La recolecta de tapabocas usados en Colombia

Guantes, tapabocas y elementos sanitarios invaden el mar. Los materiales de un solo uso, utilizados a mayor escala debido al Covid-19, representan un daño ambiental. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), tan solo el 15 % de la basura marina flota sobre la superficie del mar; otro 15 % permanece en la columna de agua, y el 70 % restante descansa en el lecho marino.

La situación es crítica. Diariamente millones de personas usan elementos como mascarillas y guantes para protegerse de la infección de enfermedades, pero la misma cantidad estaría invadiendo el agua marina y amenazando el habitad de diversas especies.

Los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer que aproximadamente 87.000 toneladas de equipos de protección personal adquiridos entre marzo de 2020 y noviembre de 2021 fueron enviados a los países a través de una iniciativa conjunta de emergencia. Se estima que la mayor parte de este material ha terminado como basura.

El informe develó que el envío de más de 140 millones de kits de pruebas podría llegar a generar otras 2.600 toneladas de residuos no infecciosos (principalmente plástico) y 731.000 litros de residuos químicos, mientras que el suministro de los más de 8.000 millones de dosis de las vacunas habría producido 144.000 toneladas de residuos adicionales en forma de jeringuillas, agujas y cajas de seguridad.

Así las cosas, un total de 1.560 millones de mascarillas sanitarias acabaron en los mares, dentro de 8.4 millones de toneladas de desperdicios generados con la Covid-19. Incluso se pronosticó que para fines del 2021 llegarían 11 millones de toneladas, de las que 34.000 llegarían al océano y en tres años la mayoría acabará en las playas y zonas costeras.

Pero hay soluciones. ‘Ser Marea’ es una de ellas. Se trata de un proyecto liderado por la artista Laura Ceballos y uno de los ganadores de la convocatoria ‘Cambiarte – Arte por el Cambio Climático’ (CambiARTE), iniciativa del Comité de Gestión Financiera, la Agencia Francesa de Desarrollo y Fondo Acción, que apoyan ideas que desde el arte y la creatividad motiven la acción frente al cambio climático.

Y es que desde ‘Ser Marea’ se ha impulsado como una campaña para contrarrestar el daño ambiental de los tapabocas luego de ser usados y así reconocer el poder que se tiene para redirigir los residuos, juntar personas para recolectar, inspirar y transformar.

La recolección de tapabocas está llevando a la transformación de material y evitar el daño en el ecosistema. La campaña busca que cada persona reúna 90 tapabocas o done la cantidad que pueda para posteriormente ser recolectados. El elemento sanitario se lava, se le retira el alambre y los elásticos y se introduce en una máquina inyectora que se encarga de derretirlos.

Por un lado, el plástico cae líquido dentro de un molde y por el otro, el material adopta la forma y así surge un nuevo objeto que alargará la vida útil del material. La recolección se adelanta en Bogotá, Santa Marta y Barcelona; sin embargo, hay, de nuevo, problemas.

La más reciente información sobre el proceso evidenció un alto en la recolección de tapabocas debido a que Ser Marea podría ser sancionada por la Secretaría de Salud al no estar autorizadas para hacer el procedimiento.

Así las cosas, la organización ha decidido suspender temporalmente la actividad de recolección hasta conseguir los permisos necesarios y hasta que esto ocurra seguirán surgiendo miles de desechos sanitarios que llegan al daño del ecosistema marino.

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