Colombia ha perdido el 90% de sus glaciares y los nevados restantes están en extinción

Colombia enfrenta una crisis ambiental sin precedentes debido a la acelerada desaparición de sus glaciares. Según un estudio del ministerio de Ambiente, el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) y Parques Nacionales Naturales, el país ha perdido el 90% de su cobertura glaciar en las últimas décadas, quedando apenas 33 km² en seis nevados que están en proceso de extinción.

El informe revela que la reducción anual de los glaciares oscila entre el 3 y el 5%. Solo entre 2021 y 2022, el retroceso fue del 3,2%, lo que equivale a 1,11 km², un área similar a 156 canchas de fútbol. El fenómeno ha sido más evidente en el Nevado Santa Isabel, donde el glaciar Conejeras se redujo drásticamente y finalmente desapareció en 2024, impulsado por los efectos del Fenómeno de El Niño.

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"La área glaciar del país disminuye cada año entre un 3 y 5%”, advirtió la ministra de Ambiente, Lena Estrada Añokazi. Además, destacó que los glaciares cumplen un papel fundamental en la regulación del clima y el abastecimiento de agua dulce, recursos esenciales para la biodiversidad y las comunidades.

Por su parte, la directora del Ideam, Ghisliane Echeverry, subrayó que la entidad ha monitoreado estos ecosistemas por más de 20 años con el fin de generar conciencia sobre su importancia y promover acciones de sostenibilidad. 

"Estos ecosistemas tienen un gran valor en la regulación hídrica y el abastecimiento de cuerpos de agua esenciales para las comunidades", señaló.

Según el Ideam, la situación actual de los nevados en Colombia es crítica. La Sierra Nevada de Santa Marta cuenta con apenas 5,3 km² de hielo, mientras que la Sierra Nevada del Cocuy conserva 12,8 km². 

En el centro del país, el Nevado del Ruiz tiene 7,7 km² de cobertura glaciar, seguido por el Nevado del Huila con 6,5 km². Los más afectados son el Nevado del Tolima y el Nevado Santa Isabel, con apenas 0,5 km² y 0,3 km² respectivamente.

Los expertos advierten que, de continuar esta tendencia, los glaciares del país podrían desaparecer en menos de tres décadas, dejando un impacto irreversible en los ecosistemas y en las comunidades que dependen de ellos.

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