Pajarita Caucana: El símbolo artístico de la hoja de coca

La hoja de coca no es cocaína. Es un elemento que está siendo utilizado, incluso, para la tintorería. Se trata de un proyecto liderado por cuatro mujeres diseñadoras y artistas que invitan al rediseño de la planta y la moda en el país.

La idea nació hace un año cuando las diseñadoras Daniela Rubio, Mónica Suárez, María Alejandra Torres adelantaban un trabajo en El Tambo, Cauca.

En la región se realizó un trabajo con mujeres campesinas, productoras de seda y tejedoras. Durante el recorrido de trabajo, intercambio y desarrollo de colección de prendas de seda, se pensó en procesos más sostenibles.

Se llegó, entonces, a la tintorería natural. Se inició con los conocimientos regionales y profesionales un laboratorio de tintes vegetales. En el proyecto participaron artesanas de Agroarte, agricultoras de El Tambo y diseñadores del centro del país.

El objetivo era explorar las platas tintoras de la región en la búsqueda de la creación de una colección de prendas con una mirada sostenible. Durante el proceso se descubrió el potencial de la coca. 

La Agencia de Periodismo Investigativo habló con Daniel Rubio, una de las diseñadoras y quien continúa con el proyecto sobre el objetivo de este tipo de tintorería, el futuro de la campaña y la transformación social.

Rubio le explicó a esta Agencia que tras la experimentación con la hoja de coca se logró “una muestra de 96 colores que varían desde los cafés, crema, amarillo, amarillos fuertes, una gama super amplia de verdes”, narró.

Junto a la muestra, una profundización en la investigación del proyecto y el apoyo internacional para continuar con la labor desde la región. Se continuó haciendo un proceso de cambio de PH del baño tintorio para conocer las alternativas de la hoja de coca.

Luego, fueron invitados los diseñadores Nicolás Rivero y Juanita García para tinturar una prenda de Agroarte. Junto al hecho, se realizó un taller en Bogotá con cinco marcas para hacer el mismo ejercicio y presentar al mundo de la moda una nueva alternativa.

Pajarita Caucana representa hoy para los diseñadores y los originarios la memoria de sus raíces, de troncos, hojas y flores. Desde el conjunto de personas profesionales se preguntan “¿qué historias cuentan los colores de la coca?”. Aun en el proceso de conocer la respuesta, se encaminan en darla a conocer.

Se trata, sin duda, de una plata ancestral que se enfrenta a ser erradicada y extinguida fuera del contexto social de toda una comunidad y actualmente del aporte a la tintorería natural que surge en el país desde El Tambo.

El objetivo del proyecto Pajarita Caucana es explorar las propiedades de la planta tintórea promoviendo los cruces entre artesanía, arte, diseño y moda para construir desde allí nuevas narrativas.

Así mismo, se busca generar conversaciones a partir de la hoja de coca. Según Daniela Rubio para API, se busca:

Redefinir su rol dentro de nuestra sociedad desde el color y cambiar el imaginario que tenemos de la planta y de los territorios donde de cultiva

Por otro lado, el grupo de diseñadoras y creadoras que se complementan con las mujeres de la región, creen que las propiedades de la hoja de coca:

Puede abrirle paso a otras investigaciones sobre usos alternos de la planta y ojalá también poder implementar el pigmento en la moda sostenible

Incluso el proyecto ha servido para ser relacionado con el proceso de paz. Para una de las mujeres que conforma el proyecto: la hoja de coca puede “des estigmatizar o cambiar de narrativa desde el arte textil”.

Se busca con Pajarita Caucana, “exaltar el valor de la artesanía y el trabajo de sericultura que se hace allá y seguir generando estos cruces entre moda, arte y artesanía”. 

Proceso de transformación

Sobre la transformación de la hoja de coca, esta Agencia pudo confirmar que la mutación de hoja de coca al tinte es una labor cuidadosa que comienza con la preparación de las fibras de seda con mordientes.

Al proceso se le suman sustancias químicas que les permiten recibir y fijar el color. Después de cosechar las hojas preparamos un baño de tintura y al igual que otras infusiones, cuidamos el calor y el agua en grandes ollas de aluminio.

Tras el proceso, la variación en los colores es el resultado de los cambios en el PH de la infusión, que progresivamente hemos modificado con sustancias como el hierro, el alumbre, el bicarbonato de sodio o el ácido cítrico hasta lograr una muestra de 96 colores.

Para las personas que hacen parte del proyecto, este ha sido un proceso pausado, pero:

Lleno de paciencia, que reconoce el oficio y el hacer de cada una de las personas que hacen parte de Pajarita Caucana. Tal vez en eso se parece al proceso de construcción de paz que nuestro país atraviesa, en el que es fundamental preguntarnos ¿qué nuevas historias podemos contar con la coca? 

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