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Elecciones en Estados Unidos: Kamala Harris y Donald Trump: ¿Qué se necesita para ser presidente?
Estados Unidos vive una intensa disputa por la Casa Blanca entre la actual vicepresidenta, Kamala Harris, y el expresidente Donald Trump.
Las elecciones presidenciales en Estados Unidos no se definen por el voto popular a nivel nacional, sino por los 538 votos del Colegio Electoral, un sistema que refleja la representación de cada estado en el Congreso.
Para ganar la presidencia, un candidato debe obtener al menos 270 votos electorales, lo que representa la mayoría simple. Este proceso único ha provocado que la atención de ambos partidos se centre en estados clave que pueden cambiar de tendencia y definir el resultado.
En este sistema, cada estado cuenta con un número de electores proporcional a su población, sumando la cantidad de senadores y representantes que tiene en el Congreso. Así, estados con mayor población, como California, que aporta 55 votos electorales, y Texas, con 38, tienen un peso significativo en la elección.
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En contraste, estados menos poblados, como Wyoming, solo disponen de tres votos electorales, lo cual explica la estrategia diferenciada de los candidatos.
A diferencia de lo que sucede en muchos otros países, donde el candidato con más votos a nivel nacional gana automáticamente, en Estados Unidos los resultados pueden ser distintos debido al sistema de "el ganador se lleva todo".
Este método, utilizado en casi todos los estados, otorga la totalidad de los votos electorales al candidato que gana la mayoría del voto popular en ese estado, sin importar si la diferencia es mínima. Sin embargo, Maine y Nebraska aplican un sistema proporcional, que distribuye sus votos de acuerdo con los resultados en distritos específicos, lo que añade una dimensión más compleja a la estrategia electoral.
Precisamente, esta singularidad ha llevado a que Harris y Trump focalizaron sus esfuerzos en los llamados "estados bisagra" o "péndulo". Estados como Florida, Pensilvania, Wisconsin y Michigan, que no tienen una inclinación clara hacia un partido, son decisivos para obtener los votos necesarios.
En cuanto a las preferencias del electorado, se observa una participación más diversa en comparación con elecciones anteriores. Según una encuesta reciente de AP VoteCast, el porcentaje de votantes jóvenes y mujeres ha aumentado en relación con las elecciones de 2020.
Este cambio podría influir en los resultados, especialmente en los estados donde el margen de victoria es históricamente ajustado. Los analistas sugieren que estos grupos podrían inclinarse hacia Harris, quien se ha presentado como una figura que busca la inclusión y el progreso social.
Mientras tanto, Donald Trump ha mantenido una retórica firme en sus discursos, afirmando que aceptará los resultados, aunque ya se han observado ciertas tensiones entre sus seguidores. Durante su votación en Florida, el expresidente declaró a los medios que "no habrá violencia" si los resultados no le son favorables, en un intento de calmar los temores de posibles disturbios, similares a los ocurridos el 6 de enero de 2021.
En un ambiente electoral marcado por la polarización, Harris también ha lanzado mensajes de unidad desde la Casa Blanca. En un comunicado, la vicepresidenta hizo un llamado a la paz y a dejar atrás las divisiones. "Es hora de pasar página y dejar atrás el drama, el conflicto, el miedo y las divisiones", afirmó, dirigiéndose tanto a los votantes demócratas como a aquellos que buscan estabilidad en medio de una elección altamente competitiva.
Así, con los centros de votación abiertos en la mayoría de los estados y las proyecciones comenzando a surgir, el destino de la presidencia de Estados Unidos está en manos del Colegio Electoral. Los próximos días serán determinantes para conocer si será Harris o Trump quien ocupe la Casa Blanca durante los próximos cuatro años.
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