Fallo judicial establece que disidencias de Farc y Eln estuvieron detrás de disturbios de 2019

El caos y la violencia que marcaron el paisaje social y político de Bogotá el 21 de noviembre de 2019, durante el brote de manifestaciones conocido como 'El Estallido Social', fue, según un juez de la República, una maquinación orquestada por las disidencias de las Farc. En una sentencia de 85 páginas se detalla cómo estas facciones insurgentes, encabezadas por 'Iván Mordisco', manipularon los eventos del día para sembrar la desestabilización y el miedo.

La sentencia revela la condena de cuatro individuos: Erika Lorena Flórez Duran, alias 'Katara'; Wilson Reinel Moreno, alias 'Negro' o 'Martín', con un vínculo confirmado con las Farc; Justo Ernesto Villarraga Trujillo, alias 'Justo'; y Greycy Lorena Perilla, alias 'Pola'. 

Todos ellos han recibido penas de entre 18 y 20 años de prisión por una serie de delitos, entre los que se incluyen terrorismo, concierto para delinquir agravado, violencia contra servidor público, daño en bien ajeno y perturbación de vía pública.

El informe pinta una imagen preocupante de cómo los acusados, supuestamente miembros del bloque delictivo conocido como el segundo Manuel Marulanda Vélez de las Farc, utilizaron las plataformas de redes sociales Facebook y WhatsApp para reclutar a jóvenes para participar en actos de vandalismo y para atacar a los miembros de la Policía Nacional y el sistema de transporte masivo TransMilenio.

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Las consignas violentas y gráficas fueron ampliamente distribuidas, con la declaración perturbadora de "a estas personas debemos asesinar" capturada en los mensajes de chat.

Además, el fallo revela la presencia del Ejército de Liberación Nacional, Eln en esta trama. Uno de los condenados, que también tenía vínculos con la guerrilla supuestamente ofreció ponerse en contacto con sus asociados en esa organización para intensificar las protestas. 

Los disturbios no se limitaron a una sola ubicación: el grupo liderado por Erika Lorena Flórez Durán, alias 'Erika', fue particularmente activo en la localidad de Suba, donde se llevó a cabo la quema de autobuses y la organización de "cacerolazos" durante las protestas.

Más allá de los hechos violentos, el fallo también resalta cómo los mensajes de incitación y las instrucciones para los ataques fueron diseminados de forma sistemática y orquestada a través de medios digitales, llevando consigo el logo de las Farc. Tales acciones no sólo pusieron en riesgo la vida e integridad personal de los bogotanos, sino que generaron un ambiente de miedo y angustia generalizado en la ciudad.

En un giro ominoso, la sentencia también detalla la intención de las disidencias de las Farc de prolongar las marchas y los actos de violencia de manera indefinida. Al parecer, reclutaron a jóvenes en universidades y crearon un colectivo jurídico con el propósito expreso de desacreditar a la fuerza pública, y en particular al Ejército de Colombia que operaba en las zonas veredales.

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