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Jugadas del dueño de cancelado festival Jamming 2022

Miles de personas en Colombia y el exterior compraron boletas y esperan devolución. Afectados piden solidaridad y que les compren sus productos. Disturbios en Bogotá. SIC investiga y compulsa copias a Fiscalía.

Jugadas del dueño de cancelado festival Jamming 2022
Por Agencia Periodismo Investigativo | Créditos: Julian_Betancur

Alejandro Casallas es un odontólogo que casi de la noche a la mañana se convirtió en DJ. Tiempo después resultó empresario de eventos musicales. Para tal fin, constituyó junto con su hermana la empresa Buena Vibra Eventos EU. Ahora es objeto de cuestionamientos por la cancelación del evento en Ibagué y los perjuicios que se derivaron para miles de compradores de boletas y diversos proveedores del festival Jamming 2022.

Pero más allá de la sorpresa que causó la cancelación del evento, las órdenes impartidas este viernes por la Superintendencia de Industria y Comercio y las múltiples afectaciones, están las maniobras que se utilizaron en los últimos días para darle sepultura a un evento que nació enfermo, agonizaba y no tenia como recuperarse.

Si bien en los últimos años, algunas presentaciones similares organizados por el odontólogo Casallas y su hermana habían tenido relativo a éxito, esta vez la historia fue bien diferente. 

Tal y como lo evidenció uno de los conocedores de la pareja, todo comenzó a flaquear en el contexto de la pandemia  que se inició en marzo de 2020. 

 

Tarima Jamming Festival 2022/El Espectador
Tarima del Jamming Festival 2022 organizado en Ibagué durante el 19, 20 y 21 de marzo / @jammingfestival

Una organización del festival que tiene a cuatro personas clave. Alejandro Casallas cabeza de todos los negocios. Su expareja Paola Moreno quien fue cofundadora del festival, socia también en Casa Babylon, se divorció de Casallas y estuvo como parte de sus negocios hasta 2016.

Junto al odontólogo Casallas, está su mano derecha en todo. Se trata de su hermana Andrea quien en su rol de abogada revisaba, analizaba y daba visto bueno a todos los negocios del empresario. A ellos se suma, Luis Casallas, su progenitor también activo partícipe de las actividades comerciales de sus hijos. 

Por esta, razón incluso fue retenido temporalmente en las instalaciones de Playa Hawái en Ibagué por las autoridades a fin de dar explicaciones de los negocios y del paradero de sus hijos.

Días previos a la crisis derivada del Covid-19, los empresarios habían girado como anticipo, el 50% a varios artistas, lo cual es casi una norma en la industria del espectáculo.

No obstante, la pandemia trastocó todo. Sin embargo, tras un poco más de un año de noticias nocivas, el descubrimiento de las vacunas, la inmunización masiva y el contexto mundial;  una luz de esperanza iluminó el negocio, y la fe creció para que desde el segundo semestre del año pasado, el odontólogo Casallas y su hermana retomaran la senda del evento musical.

Así las cosas comenzaron a programar un evento de tres días con casi cien artistas y reconocidos invitados. Este estaba previsto para este puente del 19 al 21 de marzo, en el segundo festivo del año.

Don Omar, Black Eyed Peas, Caifanes, Shaggy, Ñejo, Silvestre Dangond, Yotuel, Orishas, Ryan Castro, entre muchos otros estaban en una cartelera diversa, extensa y atractiva para todos los públicos.

Con un detalle. Además de un pequeño capital propio que poseían, proyecciones financieras por venta de boletería y venta de comidas y souvenirs, el par de empresarios afinaron estrategias.

En concreto, casi desde comienzos de enero de este año, una vez revivieron el evento en el remate de la pandemia, los organizadores comenzaron a llamar a los artistas invitados.

Black Eyed Peas, artista del Jamming Festival/Instagram @Blackeyedpeas
Black Eyed Peas, artista invitado al Jamming Festival que canceló su presentación al evento / @Blackeyedpeas

 

La clave estaba, según Casallas y su hermana, como lo expresaron a varios empresarios del espectáculo, en que varios artistas devolvieran los anticipos entregados para girarlos luego a otros colegas, o en su defecto que garantizaran su presencia en el evento con base en el supuesto anticipo entregado. 

