Protesta minera en Antioquia: exigen frenar operativos militares y cumplir acuerdos

Desde este lunes festivo, mineros tradicionales del Nordeste y Magdalena Medio antioqueño iniciaron un paro indefinido en el sector conocido como Porce, bloqueando una de las principales vías de la región. La protesta surge por los incumplimientos del Gobierno nacional en los acuerdos de formalización minera y por la falta de garantías de seguridad, luego del asesinato del líder Jaime Galleo, alias 'Mongo', presuntamente a manos del Clan del Golfo.

¿Por qué protestan los mineros?

Los manifestantes, agrupados en la Mesa Minera Segovia-Remedios, denuncian que el Gobierno de Gustavo Petro no ha cumplido con los compromisos pactados a finales del 2023, entre los que se destacan:

✔ Avances en la formalización de la minería ancestral y tradicional.
✔ Cese de operativos militares que destruyen o incautan maquinaria.
✔ Mayor protección frente a las amenazas de grupos armados.

Yarley Marín, presidente de la Mesa Minera, aseguró que las comunidades están siendo "estigmatizadas y vulneradas" por las políticas del Ministerio de Defensa, que trata el tema minero como un problema de orden público y no como una cuestión social y económica.

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Además, exigen justicia por el crimen de 'Mongo', ocurrido el 10 de marzo, y denuncian que han presentado 33 denuncias por amenazas, panfletos y ataques contra mineros informales en la zona.

Frente a las protestas, Álvaro Pardo, presidente de la Agencia Nacional de Minería (ANM), aseguró que el Gobierno está dispuesto a dialogar y que ya se han realizado esfuerzos para avanzar en la formalización de pequeños y medianos mineros.

"Estamos listos para abrir el territorio, yo insisto en que no hace falta hacer un paro. De pronto tenemos que sentarnos a hablar, pero nosotros hemos hecho toda la tarea", declaró Pardo.

Sin embargo, los mineros aseguran que los acuerdos de Caucasia (2024), donde se pactó un plan de caracterización y legalización, no se han materializado.

Uno de los detonantes de la protesta fue el asesinato de Jaime Galleo, un reconocido líder minero que habría sido asesinado por el Clan del Golfo. Este crimen evidenció la frágil seguridad en una región donde los grupos ilegales controlan la minería ilegal y extorsionan a los trabajadores tradicionales.

Los manifestantes denuncian que, pese a sus reclamos, no hay garantías para ejercer la minería sin ser víctimas de violencia.

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