Uso excesivo de antibióticos durante la pandemia agudiza la crisis de resistencia hacia el Covid-19

Durante la pandemia de Covid-19, un preocupante 75% de los pacientes hospitalizados recibió tratamiento con antibióticos, a pesar de que sólo el 8% presentaba infecciones bacterianas que justificaran tal uso. Esta práctica ha sido identificada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un factor clave que podría haber intensificado la resistencia a los antimicrobianos (AMR), una amenaza emergente para la salud pública mundial.

El excesivo recurso a los antibióticos ha preocupado a los expertos de la salud, especialmente porque las consecuencias de la AMR no se limitan al ámbito médico. Según datos de 2019, la resistencia antimicrobiana fue responsable directamente de aproximadamente 1.27 millones de muertes y contribuyó a otras 4.19 millones en todo el mundo.

Ante este escenario, la OMS ha lanzado un llamado urgente a mejorar el uso racional de los antibióticos. La organización subraya la importancia de adherirse a prácticas médicas que minimicen las consecuencias negativas para los pacientes y las comunidades, evitando tratamientos innecesarios y promoviendo la educación sobre la resistencia antimicrobiana.

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Un análisis realizado por la OMS, basado en datos de 450,000 pacientes hospitalizados en 65 países desde enero de 2020 hasta marzo de 2023, revela notables diferencias regionales en la administración de antibióticos. Mientras que en Oriente Medio y África el 83% de los pacientes hospitalizados recibió antibióticos, en la región de Asia-Pacífico esta cifra fue del 33%. Los pacientes con formas más graves de Covid-19 recibieron antibióticos en un 81% de los casos.

Este uso desproporcionado de antibióticos no solo plantea un desafío para la salud, sino también para la economía global. El Banco Mundial estima que la AMR podría causar pérdidas económicas anuales de entre 1 y 3.4 billones de dólares al PIB global para finales de esta década.

Ante la magnitud de este desafío, la comunidad internacional está llamada a tomar medidas decisivas para abordar la crisis de la AMR, promoviendo un uso más prudente de los recursos médicos. 

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