Entre persecuciones y disparos, las autoridades capturaron a comienzos de esta semana a Greilyn Fernando Varón Cadena, alias ‘Martin Bala’. Una operación que fue divulgada con bombos y platillos, al punto que mereció un pronunciamiento del presidente Iván Duque, su ministro de Defensa, Guillermo Botero y el director de la policía, Óscar Atehortúa.
#Bogotá Fue capturado Greilyn F. Varón Cadena, alias ‘Martín Bala’, cabecilla de ‘La Gran Alianza’, organización criminal integrada por antiguos narcotraficantes del extinto cartel del Norte del Valle. #ElQueLaHaceLaPaga pic.twitter.com/acdpUyzMDa
— Iván Duque (@IvanDuque) 23 de mayo de 2019
Sin embargo, el hoy señalado de gran capo y gestor de la estructura delincuencial denominada ‘La Gran Alianza”, ya había sido capturado el 28 de mayo de 2013 por el delito de falsedad material en documento público, en un proceso a cargo del Juzgado 57 Penal Municipal de Bogotá, que lo condenó.
Pese a información de las autoridades de inteligencia, quienes lo señalaban como el presunto responsable del 52% de los homicidios en el departamento del Valle. Curiosamente, solo era requerido por falsedad en documento público lo que le implicaba una pena de apenas cuatro años de prisión. Un hecho que se convirtió en un dolor de cabeza para el Inpec, pero en el fondo y desde hace varios años, se sabía que era un tenebroso capo del narcotráfico.
Apenas se conoció de su captura, el pasado 22 de mayo, el presidente de la República, Iván Duque, afirmó, 'Martín Bala', un criminal de la peor ralea, ha sembrado el terror en muchos lugares del Valle del Cauca”. En el operativo hubo enfrentamiento entre sus lugartenientes y la policía. Una lucha que terminó con la colisión del vehículo, en el que pretendía huir, contra un árbol en plena zona urbana de Cali.
De esta forma, ‘Martín Bala’, a sus 36 años de edad, se convirtió en el nuevo símbolo de la lucha contra el crimen organizado del gobierno Duque. Un capo de la mafia con oscuros antecedentes que ya había estado tras las rejas en el año 2013. Ahora, seis años después, es señalado públicamente de ser el gestor de una estructura de tráfico de estupefacientes, oficina de cobro y repartición “amigable” del departamento del Valle con los herederos de los capos y los que otrora reinaron en el norte de esa región que quieren recuperar su poder, luego de pagar sus penas por narcotráfico en cárceles de Estados Unidos.
El prontuario del temido mafioso, data, según los registros oficiales del año 2013, cuando las autoridades penitenciarias quedaron en el peor de los mundos por su cuenta. El manejo de un procesado clasificado como de alto perfil delincuencial, pero sindicado de un delito casi que excarcelable, y oficialmente, sin otros requerimientos, se convirtió en una puja constante entre las autoridades penitenciarias, judiciales y la defensa del capo.
“Información de inteligencia, a través de la Dijin de la policía, sabía de su prontuario. Pero sus abogados, querían hacerlo ver cómo una persona que no resultaba un peligro para la sociedad”, indicó un oficial que conoció las andanzas de ‘Martín Bala’. Se trata del heredero de Martín Fernando Varón, quien trabajó para Víctor Patiño Fómeque, otrora miembro del Cartel de Cali, conocido como ‘El Químico’, hombre cercano a los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela, quienes actualmente pagan condena en Estados Unidos.
Las gestas mafiosas de ‘Martín Bala’ son recordadas. Apenas fue recluido en la cárcel La Picota al sur de Bogotá, quiso tomar el control del penal., “Se generaron roces con alias ‘guacamayo’ uno de los testaferros de alias ‘don Diego’. Allí, se disputaron el control dentro de ese pabellón, ingreso de celulares, objetos prohibidos, licor y mujeres; tenía un poder corruptor impresionante”, afirmó a la Agencia de Periodismo Investigativo, API, una fuente de inteligencia de la Policía Nacional.
‘Martín Bala’, quién paradójicamente, estaba recluido por un delito menor, había sido capturado en el año 2013 con una herida por arma de fuego que estaba sanando. Sin embargo, utilizó sus cortadas para lograr remisiones médicas frecuentes. Según inteligencia, “le apuntaba a una fuga en medio de una remisión o a una detención domiciliaria, argumentando razones de salud. También se tuvo información de que hizo lo imposible por ser trasladado a la cárcel de Jamundí, para estar más cerca de su centro de operaciones”.
Pero las heridas que aparentemente, eran de cuidado y delicadas para temas judiciales y administrativos, pasaban a un segundo plano cuando se trataba de mantener su poder al interior del penal, “Tuvo una riña con un interno que lo hirió con arma blanca. Y como tenía heridas por arma de fuego que habían sido causadas antes de ingresar al penal, las usó para planificar una fuga o para lograr una domiciliaria”.
En contraste, a pesar de la información que tenían las autoridades de inteligencia de policía y ejército, los procesos ante la justicia, que permitieran su judicializacion por sus verdaderos delitos, no avanzaban a buen ritmo. Y ‘Martín Bala’, continuaba procesado por un delito menor.
Incluso, información de inteligencia indicaba que el capo tenía un plan de fuga en la cárcel La Picota de Bogotá, por lo que era necesario que su custodia se realizara en cárceles de alta seguridad. Con un detalle en particular, “apenas llegaba a una de estas prisiones se rasgaba una herida que mantenía abierta a la altura de su abdomen, lo que implicaba el traslado nuevamente a Bogotá a donde era remitido con frecuencia porque gozaba del servicio de medicina prepagada, con limitaciones de cobertura en algunos municipios donde funcionan los penales”, señala la fuente de inteligencia.
