada la entidad conceptuó que presenta trastorno de estrés postraumático por la relación disfuncional con Velasco. Así mismo tiene una personalidad pasiva y un rol sumiso que conlleva a un factor de vulnerabilidad al sometimiento del ejercicio de poder por parte de terceras personas.

A comienzos de este año, el Juez 28 Penal Municipal con Función de Conocimiento de Bogotá, falló en favor de María Paula Linares y sus dos hijas, una acción de tutela con la que pretendían retomar, al menos su trabajo en la universidad.

El despacho encontró probada la vulneración de los derechos al debido proceso, igualdad, libre desarrollo de la personalidad y mínimo vital, honra y buen nombre, pues ella estaba viviendo de la caridad de su familia, así que le dio 48 horas a la institución educativa para restituirla en el cargo de canciller.

Sin embargo, extrañamente la decisión fue revocada por la Juez 32 Penal de Conocimiento, Maira Patricia Ramírez Aponte, porque a su juicio no se le estaba afectando el mínimo vital y contaba con un sin fin de oportunidades laborales a las que podía acceder. 

Tampoco han servido las reiteradas solicitudes al Ministerio de Educación para que revisen todo lo que viene ocurriendo en Uninpahu, sus manejos administrativos, financieros y académicos, así como la forma en la que un extraño Juan Luis Velasco terminó apoderándose del legado de Luis Hernán Linares Àngel. 

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