Disidencias seducen con sueldos millonarios a excombatientes para retornar a la guerra

El anhelo de una Colombia pacífica y estable parece cada vez más distante de convertirse en realidad. A pesar de los esfuerzos y las promesas, la violencia continúa siendo una sombra ominosa sobre el país. Recientemente, se ha descubierto una inquietante estrategia empleada por las disidencias de las antiguas Farc para reclutar nuevos miembros: ofrecer salarios mensuales que oscilan entre los 2 y los 10 millones de pesos a los desmovilizados que deseen regresar a la guerra.

Pastor Alape, dirigente del Partido Comunes y exguerrillero de las Farc, reveló a El Colombiano que el Estado Mayor Central de las disidencias está atrayendo a los desmovilizados con la promesa de ingresos económicos generosos. Esta oferta, que varía según la experiencia criminal del individuo, ha debilitado a muchas personas que se sienten desilusionadas por los incumplimientos y la falta de oportunidades que enfrentan tras su reincorporación a la sociedad.

Los desmovilizados, que alguna vez confiaron en la promesa de un futuro pacífico, ahora se ven confrontados con la difícil realidad de que sus proyectos de vida están amenazados por la falta de apoyo y oportunidades reales. A esto se suma la presión ejercida por las disidencias, que aprovechan la vulnerabilidad de estos individuos para tentarlos con salarios tentadores y la posibilidad de regresar a la vida armada.

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Es importante destacar que, aunque no se tiene certeza sobre el número exacto de desmovilizados que han sucumbido a estas ofertas, la situación es alarmante y requiere una acción urgente por parte del Estado y la sociedad en su conjunto. La reincorporación de los excombatientes debe ser una prioridad, brindándoles las condiciones necesarias para construir un futuro digno y pacífico.

La situación se agrava con el fracaso de los proyectos productivos diseñados para los excombatientes. Según advierten algunos desmovilizados, al menos el 70 % de estos proyectos están a punto de fracasar debido a problemas de sostenibilidad. La falta de planificación adecuada ha llevado a una crisis que amenaza con socavar los esfuerzos de reincorporación.

El Gobierno, por su parte, ha desembolsado importantes sumas de dinero para respaldar los proyectos productivos de los desmovilizados. Sin embargo, la falta de asesoramiento empresarial y la ausencia de participación del sector empresarial en el proceso han generado serias deficiencias en la implementación de estos proyectos.

Mientras tanto, el Estado Mayor Central de las disidencias continúa expandiendo su presencia en el país, reclutando a nuevos miembros y fortaleciendo su estructura. Con presencia en 234 municipios y 19 departamentos, y más de 4.000 hombres y mujeres armados, esta disidencia representa una grave amenaza para la estabilidad y la paz en Colombia.

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