Así las cosas, días después de su captura, se inició una avalancha de remisiones médicas. El 26 de junio de 2013, se firmó el traslado de alias ‘Martín Bala’ de La Picota, Torre F, Patio 11 a Medicina Legal. Luego, el 15 de julio de ese mismo año, se ordenó su traslado a la Asociación Médica de Los Andes, en el norte de Bogotá, para realizarle una valoración de anestesiología, cirugía de fístula intestinal y anestesia general.
Con la herida siempre abierta, pero con excusas diversas, como que no había pagado la cuota de la medicina prepagada, o los exámenes que le formulaban médicos de las principales clínicas de la ciudad; se realizaba la remisión pero luego advertía que no los podía efectuar porque no tenía el dinero.
Las tretas por cuenta de una herida que el interno no permitía que sanara, según fuentes penitenciarias y médicas, que tuvieron a cargo su caso, continuaban ejecutandose. El 31 de julio de 2013, fue traslado en la mañana a la Fundación Santafe, en donde fue hospitalizado para realizar una evaluación preoperatoria.
Tantas remisiones médicas encendieron las alarmas de los organismos de inteligencia, lo que generó que la dirección del Inpec, ordenara el traslado de ‘Martin Bala’ al pabellón especial del Complejo Carcelario y Penitenciario de Ibagué, Coiba, pues se tenía información que estaba planeando una fuga.
Las alarmas seguían encendidas. A finales de septiembre de 2013, fue necesario un nuevo traslado. Esta vez, desde el Bloque 5, piso 9, Unidad de Tratamiento Especial UTE de la cárcel de alta seguridad en Ibagué a la Casa de Especialistas Medicadiz en esa ciudad.
Una semana después, la historia se repitió, en la misma clínica pero con otro médico. Insatisfecho con la atención en Ibagué, el capo solicitó cita con otro especialista, una semana después, en la clínica Reina Sofía de Bogotá
Las citas médicas de 'Martín Bala' continuaban. En octubre del mismo año, se realizó una nueva remisión asistencial, esta vez a la Fundación Santafe. Allí se hizo la toma de un tac abdominal. Del 21 al 30 de ese mes, se realizaron tres visitas a la clínica Reina Sofía. Una consulta con otorrinolaringologia, otra con cirugía general y una más para otro tac abdominal contrastado.
Todas sus vueltas médicas rindieron frutos adicionales. El 27 de diciembre de 2013, el Juzgado Tercero de Ejecución de Penas le concedió a ‘Martín Bala’, la prisión domiciliaria.
Pero los beneficios de la justicia no cesaron. De hecho, el 24 de diciembre de 2013, el Juez Tercero de Ejecución de Penas de Bogotá, le otorgó la reclusión en casa, pero la Procuraduría apeló y logró revocar la medida. No obstante, la justicia lo amparó bajo la figura de reclusión hospitalaria, en el anexo de enfermería de La Picota.
Con activos abogados que insistieron en medidas sustitutivas, el 6 de agosto de 2014, el juez del caso le concedió al capo prisión domiciliaria, en su casa ubicada en el sector de Usaquén, al norte de Bogotá. Pero ‘Martín Bala’ fue más allá y el 14 de abril de 2015, solicitó al funcionario judicial, permiso para salir de su domicilio a fin de ejercitarse en un parque cercano a su vivienda, que según él, le habían ordenado sus médicos.
De igual forma, también solicitó el traslado de su residencia al municipio de Chia, Cundinamarca y el retiro de mecanismo de vigilancia electrónica, es decir brazalete, para efectuar un procedimiento médico, peticiones que fueron negadas.
Sin embargo, el 16 de junio de 2015, el juez de ejecución de penas le otorgó más beneficios. Lo favoreció con libertad condicional por un mes y 26 días, luego del pago de una caución de $523.000. Un mes después, le concedió la libertad por pena cumplida. En esencia, pagó dos años y dos meses de condena, de los cuales 15 fueron en prisión y 11 en su domicilio.
No obstante, ‘Martín Bala’ tenía otra cuenta por pagar con la justicia. El 27 de julio de 2015, la Policía Nacional, lo capturó nuevamente para que cumpliera una pena por fabricación, tráfico y porte ilegal de armas, asunto pendiente desde 2009.
Para sorpresa, al día siguiente de la captura, un juez le concedió la prisión domiciliaria, argumentando que tenía una grave enfermedad. Cuatro meses después, el juez de ejecución de penas, le autorizó la suspensión del dispositivo electrónico para permitir unos exámenes médicos y le concedió el cambio de domicilio a Medellín.
Ya en la capital paisa, el Juzgado Séptimo de Ejecución de Penas de esa ciudad, le otorgó, a pesar de su grave enfermedad, una redención de pena de 131 días por estudio y trabajo en su domicilio. Ese mismo día, el 18 de febrero de 2016, le entregó otra buena noticia, la libertad condicional. Para ello, le fijo como periodo de prueba un año, dos meses y dieciseis días y el pago de $300.000 pesos de caución.
Para ese entonces, el capo, ya sabía que sus hermanas Ingrid Edith y Maribel Varón Cadena, habían sido capturadas por narcotráfico y lavado de activos, luego de ser solicitadas en extradición por autoridades de España.
Esta semana, cinco años después, de su primera captura, el gobierno confirmó la aprehensión de ‘Martín Bala’. A sus 36 años de edad, es señalado de ser un gran capo que opera en el departamento del Valle y gestor de una oficina de cobro.
En otras palabras, tenía un prontuario que era conocido por las autoridades en su primera captura pero que no avanzó en los estrados judiciales y que de haber sido efectiva, se hubiera evitado una nueva ola de violencia en el sur del país.