Condena a hospital que no atendió a estudiante de derecho y luego falleció

El Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Atlántico emitió un fallo condenatorio contra el Hospital Municipal de Puerto Colombia a raíz de un incidente de negligencia médica que tuvo lugar en 2015. 

Esta decisión se produce tras una apelación presentada por la familia de José Ricardo Soto López, un joven estudiante de derecho que falleció el 6 de junio de ese año después de ser denegado el servicio médico adecuado por el mencionado hospital.

Hace ocho años, este caso capturó la atención pública a raíz de unas imágenes perturbadoras de cámaras de seguridad del hospital. Las mismas mostraban una agónica escena donde el joven parecía luchar por su vida mientras personas angustiadas intentaban obtener ayuda, y sorprendentemente, la indiferencia del personal médico y agentes de policía presentes en la escena. Este incidente ocurrió el 23 de mayo de 2015.

Tras este lamentable suceso, Soto López fue trasladado a la Clínica General del Norte donde estuvo en coma en la unidad de cuidados intensivos durante 13 días hasta su fallecimiento. 

Su muerte fue causada por una falla multisistémica que afectó diversos órganos vitales. Contrariamente a las primeras especulaciones, el Instituto de Medicina Legal determinó que el deceso no fue a causa de agresiones físicas sino debido a varias fallas orgánicas, siendo el "infarto agudo del miocardio" la principal causa.

En busca de justicia, la familia Soto López inició una batalla legal, presentando denuncias tanto en la Fiscalía por lesiones personales y homicidio contra personas indeterminadas, como a nivel administrativo por la negligencia del Hospital Municipal de Puerto Colombia.

Miller Soto, hermano de la víctima y abogado encargado del caso, comunicó a El Heraldo su percepción de la reciente decisión judicial como un "acto de justicia", subrayando la negligencia del hospital en el tratamiento de su hermano. "Si no hubiera sido por ese trato negligente, el resultado habría sido diferente", añadió. El tribunal, además de condenar al hospital, ordenó una compensación de 300 SMLMV.

Pese a este triunfo legal, Miller Soto expresó que la familia sigue sintiendo un profundo vacío. Agradeció al Tribunal por no permitir que la muerte de su hermano quedara impune y subrayó su decepción ante la falta de avances en el ámbito penal, dejando muchas preguntas aún sin respuesta. Sin embargo, confiado, finalizó sus declaraciones señalando: "Como creyentes firmes, dejamos todo en manos de Dios".

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