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UNGRD sin cambios: seis meses después de ruptura de boquete Cara e’ gato todo sigue igual
Tras el escándalo de corrupción las soluciones en varias regiones no se ven. Cuestionan a director Carlos Carrillo por promesas incumplidas.
Han pasado seis meses desde que un boquete de 62 metros de ancho se abrió en el jarillón de Cara ’e gato, en San Jacinto del Cauca, Mojana, sin que se haya reiniciado la obra para su cerramiento.
Este proyecto, que fue contratado por el Gobierno nacional a través de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd) con un presupuesto de aproximadamente 130 mil millones de pesos, tenía como objetivo principal evitar la entrada de agua a la región de la Mojana, meta que aún no se ha alcanzado. Con el tiempo, el boquete ha adquirido características de "elefante blanco".
El Pacto Social por la Mojana, una agrupación local preocupada por la situación, señala que los sacos de arena empleados en la construcción del cerramiento se han vaciado en parte, debido a que los pescadores, al utilizar sus embarcaciones para subsistir, han tropezado accidentalmente con ellos.
Pese a la finalización formal del contrato con el Consorcio RCG, la firma interventora, cuestionada en múltiples ocasiones, continúa en la zona sin realizar ninguna actividad.
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Miembros del Pacto Social, como Oswaldo Díaz Pupo y Camilo Daza Regino, critican que el equipo de la firma interventora siga en el lugar sin motivo aparente, pues la maquinaria presente permanece inactiva desde hace más de tres meses. En sus palabras, "no entendemos qué supervisan si no hay avances en la obra".
La situación en la Mojana se ha complicado debido a la falta de atención por parte del actual gobierno. Oswaldo Díaz, junto con otros representantes de la comunidad, expresa que, si bien en el pasado recibían promesas por parte de Carlos Carrillo, actual director de la Ungrd, hoy en día no obtienen ni siquiera eso.
La sensación de abandono ha ido en aumento, y hasta en la reciente COP 16, la región ni siquiera fue mencionada, lo cual ha generado una profunda desilusión en la comunidad.
A la espera de un fallo del tribunal de arbitramento que determine el futuro del proyecto, la comunidad observa cómo el boquete, de 62 metros de ancho y 17 metros de profundidad, permanece abierto.
Rodrigo García, otro miembro del Pacto Social, advierte que la situación es crítica, ya que la falta de un cerramiento adecuado pone en riesgo a los habitantes por posibles inundaciones, además de afectar la producción de alimentos, generando escasez de comida y limitando las posibilidades de cultivo.
Ante la inacción gubernamental, el Pacto Social se dirigió al gobernador de Córdoba, Erasmo Zuleta Bechara, en busca de un apoyo que visibilice las necesidades de la Mojana.
No obstante, las últimas acciones del Gobierno, desde el levantamiento de un paro en agosto, se limitan a la terminación del contrato original, sin una implementación efectiva de medidas de emergencia. Los habitantes de la región critican que las "ayudas" consisten únicamente en materiales para construir refugios temporales, lo que consideran insuficiente.
Nelson William Álvarez Rodríguez, representante legal de la Junta de Acción Comunal de Gavaldá, en Guaranda, denuncia que las ollas comunitarias que antes brindaban apoyo alimentario no se han reactivado.
Además, menciona que el director de la Ungrd, Carlos Carrillo, aún no ha liquidado las deudas relacionadas con los proveedores de las primeras ollas comunitarias, lo que ha generado tensiones adicionales en la comunidad.
A pesar de la aparente indiferencia gubernamental, los habitantes de la Mojana han emprendido una colecta de fondos para la construcción de hexápodos de concreto, estructuras que esperan sirvan para cerrar el boquete. Hasta el momento, se han recaudado cerca de 9 millones de pesos en dinero y materiales, y esperan que los municipios de la región también colaboren en este esfuerzo.
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