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Alto mando del Ejército en la mira: sospechas sobre privilegios a caballo de general
General Álvaro Segundo Pérez, segundo al mando usaría instalaciones militares para su yegua “La Conquista”.
En el marco de una creciente controversia, el teniente general Álvaro Vicente Pérez, segundo comandante del Ejército, se encuentra en medio de la tormenta.
El foco de la polémica es una yegua de nombre "La Conquista", que parece haber conquistado el afecto del alto oficial, pero que ahora amenaza con desencadenar su caída. La yegua no solo podría ser su favorita, sino que también la ha ubicado en el centro de un escándalo de apropiación indebida de recursos públicos.
La investigación reciente, que ha sacudido la alta dirección del Comando General de las Fuerzas Militares, se centra en si el general Pérez ha estado utilizando la Escuela de Equitación del Ejército, una instalación oficial destinada a la crianza y el adiestramiento de los equinos, como una suerte de guardería personal para su amado animal.
Las alarmas se activaron cuando se hizo pública una PQR (Petición, Queja o Reclamo) que un ciudadano diligente presentó ante el Ejército. El documento, que fue divulgado por Caracol Radio, detallaba el supuesto mal uso de las instalaciones oficiales por parte del general.
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En el corazón de esta denuncia se encuentran las fotografías que el general Pérez había publicado en su perfil de Facebook, en las que se le veía montando su caballo en el Cantón Norte, en Bogotá. El general Pérez, quizás en un intento de controlar el daño, ya ha retirado estas imágenes de su perfil en las redes sociales.
Según la queja, el oficial no estaría cubriendo los gastos de mantenimiento de su equino, que incluyen el alimento, cuidado veterinario y otros costos asociados. En lugar de eso, Pérez estaría utilizando indebidamente los recursos públicos para estos fines.
Las instalaciones de la Escuela de Equitación del Ejército tienen un propósito muy claro: aparte de preparar caballos y jinetes para representar a la institución en competencias equinas, su objetivo es criar y entrenar a los animales que apoyan las operaciones del Ejército en zonas del país donde otros medios de transporte no son viables.
Este caso desafía los principios de transparencia y responsabilidad que deben mantener nuestros militares en el ejercicio de sus funciones. La investigación continúa y queda por ver cómo afectará esto la carrera del general Pérez. Pero sin duda, este escándalo ha dejado una mancha en la reputación del segundo al mando del Ejército. La sociedad espera una pronta resolución, que deje en claro que nadie está por encima de la ley, no importa qué tan alto sea su rango.
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