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Porno Deepfake: ¿qué es, quiénes los practican y por qué es un problema?
El crecimiento de esta tendencia pornográfica basada en la IA plantea problemas legales por la falta de regulación y control por parte de las autoridades.
En la era de la inteligencia artificial, se ha popularizado el fenómeno de los "deepfakes", que son vídeos generados por IA que superponen rostros de personas reales en contenido audiovisual pornográfico, sin permiso de las mismas. Este se ha convertido en un problema que plantea desafíos legales, sociales y tecnológicos.
Deepfakes: Tendencia en crecimiento
Investigaciones recientes señalan que los deepfakes pornográficos han aumentado en los últimos años desde 2019. Para mayo de 2023, se habían registrado cerca de 150,000 de estos vídeos en 30 sitios diferentes. La gravedad de este fenómeno no se detiene allí: incluso celebridades como Emma Watson y Taylor Swift han visto sus rostros insertados en contenido pornográfico sin su consentimiento.
Grandes empresas y Deepfakes
Las grandes empresas tecnológicas no son ajenas a esta problemática. Google, Amazon, Microsoft y Twitter están vinculadas al aumento de los deepfakes pornográficos. Google es el principal impulsor de tráfico hacia sitios de deepfakes, mientras que Twitter difunde regularmente este tipo de contenido. Amazon, Microsoft y Cloudflare proveen servicios de alojamiento cruciales para los sitios que hospedan estos vídeos.
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Un desafío clave en la lucha contra los deepfakes pornográficos radica en la falta de regulación efectiva. Aunque algunos estados en EE. UU. han aprobado leyes para abordar esta problemática, la carencia de una legislación unificada dificulta su aplicación. Actualmente, no existen leyes federales que penalicen la creación o distribución de deepfakes pornográficos no consensuados.
Activistas en busca de regulación
Para abordar esta amenaza, expertos y víctimas están explorando una nueva táctica: presionar a las grandes empresas tecnológicas que brindan servicios a los sitios de deepfakes. Aprovechan la dependencia de estas plataformas en servicios como alojamiento web y servicios de búsqueda. Instan a estas empresas a retirar el contenido dañino generado por IA.
Los activistas también buscan que las empresas tecnológicas asuman una mayor responsabilidad en la propagación de deepfakes. Apelan a motores de búsqueda y redes sociales para que limiten la difusión de este contenido. Se plantea la idea de verificar si los individuos han otorgado su consentimiento para el uso de su imagen en estos vídeos.
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