Personal de salud abandona Teorama en el Catatumbo por amenazas de grupos armados

El corregimiento de Aserrío, en la zona rural del municipio de Teorama, Norte de Santander, ha quedado sin servicios de atención médica debido a las amenazas de grupos armados que operan en el área.

La crisis humanitaria se agudiza en esta región del Catatumbo, afectada por enfrentamientos entre el ELN y disidencias de las Farc, los cuales han dejado muertos, heridos y desplazamientos forzados.

El director del Instituto Departamental de Salud (IDS), Fernando Álvarez, confirmó la salida del personal sanitario asignado al puesto de salud del corregimiento.

Según explicó, tanto la auxiliar de enfermería como el conductor de la ambulancia se vieron obligados a abandonar la zona debido a las amenazas directas recibidas.

Esto ha provocado que la población local quede sin acceso a servicios médicos básicos, lo que les obliga a trasladarse al casco urbano de Teorama para recibir atención.

Esta situación no es exclusiva de Aserrío, ya que también se informó sobre la retirada de un médico que prestaba servicios en la E.S.E. del Hospital Noroccidental del Catatumbo.

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Álvarez señaló que este tipo de situaciones se repiten en varios municipios de la región, donde el personal de salud enfrenta constantes riesgos al estar expuesto al fuego cruzado y a los actos violentos derivados del conflicto armado.

De acuerdo con el reporte del Puesto de Mando Unificado (PMU) instalado en la zona, los enfrentamientos recientes han dejado un saldo de 11 personas heridas en diferentes municipios del Catatumbo: seis en Tibú, cuatro en Teorama y una en San Calixto.

Además, la población civil, compuesta por adultos mayores, niños y mujeres embarazadas, enfrenta graves dificultades para acceder a servicios médicos en medio de esta crisis.

En este contexto, los habitantes de la región no solo sufren las consecuencias directas de los enfrentamientos, sino también la falta de atención sanitaria para tratar problemas de salud comunes y urgencias médicas.

Las acciones violentas en la zona rural de los municipios afectados han profundizado las condiciones de vulnerabilidad, dejando a la población sin alternativas inmediatas para satisfacer sus necesidades de salud.

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