Ataque al bus de Millonarios en Barranquilla: otro caso de violencia en el fútbol

La violencia alrededor del fútbol en Colombia volvió a empañar la celebración deportiva este jueves, luego del empate entre Junior y Millonarios en el estadio Metropolitano de Barranquilla. Pese a las estrictas medidas de seguridad implementadas por la Policía y las autoridades locales, el bus del equipo visitante fue atacado a la salida del recinto, generando preocupación por la falta de control fuera del estadio.

Según el reporte oficial de la Policía, el ataque fue perpetrado por una sola persona, aparentemente sin afiliación a grupos de hinchas, quien arrojó una piedra que impactó contra una de las ventanillas del bus de Millonarios, rompiéndola. Aunque el arquero Álvaro Montero resultó afectado por los fragmentos de vidrio caídos, afortunadamente no sufrió heridas graves. A su salida de Barranquilla, la Policía no reportó más incidentes con los jugadores del equipo.

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Para el encuentro, la Policía Metropolitana de Barranquilla, en coordinación con la alcaldía y los organizadores, había desplegado un robusto operativo de seguridad compuesto por 750 uniformados y 130 cámaras de reconocimiento facial. Este dispositivo permitió un control riguroso dentro del estadio y garantizó la seguridad de los asistentes. Sin embargo, tras la dispersión de las barras, una vez terminado el evento, el ataque se produjo en las inmediaciones, resaltando la necesidad de fortalecer la vigilancia fuera de los estadios.

Este incidente ocurre menos de dos semanas después de que un hincha del América de Cali fuera apuñalado fuera del mismo estadio Metropolitano, en un enfrentamiento que llevó al agresor a la cárcel por tentativa de homicidio. Ese mismo día, otro barrista fue sancionado con una prohibición de entrada al estadio durante cinco años tras agredir a un grupo de mujeres.

La jornada de controles de seguridad arrojó además otros resultados importantes, la incautación de siete dosis de narcóticos y un arma blanca, así como sanciones a cuatro personas por mal comportamiento. Estos sucesos evidencian el desafío que enfrentan las autoridades para erradicar la violencia en el entorno del fútbol, a pesar de los esfuerzos por mantener un ambiente seguro en los estadios y sus alrededores.

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