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El impacto del dinero de los jeques árabes en el deporte: ¿Revolución o amenaza?

Así está transformando la industria deportiva a nivel mundial el dinero de Oriente Medio y sus incidencias en la calidad y rendimiento de los deportistas.

El emir Tamin bin Hamad al Thani y Messi
Por Agencia Periodismo Investigativo | Jue, 18/05/2023 - 12:02 Créditos: Twitter

Desde 2008, los propietarios de Oriente Medio han incursionado en el fútbol europeo, con adquisiciones notables como el Manchester City, el Paris Saint-Germain y el Newcastle United. Recientemente, Qatar y Arabia Saudita han mostrado interés en equipos como el Manchester United y el KV Oostende de Bélgica. 

Este fenómeno también se ha extendido a nivel nacional, con Qatar como anfitrión de la Copa del Mundo y la Liga Pro Saudita atrayendo a jugadores de renombre como Cristiano Ronaldo. 

En una publicación especial la revista Forbes detalló cómo el dinero de los jeques árabes está transformando el deporte, muchas veces en detrimento de la calidad y del espíritu deportivo. 

Forbes asegura que no solo los petrodólares han impactado el fútbol también otros deportes, por ejemplo, el lanzamiento del LIV Golf Tour atrajo estrellas como Mickelson y Johnson, mientras que Arabia Saudita ha organizado peleas de boxeo, artes marciales mixtas y eventos de la WWE. 

Estos países también se han unido al calendario de la Fórmula 1 junto con Bahréin y los Emiratos Árabes Unidos. En enero, los Emiratos Árabes Unidos lanzaron una liga de cricket, y Arabia Saudita tiene planes de convertirse en un centro de deportes electrónicos para 2030 con una inversión de 38 mil millones de dólares. Además, Arabia Saudita ha comprometido miles de millones de dólares en patrocinios deportivos de fútbol.

El impacto económico en el golf ha sido significativo. LIV Golf ha ofrecido grandes premios y pagos garantizados, atrayendo a los mejores golfistas del mundo. Según Forbes, los siete golfistas de LIV se encuentran entre los atletas mejor pagados del mundo, con ganancias combinadas de 499 millones de dólares en los últimos 12 meses. 

Esto ha llevado al PGA Tour a aumentar sus bolsas de premios y bonos para mantener a sus jugadores estrella, como Jon Rahm, quien ya ha ganado 14,5 millones de dólares en premios esta temporada.

A nivel futbolístico, los propietarios de Oriente Medio han influido en el mercado de jugadores, elevando los costos de transferencia y salarios. 

El Manchester City estableció un récord británico al fichar a Jack Grealish por 139 millones de dólares, y el Paris Saint-Germain cuenta con tres de los jugadores mejor pagados del mundo en su plantilla. Esta tendencia ha llevado a un aumento generalizado de las valoraciones de los equipos en el deporte.

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Sin embargo, se plantean preocupaciones sobre el equilibrio competitivo y el cumplimiento de las reglas financieras. Los clubes propiedad de Oriente Medio tienen un capital considerable, y las regulaciones de Juego Limpio Financiero buscan evitar que los gastos superen los ingresos del club. 

Aunque estas reglas tienen como objetivo nivelar el campo de juego, algunos argumentan que perpetúan una jerarquía en lugar de promover la igualdad. También existe la preocupación de que los clubes intenten eludir las reglas a través de patrocinios falsos para inflar sus ingresos.

Además, se plantean interrogantes sobre el lavado deportivo y los derechos humanos en los países de Oriente Medio. Algunos críticos argumentan que estas inversiones buscan mejorar la imagen pública de estos países.

El auge del dinero saudí está causando un impacto significativo en el mundo del deporte, afectando los salarios de los atletas y generando controversia en cuanto al equilibrio competitivo. 

Estrellas del fútbol y golfistas están siendo beneficiados por la riqueza proveniente de Oriente Medio, pero algunos temen que los nuevos y adinerados grupos de propietarios estén alterando la competitividad en sus respectivas disciplinas.

Lionel Messi, el renombrado jugador de fútbol, ha estado vinculado estrechamente con inversionistas saudíes, lo cual ha tenido consecuencias tanto positivas como negativas para él y su club, el Paris Saint-Germain (PSG). Recientemente, Messi regresó a la alineación del PSG después de cumplir una suspensión de dos semanas debido a una falta en los entrenamientos, la cual se atribuye a su viaje obligatorio a Arabia Saudita en calidad de embajador turístico para el reino. 

Se ha especulado ampliamente sobre la posibilidad de que Messi abandone Francia para unirse al club saudí Al Hilal durante el próximo verano, en un contrato que podría valer cientos de millones de dólares anuales. Sin embargo, tanto los representantes de Messi como el equipo han negado la existencia de cualquier acuerdo vigente.

Messi no es el único deportista de renombre con vínculos en Oriente Medio. En la lista de los 50 atletas mejor remunerados del mundo, se encuentran siete golfistas de la gira LIV Golf respaldada por Arabia Saudita. Además, otro futbolista destacado, Cristiano Ronaldo, dejó el fútbol europeo para unirse al Al Nassr de Arabia Saudita en enero. 

En el ámbito del boxeo, el pugilista Anthony Joshua luchó contra Oleksandr Usyk en Arabia Saudita en agosto pasado. También es destacable la presencia de Kylian Mbappé y Neymar, quienes juegan junto a Messi en el PSG, equipo propiedad de Qatar. Neymar, además, cuenta con el respaldo de Qatar Airways. Por su parte, Lewis Hamilton y Max Verstappen, pilotos de Fórmula 1, compiten en cuatro países de Oriente Medio durante este año.

El flujo de dinero proveniente de Arabia Saudita está transformando el panorama deportivo mundial. A medida que los atletas más destacados se ven atraídos por las ofertas económicas tentadoras, se ha generado una creciente preocupación acerca de la afectación al equilibrio competitivo en diversas disciplinas. 

Si bien algunos ven estos acuerdos como una oportunidad para los deportistas de maximizar sus ganancias y asegurar su futuro financiero, otros argumentan que esta nueva realidad puede socavar la sana competencia en el deporte.

En conclusión, el dinero proveniente de Arabia Saudita ha desencadenado una revolución en el mundo deportivo, con jugadores de fútbol estrella, golfistas y otros atletas beneficiándose de la riqueza de Oriente Medio. Aunque existen preocupaciones sobre el impacto en el equilibrio competitivo, los vínculos entre los deportistas y los inversionistas saudíes continúan creciendo.

 

 

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