Trabajadoras sexuales denuncian discriminación tras cerramiento de Parque Lleras de Medellín

Más de mil trabajadoras sexuales del Parque Lleras en Medellín han expresado su descontento por la discriminación que, según ellas, están ocultas tras el cerramiento del espacio público en el sector. 

El alcalde Daniel Quintero ofreció el inicio del cercado del parque con la promesa de mejorar la seguridad del área y combatir el tráfico de drogas, la explotación sexual y los robos. Sin embargo, las trabajadoras sexuales se quejan de que esta medida solo las desplazan a otras zonas de la ciudad, como el Parque de El Poblado y la 10.

Valentina Lizcano, portavoz de la fundación Un Segundo Camino, ha afirmado que la solución no es desplazar a estas mujeres, sino proporcionarles herramientas y programas para mejorar su situación. 

Según Lizcano, en el Parque Lleras ejercen la prostitución cerca de 1.000 mujeres, 600 colombianas y 400 venezolanas. La exclusión a la que se verán otros sujetos en el Parque Lleras solo las obligará a buscar alternativas, lo que podría conducirlas a zonas de la ciudad.

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El alcalde Quintero ha rechazado las críticas y ha defendido el éxito del cerramiento en Plaza Botero, donde según él solo 15 mujeres ejercían la prostitución. 

Además, ha señalado que la medida ha reducido la delincuencia en un 31% en hurtos a personas, 38% en hurto a comercio, 52% en hurto a celulares y 30% en lesiones personales en los primeros cuatro meses del año en comparación con el mismo período del año anterior. Sin embargo, estas cifras han sido cuestionadas por concejales y miembros de organizaciones y colectivos sociales.

La ciudadanía también ha expresado su preocupación por la declaración de Quintero de que los negocios tendrán un papel importante en el control de acceso al parque, lo que algunos han interpretado como un guiño a las Convivir. 

Algunos residentes y comerciantes han criticado la medida, ya que temen que la exclusión de las trabajadoras sexuales afecta a sus ingresos.

Lizcano ha manifestado su esperanza de que diferentes dependencias de la Alcaldía garantizan la inclusión de estas mujeres en programas que les proporcionen segundas oportunidades para abandonar las calles. 

Por ahora, le da un mes para que la medida fracase y se evidencie la necesidad de buscar soluciones reales y efectivas para las trabajadoras sexuales de la ciudad.

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