Madre de los niños indígenas rescatados sobrevivió cuatro días en la selva y dio orden a sus hijos

Según las primeras versiones de los niños sobrevivientes al accidente aéreo en el Guaviare y que los mantuvo perdidos durante 40 días en la selva, su madre permaneció con vida durante los cuatros días posteriores al siniestro aéreo, y sería ella quien les pidió que se movieran del lugar e intentaran sobrevivir

En el corazón de la selva colombiana, entre Guaviare y Caquetá, se desplegó una historia de supervivencia y valentía que ha dejado una huella indeleble en todo el mundo. 

Los cuatro hermanitos Ranoque, abandonados a su suerte tras un devastador accidente de avioneta, han sobrevivido durante 40 días en el implacable entorno selvático, y su relato continúa revelando capas de increíble resistencia y coraje.

Manuel Ranoque, el padre de los niños rescatados, ha compartido conmovidos detalles sobre la tragedia que sacudió a su familia. Según Manuel, su hija, que resistió a la terrible adversidad, le reveló que su madre habría permanecido con vida durante cuatro días tras el accidente. 

En sus últimas horas, la madre entregó un doloroso adiós a sus hijos, diciéndoles: "Tal vez, váyanse". La avioneta que transportaba a la familia Ranoque se estrelló en esta zona selvática, dejando a los niños como los únicos supervivientes.

Este drama de supervivencia en la selva cobró un giro de esperanza el viernes 10 de junio, cuando, tras una intensa búsqueda por parte de las Fuerzas Militares, los niños fueron hallados con vida. 

La noticia de su supervivencia después de 40 días perdidos en la selva del Guaviare ha dado la vuelta al mundo, conmocionando a las personas que siguieron el relato de su búsqueda y desaparición tras el accidente aéreo que costó la vida a tres personas, incluyendo a su madre.

El papel de la Guardia Indígena fue crucial en esta operación que se bautizó como la "operación esperanza". Luis Alfredo Acosta, coordinador nacional de la Guardia Indígena, se mostró especialmente emocionado al compartir su experiencia en la operación de búsqueda y rescate. 

“Coordinamos muy bien con las Fuerzas Militares, con mucho respeto, hicimos evaluaciones conjuntas", comentó Acosta. "Nos movimos en áreas muy difíciles y complicadas, con esa fuerza de unidad y espiritual, que nos dio resultado", aseguró.

Entre los héroes de esta historia, no puede dejar de mencionarse a Wilson, el perro que, según Acosta, fue un guardia y un soldado milenario que ayudó considerablemente en la operación. "Wilson acompañó y dio mucha fuerza a los niños", añadió Acosta.

La repercusión del rescate ha resonado a lo largo y ancho de Colombia, uniendo a sus ciudadanos en un sentimiento de alivio y orgullo compartido. "Cuando recibimos la noticia, fue una emoción fuerte, un sentimiento de ser colombiano, de ser papás", admitió Acosta. 

Este testimonio subraya el espíritu de solidaridad y perseverancia que caracteriza a los colombianos y demuestra que, incluso en las circunstancias más adversas, siempre existe un rayo de esperanza.

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