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En medio de llantos y abrazos, madre e hijo se reencuentran tras 30 años de separación

Conflicto armado los alejó. Tres décadas después vuelven a juntarse. Detalles del emotivo encuentro.

Reencuentro familiar
Por Agencia Periodismo Investigativo | Mié, 27/03/2024 - 17:36 Créditos: Defensoría del Pueblo

La búsqueda incansable de una madre por su hijo de más de 30 años ha llegado a su fin. Desde su Regional Magdalena, la Defensoría del Pueblo logró reunir a estos familiares y presenciar un emotivo abrazo después de tres décadas de separación debido al conflicto armado.

Verónica y Jerónimo, nacido hace 52 años cuando ella le dio la vida a su primogénito, volvieron a reencontrase superando el tiempo, la distancia, el conflicto, y las duras condiciones de vivir en la calle.

En uno de los departamentos del Caribe colombiano que vivió más realismo que magia a finales de la década de los años 80, Jerónimo fue arrebatado del seno de su hogar por el conflicto.

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"En ningún momento pensé que mi hijo estaba muerto. A mi hijo lo tenían en una parte de la que no se había podido volar. Yo todo el tiempo pensaba en qué iba a comer él, lo retrataba delante con la gente…" relata Verónica al contar cómo fue el inicio de esa agonía en esas primeras semanas, que luego se convirtieron en meses y más tarde en largas décadas.

Esta madre persistente cuenta que no se despegaba de los programas de televisión para enterarse de las noticias y ver alguna que la condujera a su hijo. Muchos le decían que no contemplara la idea de un milagro de encontrarlo con vida.

"Ya él no está vivo; ¿35 años?... me decían, y yo respondía: sí, está vivo. Nunca perdí la fe, siempre doblaba rodilla, oraba todas las noches", comenta Verónica.

Estaba tan convencida de que estaría de nuevo con Jerónimo que, en 2007, llegó a la Regional Magdalena de la Defensoría del Pueblo, tocó las puertas en búsqueda de respuestas y estas llegaron. Allí comenzó oficialmente su ruta de atención como víctima del conflicto armado. Desde entonces, fue atendida en atención psicológica y jurídica permanente, y estuvo rodeada de una familia de funcionarios.

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"Mientras esta madre era imparable en su búsqueda, Jerónimo intentaba escapar de las garras del conflicto. En su huida maratónica llegó a otra jungla -la de cemento- donde le tocó enfrentar una y otra vez el desconcierto", comentó la Defensoría.

Así fue como llegó hasta Madrid, en Cundinamarca, donde el milagro del reencuentro se puso a su favor. Después de que su salud le jugara una mala pasada, estuvo varias semanas en el Hospital municipal de Santa Matilde, donde fue atendido por profesionales de la Secretaría de Gobierno de Madrid que activaron la ubicación de Jerónimo en ese municipio mediante sistemas de información de atención a víctimas, y permitieron establecer que lo estaba buscando su familia.

Tras las acciones de verificación para establecer plenamente la identidad de Jerónimo, entre ellas la toma de muestra biológica, la Unidad para las Víctimas (UBPD) contactó a Verónica para articular con la Defensoría del Pueblo Regional Magdalena las acciones necesarias que pudieran producir una plena identificación.

Los científicos del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses analizaron las muestras biológicas y lograron establecer que efectivamente eran la madre y el hijo separados por el conflicto. ¡La búsqueda de más de 30 años había terminado!

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