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Cazadores de animales en la mira: con técnicas forenses los están rastreando
Su actividad ilegal es seguida para que respondan ante las autoridades.
En la Academia de Ciencias Forenses de la Fauna Silvestre (WFA), situada a una hora en coche al norte de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, se recrean delitos contra animales silvestres en un almacén equipado para enseñar a estudiantes y guardabosques a manejar pruebas en escenas que involucran crímenes como el asesinato de rinocerontes, envenenamiento de jirafas y mutilación de leones.
Los participantes, vestidos con trajes protectores, aprenden técnicas forenses para contribuir a la lucha contra la caza furtiva, un problema en aumento a nivel mundial que amenaza la diversidad biológica del planeta.
El tráfico de animales y la caza furtiva, especialmente de rinocerontes, han visto un incremento significativo en África, con cerca de 10,000 rinocerontes perdidos en la última década, principalmente en Sudáfrica. Durante 2023, alrededor de 500 rinocerontes fueron cazados ilegalmente, más de 300 de ellos en KwaZulu-Natal.
No obstante, las detenciones y confiscaciones de armas relacionadas con estos crímenes son bajas, destacando la importancia de una capacitación efectiva en técnicas de recolección y manejo de evidencia.
Greg Simpson, cofundador de la WFA, resalta la necesidad de formación forense para incrementar las condenas de cazadores furtivos, dado que muchos delitos ocurren en áreas remotas y sin testigos.
La perturbación accidental de la escena del crimen puede llevar a la contaminación de las pruebas, dificultando la detención y condena de los responsables.
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La academia intenta simular entornos realistas utilizando animales disecados con heridas artificiales y escenarios que incluyen elementos comunes en África, como un paisaje árido y vehículos utilizados por cazadores.
Las huellas y otros rastros son utilizados para enseñar a los participantes cómo recoger y analizar evidencia, culminando con ejercicios en una sala de tribunal donde practican la presentación de pruebas y enfrentan contrainterrogatorios.
Phil Snijman, director de educación en la WFA y ex fiscal del Estado, enfatiza la importancia de la credibilidad de las pruebas en los juicios. Aunque los cursos no convierten a los participantes en expertos forenses, sí los capacitan para manejar adecuadamente las pruebas en escenas de crímenes reales.
La WFA, establecida en 2022, atrae a estudiantes de diversas disciplinas y a guardabosques para cursos de entre una y cuatro semanas. La participación de figuras como Leita Mkhabela, miembro de la unidad antifurtivos Black Mamba, muestra el impacto directo de esta formación en la práctica diaria de los conservacionistas. Los conocimientos adquiridos son fundamentales para aumentar las tasas de condena y disuadir a futuros infractores.
Además de la WFA, se han establecido otros centros forenses en África, y organizaciones como el Fondo Internacional para la Protección de los Animales y su Hábitat (IFAW) han liderado iniciativas de formación, resultando en un aumento en la presentación de casos ante tribunales. La formación es crucial para mejorar la recolección de pruebas y su presentación en juicios.
Kevin Pretorius, de la Green Law Foundation, subraya que la adquisición de habilidades en manejo de pruebas es esencial, ya que una escena del crimen bien documentada puede ser decisiva para vincular a los culpables con los delitos y garantizar su condena.
Para la WFA, la capacitación en ciencias forenses no solo busca mejorar la aplicación de la ley sino también concienciar sobre las amenazas del comercio ilegal de especies y su impacto en la biodiversidad y la salud humana.
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