Dos militares heridos en ataque en la vía Zaragoza-Segovia; van 15 atentados del Clan del Golfo en Antioquia

La violencia contra la fuerza pública en Antioquia continúa escalando. En la noche del jueves, un nuevo atentado del Clan del Golfo dejó dos militares heridos tras la activación de un artefacto explosivo en la vía que conecta a Zaragoza con Segovia. 

El ataque ocurrió a la altura de la vereda La Porquera, en el Nordeste antioqueño, cuando un camión del Ejército transitaba por el corredor vial. La explosión también afectó a varios vehículos particulares que circulaban por la zona.

Los uniformados lesionados, pertenecientes al Batallón de Infantería n.º VIII, habían culminado labores de patrullaje en el Bajo Cauca y se dirigían a su base en Segovia. Tras recibir atención médica en el hospital San Rafael de Zaragoza, fueron dados de alta debido a que las heridas no comprometían su vida, informó el Ejército.

El comando de la Séptima División confirmó que, tras el atentado, se reorganizó el dispositivo militar, se aseguró el perímetro y continúan las operaciones para dar con los responsables, identificados como integrantes de la subestructura Jorge Mario Valle del Clan del Golfo. Esta facción es el resultado de una alianza entre las estructuras Jorge Iván Arboleda Garcés y Uldar Cardona Rueda, lo que ha potenciado su capacidad ofensiva tanto contra otras organizaciones armadas ilegales como contra las autoridades.

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Desde el Martes Santo, ya se han registrado 15 atentados atribuidos al Clan del Golfo en Antioquia, como parte de una ofensiva posterior a la muerte de José Miguel Demoya Hernández, alias Chirimoya, cabecilla de este grupo, durante un operativo policial en La Apartada, Córdoba. 

Esta arremetida ha dejado cuatro uniformados muertos (tres policías y un soldado) y al menos 24 personas heridas, entre ellas 15 policías, tres soldados y seis civiles.

Según las autoridades, el Clan del Golfo —también conocido como Ejército Gaitanista de Colombia (EGC)— estaría ofreciendo hasta tres millones de pesos a quienes atenten contra miembros de la Policía y el Ejército, además de incentivos internos como ascensos dentro de su estructura criminal.

Los ataques se concentran en municipios estratégicos para el grupo armado como Chigorodó, Mutatá, Carepa, Remedios, El Bagre y Uramita, entre otros. Expertos advierten que el cese al fuego acordado entre diciembre de 2022 y marzo de 2023, suspendido tras múltiples violaciones, habría permitido el fortalecimiento del grupo, que ahora ejecuta un presunto plan pistola para debilitar la presencia del Estado en zonas clave del departamento.

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