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Así fueron los últimos momentos entre el presidente Petro y el minhacienda Ricardo Bonilla antes de renunciar
Un cúmulo de tensiones y hechos desencadenaron en la repentina dimisión del funcionario clave en el gobierno.
Ricardo Bonilla González, ministro de Hacienda y Crédito Público, presentó su carta de renuncia irrevocable al presidente Gustavo Petro en medio de un nuevo escándalo que compromete a altas esferas del gobierno.
La renuncia se dio pocas horas después de que Bonilla radicara ante la Fiscalía General de la Nación una denuncia por el presunto delito de tráfico de influencias que salpica al presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa Barragán, y al hijo de la primera dama, Nicolás Alcocer.
El epicentro del caso gira en torno a presuntas irregularidades en la Junta Directiva de Urrá S.A., relacionadas con la adjudicación de contratos para el desarrollo del Parque Solar Urrá 19.9, un proyecto cuyo avance ha sido retrasado durante más de dos años. Según se indica en la denuncia, habría una supuesta interferencia para favorecer a aliados cercanos del gobierno en la asignación de estos contratos.
Detalles de la denuncia
El 16 de abril de este año, el consorcio LuxPower 2022, encargado de la construcción del parque solar, envió una carta al presidente encargado de Urrá S.A., Eduardo Díaz, en la que exponían graves irregularidades.
En el documento, mencionaron "numerosos incidentes delictivos" que afectaron la seguridad y la estabilidad del proyecto, incluyendo la pérdida reiterada de materiales y un incendio intencional en las cercanías de la infraestructura.
En la denuncia presentada por el hasta hoy ministro de Hacienda solicita que se investigue si Nicolás Alcocer utilizó su influencia para presionar a la Junta Directiva de Urrá S.A. con el fin de obtener beneficios personales o favorecer intereses de terceros.
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De confirmarse estas acusaciones, el caso representaría un nuevo escándalo para el gobierno en un momento clave de su gestión.
Sin embargo, el primer mandatario, a través de su red social X, aseguró que le solicitaba la renuncia no porque creyera culpable a Bonilla en el caso de corrupción de la UNGRD, si no para que pudiera defenderse apartado del cargo.
En un extenso mensaje, indicó,
"Espero por tanto la renuncia de un gran compañero y profesor honesto, el doctor Ricardo Bonilla, secretario de Hacienda de Bogotá Humana, que la dejó en su mejor momento financiero, y gran ministro de Hacienda, que sacó a Colombia de la recesión por el sobre endeudamiento que dejó Duque".
Y agregó, "Espero su renuncia, no porque crea que es culpable, sino porque lo quieren despedazar por ser leal al programa de gobierno y quieren derribar inconstitucionalmente ese gobierno, porque quiero que sea un economista como Varoufakis y no como Tsipras, porque no voy a permitir que se acorrale al pueblo con extorsiones, y porque usaré la constitución si el congreso se deja llevar de quienes extorsionan y buscan el golpe inconstitucional, porque mi deber es ayudar con todo a la gente que trabaja y estudia, y no arrodillarme ante quienes sirven los más poderosos intereses de la codicia y la insensibilidad con los humildes. Espero su renuncia porque ahora debe dedicarse a su defensa sin mancha de usar el poder en su defensa"
Un mensaje que causó suspicacias porque hasta hace 24 horas atrás había defendido a capa y espada a Bonilla luego de conocerse la declaración jurada en Fiscalía, de la asesora del ministro, Alejandra Benavides, por el caso de corrupción de la UNGRD, en el que la exfuncionaria aseguró que el ministro la había usado y que él había comprado votos de congresistas para que aprobaran proyectos de ley.
Carta de renuncia del ministro Ricardo Bonilla
En su carta, Ricardo Bonilla afirmó su decisión de renunciar para enfrentar las acusaciones como ciudadano particular, desligado de su rol como ministro. Reiteró su confianza en la Fiscalía y subrayó que no usará su cargo público para defenderse. Además, manifestó que las circunstancias actuales requieren su total concentración en el proceso judicial para evitar que las investigaciones afecten la agenda pública del gobierno.
La misiva también incluyó críticas al diseño institucional de la Comisión Interparlamentaria de Crédito Público, señalando que las demoras en la emisión de conceptos no vinculantes han creado un terreno propicio para maniobras que afectan a los funcionarios en cargos de alta responsabilidad.
"Me retiro con la frente en alto, confiado en demostrar que no compré silencios, ni votos de congresistas, ni cupos indicativos, ni cometí delito alguno en provecho personal", concluyó Bonilla en su carta.
Carta completa
Me permito presentar renuncia irrevocable al cargo de Ministro de Hacienda y Crédito Público de
Colombia.
Dije siempre que respeto el trabajo de la Fiscalía y que no usaría mi cargo en el gabinete para defenderme.
Considero, que ha llegado la hora de asumir con mi equipo jurídico mi defensa como ciudadano, desprovisto de mi condición de funcionario público, para concentrarme en el proceso y evitar cualquier daño al devenir del gobierno en su agenda pública.
Estos duros episodios dejan lecciones sobre el diseño institucional de la Comisión Interparlamentaria de crédito público. Las permanentes dilaciones en el otorgamiento de conceptos, no vinculantes, se prestan a maniobras que dejan al ministro de turno en aprietos.
Me retiro con la frente en alto confiado en convencer a mis investigadores que no compré silencios, ni votos de congresistas, ni cupos indicativos, ni cometí delito alguno en provecho personal.
Las finanzas del país gozan de buena salud y la estabilidad fiscal se mantiene a pesar de las circunstancias internas y externas que nos correspondió afrontar.
Hago votos porque su gobierno del Cambio, en la recta final de su mandato, consolide el inicio de una Colombia nueva con más inclusión y menos desigualdad.
Con mi perenne agradecimiento y aprecio, cordial saludo,
Ricardo Bonilla González
Ministro de Hacienda y Crédito Público
Así las cosas, el gobierno enfrenta sus horas más aciagas por cuenta de dos escándalos de corrupción que se están cruzando: la UNGRD y la Hidroeléctrica de Urra, con dos protagonistas en contraste; Ricardo Roa pleno de cuestionamientos y Nicolás Alcocer, hijo adoptado por el presidente Petro con un bajo perfil hasta ahora pero con ambiciones que hasta ahora salen a luz pública.
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