Con esta expectativa y presupuesto menguado desde el comienzo, los esposos Casallas empezaron a contactar y contratar decenas de artistas o lo que es peor “confeccionaron un cartel de artistas no confirmados”, explicó un empresario.

Pero otro asunto fue determinante en el fracaso del evento. El precio de las boletas. Los valores de las entradas subieron en más de un 100% con respecto al evento anterior.  Cada día, con un valor de $300.000.

Este aspecto incidió en que los ingresos fueron iniciales inferiores a los esperados y la liquidez no apareció por ningún lado. Por eso, la promesa inicial de grandes invitados cambió e incluso muchos de ellos como Cagliari, les anunciaron pago el lunes, lo cual no se hizo. Asi sucedió con muchos.

Como era lógico empezó la reducción forzosa de costos. Casi repentinamente se fueron de Ricaurte a Playa Hawái en Ibagué, varios millones de pesos más económico, pese a ello seguían vendiendo un gran cartel de artistas, con la idea de superar el aforo para poder recuperar la inversión. Es más siguieron vendiendo miles de boletas como si nada.

Playa Hawai, lugar donde estaba planeado el evento/ Facebook @JammingFestival
Playa Hawai, lugar donde estaba planeado realizarse el evento / @JammingFestival

 

Hace dos semanas, se tenía claro que el evento estaba moribundo. Según explicó un conocedor del tema a través de redes sociales: “sin confirmar ni el 80% del cartel porque se gastaron lo que habían tenido, confirmando al 100% a ese reducido 20% de artistas con gran nombre”.

A ello se suma que el dinero para asuntos logísticos e infraestructura también empezó a escasear y los proveedores evidenciaron que algo no andaba bien.

Desde la semana pasada todo comenzó a derrumbarse. Las empresas de logística retiraron su personal y equipos, cansados de las promesas del odontólogo Casallas. No obstante, se seguían vendiendo costosas boletas como si nada.

Lo propio sucedió con los artistas menos reconocidos. De inmediato anunciaron que no venían al evento. Otros con alguna esperanza aguantaron hasta este lunes, pero todo se quedó en promesas.

La situación se volvió más crítica el martes, cuando los mismos organizadores plantearon armar, ya no ocho sino cuatro escenarios. En redes sociales se empezó a denunciar el incumplimiento e incluso fueron bloqueados muchos de los denunciantes.

Disturbios en Casa Babylon/Facebook Furia Gráfica
Disturbios en Casa Babylon tras la cancelación del evento en Ibagué / Furia Gráfica

 

No obstante, el jueves, varias personas acudieron también a la Superintendencia de Industria y Comercio  que a las 7 y 10am de este viernes anunció medidas.

En concreto pidió información sobre el evento a la empresa Buena Vibra Eventos. En esencia, artistas confirmados, locaciones, modificaciones y soluciones a los inconvenientes denunciados.

Al respecto, la organización del Jamming 2022 expidió un comunicado, en donde informó la suspensión del evento.

De inmediato, se armó la de troya. Vendedores de todo tipo de alimentos pidieron la solidaridad nacional para que les compraran los alimentos que iban a vender en el evento.

Al final de la tarde, otro  grupo de afectados con la compra de boletas protestó en Bogotá y causó algunos destrozos en Casa Babylon, local comercial ubicado en Chapinero, que se afirma es de propiedad del odontólogo Casallas.

Remote video URL
Medidas tomadas desde la SIC tras la cancelación del Festival / SIC

 

Y de nuevo la Superintendencia de Industria y Comercio se pronunció hacia las 6 y 30pm, una vez conocidos nuevos hechos.

El organismo de control anunció que abrió investigación administrativa contra la empresa organizadora. También cesar la publicidad del evento. Así mismo, requerir al proveedor Operaciones y Servicios Turísticos, SAS, propietario de Playa Hawái en Ibagué donde se iba a hacer el festival. Además compulsó copias a la Fiscalía.

La fila de reclamantes es larga, miles compradores de boletas de Colombia y el exterior, artistas, empresarios, proveedores de alimentos e infraestructura quedaron en el aire. 

Entre tanto, el odontólogo Alejandro Casallas y su hermana desaparecieron. Una multitud enfurecida los busca y les pide que respondan. Serán las autoridades las que definan su responsabilidad en un fiasco llamado Festival Jamming 2022.

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