Cientos de policías británicos con antecedentes criminales y que no debieron superar los controles necesarios para acceder a las fuerzas del orden están trabajando en el cuerpo, señala un informe.
El inspector de las fuerzas del orden, Matt Parr, investigó ocho órganos policiales en Inglaterra y Gales, y observó que muchos de los controles resultaron "cuestionables", tras detectar, por ejemplo, el caso de un agente que estaba trabajando a pesar de haber sido condenado por violencia machista y otro acusado de agresión sexual.
"Es demasiado fácil que entren las personas equivocadas", dijo el inspector en declaraciones hoy a los medios.
De los 725 casos revisados, el inspector consideró inquietante que a 131 de ellos se les autorizase servir en la policía.
El informe, que ha detectado casos de misoginia y conducta sexual inapropiada, fue encargado tras el asesinato en marzo de 2021 en Londres de Sarah Everard por un oficial en servicio, lo que planteó dudas sobre el reclutamiento y la investigación policial.
Lea también: Así podrán inscribirse los vendedores ambulantes a casetas del distrito
A raíz de la fuerte polémica que este caso generó, la exministra del Interior Priti Patel había encargado la investigación en la cual se interrogaron a 11.000 agentes, Por su parte algunas mujeres denunciaron que "un número alarmante alegó un comportamiento atroz por parte de colegas hombres".
Para acceder a la fuerza policial, los interesados están sometidos a una investigación sobre antecedentes. Sin embargo, el análisis del inspector halló que los oficiales superaron esa prueba a pesar de tener antecedentes penales, ser sospechosos de delitos graves, tener deudas sustanciales o tener familiares vinculados al crimen organizado.
"Si la policía quiere recuperar la confianza del público y proteger a sus propios agentes y personal femenino, la investigación de antecedentes debe ser mucho más rigurosa y la conducta sexual inapropiada debe tomarse más en serio", dijo Parr a la BBC.
Información tomada de EFE.