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En Londres también sucede: condenados por hurto de reloj falso que derivó en muerte de director musical
Emmanuel Odunlami fue víctima de varias heridas con arma blanca. Sus verdugos recibieron pena de 31 años de prisión.
Una agrupación criminal ha sido condenada a una pena acumulada de 74 años de prisión tras el asesinato de Emmanuel Odunlami, un destacado director musical de 32 años.
Este trágico evento tuvo lugar a las afueras del conocido restaurante Haz, ubicado en el corazón de Londres, donde la víctima celebraba su cumpleaños.
El ataque fue perpetrado con la intención de robar un reloj Patek Philippe Nautilus, valorado en 300.000 libras esterlinas, el cual, en un giro irónico del destino, resultó ser una réplica.
El desencadenante del ataque fue la observación del reloj por parte de Kavindu Hettarachchi, de 30 años, guardia de seguridad en el evento, quien alertó a sus cómplices, Jordell Menzies, de 27 años, Quincy Ffrench y Louis Vandrose, ambos de 28, quienes se trasladaron armados hasta el lugar. En un intento desesperado por escapar, Odunlami fue alcanzado por Menzies, quien le infligió una estocada mortal en el corazón.
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La sentencia fue dictada en el tribunal de Old Bailey, donde la familia de Odunlami expresó su profundo dolor y la irreparable pérdida que este acto ha representado para ellos, según reportó The Sun.
En palabras de la madre de Emmanuel, el dolor de haber perdido a un ser querido de tal manera ha dejado una marca imborrable en su vida, manifestando una profunda ira y tristeza que antes no conocía.
Subrayó la injusticia de la situación, señalando que mientras los perpetradores eventualmente recuperarán su libertad, dos niños han quedado huérfanos.
Menzies, el principal agresor, fue condenado a un mínimo de 31 años de prisión por asesinato, tras admitir también cargos de robo y homicidio involuntario.
Ffrench y Vandrose, por su parte, recibieron sentencias de al menos 15 años cada uno por homicidio involuntario. Hettarachchi, quien admitió haber cometido el robo, fue encontrado culpable de homicidio y robo, siendo sentenciado a 13 años de cárcel.
Este caso ha resaltado no solo la brutalidad y la premeditación detrás del crimen sino también la trágica ironía de que el objeto del deseo, el reloj Patek Philippe, no fuera genuino.
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