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Presidente Petro expresó su preocupación por la refundación del frente 53 de las Farc
Conozca la historia del Bloque Oriental, la mayor estructura armada de las Farc en Colombia
El anuncio de las disidencias de la 'segunda marquetalia' sobre volver a las armas ha generado una gran preocupación en Colombia, y el presidente Gustavo Petro no ha sido ajeno a esto.
Desde Washington D.C., el mandatario afirmó que el incumplimiento de los acuerdos de paz está teniendo un impacto negativo en Colombia y que está dispuesto a conversar con el presidente de México para destrabar el proceso de paz en ese país.
Asimismo, Petro destacó la importancia de que Venezuela se reintegre al Sistema Interamericano de Derechos Humanos, en declaraciones a Caracol Radio.
Ante el anuncio de la refundación del frente 53 de las Farc, que históricamente operaba en Sumapaz, el gobernador de Cundinamarca, Nicolás García, y la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, anunciaron que citarán un consejo de seguridad para evaluar la situación en el departamento.
El Bloque Oriental fue la mayor estructura armada de las Farc. Uno de los grupos más tenebrosos que llegó a expandir su máquina de guerra sobre el 55% del territorio colombiano.
Desde 1969, el Bloque Oriental inició una campaña expansionista que lo llevó a tener presencia en varios departamentos, como Caquetá, Guaviare, Meta, Arauca, Cundinamarca, Boyacá, Vichada, Casanare, Norte de Santander y Putumayo.
Este grupo se consolidó tras la octava conferencia guerrillera en Guaviare en 1993, en la que Jorge Briceño alias 'El Mono Jojoy' ingresó al secretariado de las Farc.
De acuerdo con la Fiscalía, el Bloque Oriental se financiaba principalmente a través del secuestro, la participación en el narcotráfico, el cobro de impuestos a la minería ilegal y las extorsiones a las personas y empresas con un capital superior al millón de dólares.
En cuanto a la minería ilegal, el Bloque Oriental cobraba cuotas extorsivas a quienes se dedicaban a la explotación de recursos, y por el negocio del narcotráfico, percibía alrededor de $196.000 millones al año en 2013, según lo documentado por la Fiscalía.
El secuestro como fuente de financiación fue desplazado por el cobro de impuestos a la minería ilegal y el narcotráfico, que resultaban más rentables para la subversión.
Ahora tras el pronunciamiento del presidente Petro en su gira en Estados Unidos que culmina hoy, se esperan acciones para enfrentar a una organización que renace ante la ausencia del Estado.
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