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Fuerte lobby de gobierno Petro a fin de conseguir votos en el Congreso para lograr aprobación de reformas
Así están las cuentas partido por partido. Hoy, en inicio de nueva legislatura, ministro del Interior trabaja para convencer uno a uno a los congresistas.
Este jueves se inicia una nueva legislatura en el Congreso de Colombia, y con ella, la administración del presidente Gustavo Petro enfrenta un desafío clave: conseguir los votos suficientes para la aprobación de sus ambiciosas reformas sociales.
La naturaleza fracturada del Congreso y la escasez de alianzas claras ponen en tela de juicio la viabilidad de los proyectos de ley propuestos, a pesar del cálculo meticuloso que se hace para sumar cada posible apoyo.
Aunque Petro ostenta la presidencia, carece de una bancada de Gobierno sólida que respalde firmemente sus propuestas, una carencia que se ha sentido profundamente en su primer año en el cargo. Este escenario obliga a Petro a realizar una especie de danza delicada entre los partidos y coaliciones para conseguir los votos que permitan el trámite de sus reformas.
El panorama político es complicado. En el Senado, de 108 curules, solo 40 están en manos de una coalición segura conformada por el Pacto Histórico, la Coalición Alianza Verde Centro Esperanza y los partidos minoritarios.
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Los 13 escaños del Partido Liberal, a pesar de su declaración pro-gobierno, se encuentran divididos, generando dudas sobre su apoyo incondicional a las reformas de Petro. El Conservador (15) y el Partido de la U (10) mantienen una posición independiente, y 38 curules están en un terreno neutral, aumentando la incertidumbre.
El equilibrio de poder en el Congreso podría verse alterado por la elección del Presidente del Senado, que se definirá entre la senadora Angélica Lozano, aliada a pesar de sus diferencias con el Gobierno, e Iván Name, crítico de Petro y preferido por los partidos tradicionales.
En la Cámara de Representantes, de 188 asientos, solo 69 están en manos de congresistas afines al Gobierno, mientras que 81 son independientes y 38 pertenecen a la oposición, con Cambio Radical recientemente declarado contrario al Gobierno. Aquí, se espera que Andrés Calle, aliado cercano de Petro, asuma la presidencia, lo que podría simplificar los trámites legislativos.
A pesar de la lucha por el poder en ambas cámaras, la aprobación de las reformas de Petro no está garantizada. Recientemente, tanto la reforma laboral como la política cayeron, y las propuestas de reformas a la salud y a las pensiones solo lograron su aprobación en primer debate.
Los legisladores advierten que el Gobierno puede optar por reconstruir relaciones en las primeras semanas de la legislatura o seguir el mismo tono combativo que caracterizó el cierre de su primer año legislativo, corriendo el riesgo de alienar a los partidos.
En este escenario de incertidumbre, parece que la única constante es la necesidad de que el Gobierno concilie y busque puntos medios en lugar de imponer sus reformas. "El Gobierno debe sentarse a conciliar, pero claramente no quiere hacerlo", dijo el senador de Cambio Radical, David Luna. "Si el Presidente Petro no deja de lado el ego y la soberbia, seguramente verá cómo se hunden de nuevo sus reformas porque en el Congreso es clave entender que desde el disenso siempre se construye el consenso".
Con el Congreso al borde de una resolución ajustada, la capacidad de Petro para negociar y conciliar será puesta a prueba en las próximas semanas, mientras los legisladores se preparan para debatir y votar.
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