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El salario mínimo en Colombia podría superar $1.400.000 en 2025
El Gobierno y los sectores económicos se preparan para la negociación del salario mínimo, que podría aumentar un 8,5%.
La negociación del salario mínimo en Colombia está próxima a iniciar, con la expectativa de un nuevo ajuste que podría llevar el salario mínimo por encima de $1.400.000 en 2025. Como es habitual, en noviembre comenzarán las discusiones entre empleadores y trabajadores, y en diciembre se definirá el aumento, ya sea por consenso o por decreto presidencial, si las partes no logran llegar a un acuerdo.
El año pasado, las negociaciones fracasaron, lo que llevó al Gobierno de Gustavo Petro a decretar un incremento del 12%, elevando el salario mínimo de $1.160.000 a $1.300.000 (sin incluir el auxilio de transporte). En esa ocasión, el ajuste se basó en una fórmula que combinaba el Índice de Precios al Consumidor (IPC) más un punto de productividad.
Para 2025, las proyecciones del Ministerio de Hacienda señalan que la inflación podría cerrar en un 5,5%. Si se aplica nuevamente la fórmula de ajuste con un incremento tres puntos porcentuales por encima de la inflación, el salario mínimo alcanzaría los $1.410.000, lo que representaría un aumento del 8,5%.
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Sin embargo, este incremento también podría tener implicaciones en otras áreas económicas, ya que Colombia es una economía fuertemente indexada. Factores como multas y arriendos podrían verse impactados por el alza del salario mínimo, lo que ha llevado al Gobierno a replantear estrategias para controlar la inflación, que actualmente se sitúa en 5,81%, superando el objetivo del 3% establecido por el Banco de la República.
Otro aspecto clave será el auxilio de transporte, que en 2024 subió a $162.000. Si se sigue la misma tendencia, podría alcanzar los $180.630 en 2025, lo que reflejaría una mejora en el poder adquisitivo de los trabajadores.
El Ministerio de Trabajo, bajo la dirección de Gloria Inés Ramírez, jugará un rol fundamental en garantizar que las negociaciones sean justas y equitativas, equilibrando las necesidades de los trabajadores con la capacidad financiera de las empresas.
En un contexto de recuperación económica y con la inflación como uno de los principales retos, el Gobierno de Gustavo Petro ha mostrado su disposición a intervenir proactivamente en las discusiones salariales para garantizar la estabilidad económica y social del país.
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