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Sandra Ramírez, senadora de Farc en líos por denuncias de escoger niñas para abusos de jefes guerrilleros
Víctimas recordaron y denunciaron la situación.

Durante una entrevista en Caracol Radio, una mujer identificada como Deisy relató los hechos que marcaron su infancia tras haber sido reclutada a los once años por la entonces guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Según su testimonio, durante el tiempo que permaneció en poder del grupo armado fue víctima de múltiples formas de violencia, entre ellas violencia sexual y trabajos forzados.
En su relato, cuestionó el papel de figuras políticas actuales que en el pasado formaron parte de dicha organización, particularmente el de la senadora Sandra Ramírez.
Las declaraciones de Deisy se producen como respuesta a recientes manifestaciones de la senadora Ramírez, quien negó haber participado en la selección de niñas para ser entregadas a comandantes de las FARC.
Ante esto, la entrevistada reafirmó sus acusaciones y expresó que, aunque en su momento no tuvo cómo recolectar pruebas, sus vivencias no pueden ser invalidadas por la ausencia de documentos. “En la selva no había manera de sacar pruebas”, declaró.
La mujer aseguró que fue testigo de cómo varias menores eran utilizadas como señuelos para los altos mandos del grupo insurgente. Afirmó que, pese al paso del tiempo, mantiene en su memoria los rostros de quienes, según dijo, ejercieron poder para ordenar castigos y permitir actos de violencia.
“Estoy dispuesta a enfrentarme cara a cara con la senadora Ramírez. Tal vez el cargo que hoy ocupa y su salario le permitan silenciar a muchos, pero no pueden borrar lo que vi y viví”, expresó.
Además de Ramírez, Deisy mencionó a otros antiguos líderes de la guerrilla, actualmente en cargos de representación política, a quienes también responsabilizó por hechos similares.
Entre los nombres mencionados están los de Pablo Catatumbo, Julián Gallo (Lozada), Pastor Alape (Tornillo) y Rodrigo Londoño (Timochenko). Deisy indicó que muchos de estos excomandantes, ahora figuras públicas, no han sido llamados por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) para rendir cuentas por estos actos.
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Durante la entrevista, la mujer relató que vivió años de abuso físico y sexual. Dijo haber desarrollado lesiones permanentes en cadera y manos, consecuencia directa de los maltratos sufridos.
Aseguró que las secuelas no solo han sido físicas, sino también emocionales, y que éstas persisten a pesar del tiempo transcurrido desde su desvinculación del grupo armado.
El conflicto, según narró, no solo le arrebató su infancia sino también su núcleo familiar. Afirmó que antes de su reclutamiento, varios de sus hermanos fueron víctimas de hechos violentos y que sus padres fallecieron sin haber logrado reencontrarse con ella. Recordó, entre lágrimas, el asesinato de una de sus hermanas menores al poco tiempo de que ella fuera llevada por el grupo armado en 2002.
Pese a las consecuencias, Deisy sostuvo que ha encontrado una fuente de fortaleza en su familia actual. Indicó que tiene cinco hijos, por quienes ha luchado por reconstruir su vida. Aseguró que, aunque su situación económica es precaria y trabaja en labores domésticas, ha procurado brindar a sus hijos acceso a la educación como medio para romper con los ciclos de exclusión y pobreza que marcaron su pasado.
En la misma conversación radial, la mujer cuestionó la actuación de la Jurisdicción Especial para la Paz. Indicó que, pese a haber sido reconocida por la Unidad para las Víctimas como sujeto de ocho hechos victimizantes, no ha sido tenida en cuenta por la JEP para presentar su testimonio.
También denunció que no ha recibido reparación alguna ni ha sido escuchada por los responsables de los hechos que afectaron su vida y la de su familia.
“Lo que vivimos no puede quedar en la impunidad”, concluyó. En su declaración final hizo un llamado a las autoridades para que permitan a las víctimas exponer sus relatos sin necesidad de recurrir a representación legal que muchas no pueden costear.
Afirmó que, mientras los responsables sigan sin ser juzgados y las instituciones encargadas de administrar justicia no actúen, los sobrevivientes continuarán siendo revictimizados.
Las declaraciones de Deisy se suman a otros testimonios similares registrados por organizaciones defensoras de derechos humanos, los cuales buscan aportar al esclarecimiento de los crímenes cometidos durante el conflicto armado colombiano y a los procesos de justicia transicional promovidos desde la firma del Acuerdo de Paz.
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