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Presidente Gustavo Petro asegura que en Colombia hay 15.666 norteamericanos ilegales
El primer mandatario informó que pueden iniciar el proceso de regularización de su estadía.
“Los ciudadanos norteamericanos que lo deseen pueden estar en Colombia, yo creo en la libertad humana. Pero están irregulares más de 15.666 y por las leyes colombianas deben regularizar su estadía. No me verán jamás quemando una bandera gringa o haciendo una "ratzia" para devolver los ilegales esposados a EEUU. Los libertarios de verdad jamás agrediremos la libertad humana. Somos lo contrario de los Nazis”, con estas expresiones el presidente Gustavo Petro respondió a la decisión del gobierno de Estados Unidos frente a Colombia.
Y es que el gobierno Trump a través de su Departamento de Estado, ordenó la suspensión de los trámites de visas en su embajada en Colombia como consecuencia de un desacuerdo reciente con el gobierno colombiano. Esta medida se implementará a partir del lunes 27 de enero, según comunicó el Secretario de Estado, Marco Rubio.
La decisión surge después de que el presidente de Colombia, Gustavo Petro, se negara a aceptar dos vuelos con ciudadanos colombianos deportados desde Estados Unidos. Cada vuelo transportaba a 80 personas, previamente detenidas en territorio estadounidense por su condición de migrantes irregulares.
De acuerdo con fuentes oficiales, estos vuelos de repatriación habían sido previamente acordados por funcionarios de ambos países. Sin embargo, la negativa del gobierno colombiano a recibir a los deportados marcó un giro en las relaciones diplomáticas entre las dos naciones.
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El Departamento de Estado informó que esta medida podría ser el primer paso en una serie de acciones adicionales, que serán comunicadas en las próximas horas.
La situación representa un desafío en las relaciones bilaterales, ya que afecta tanto a los ciudadanos que requieren visados como a los procesos migratorios y diplomáticos en curso.
La administración estadounidense, encabezada por Donald Trump, había puesto en marcha los vuelos de deportación como parte de su política migratoria, que busca reducir la presencia de migrantes en situación irregular en su territorio.
Las deportaciones recientes fueron vistas como una continuidad de esa política, pero la respuesta del gobierno colombiano ha generado tensiones inesperadas.
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