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Ambientalistas y 50.000 ciudadanos exigen que caballos salvajes no sean asesinados a tiros

Barbarie contra los equinos da la vuelta al mundo.

Caballos salvajes Australia
Por Agencia Periodismo Investigativo | Sáb, 20/01/2024 - 19:24 Créditos: Imagen tomada de Newsweek

En el contexto actual de gestión medioambiental y protección animal, surge una situación compleja en Australia, concretamente en el Parque Nacional Kosciuszko. Casi 50,000 personas han firmado una petición que busca detener el sacrificio de caballos salvajes utilizando armas de fuego. 

Este método fue implementado por el gobierno de Nueva Gales del Sur como parte de un plan para reducir la población de caballos salvajes, conocidos como brumbies, en este parque. Actualmente, se estima que hay aproximadamente 17,000 brumbies en libertad, y el objetivo es disminuir esta cifra a 3,000 para mediados de 2027.

La presencia de estos caballos, introducidos por colonizadores europeos, se ha incrementado significativamente, alcanzando más de 400,000 en todo el continente australiano. 

Esta situación ha generado un impacto considerable en el ecosistema, ya que los caballos, al ser una especie no nativa, representan una amenaza para la flora y fauna local, afectando la supervivencia de especies endémicas y la integridad de los ecosistemas.

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Christopher Dickman, profesor de ecología terrestre de la Universidad de Sídney, destaca la importancia de controlar la población de caballos salvajes para proteger especies autóctonas y comunidades vegetales alpinas. Según Dickman, los brumbies causan daños significativos al ecosistema, como la erosión del suelo y la introducción de especies de plantas no nativas.

El gobierno de Nueva Gales del Sur ha defendido el método de sacrificio aéreo, argumentando que es la forma más efectiva de controlar la población de caballos salvajes. En una prueba realizada en 2020, se eliminaron 270 caballos en dos días. Este método se contrasta con otros como la captura y el realojamiento, que se consideran costosos e inhumanos, ya que a menudo los caballos terminan en mataderos.

Las reacciones en las redes sociales han sido mayoritariamente negativas, con usuarios expresando su desaprobación y compartiendo la petición para detener esta práctica. La petición argumenta que el sacrificio aéreo es aterrador para los animales y que muchos caballos sufren múltiples heridas antes de morir.

El gobierno, sin embargo, asegura que los procedimientos se llevan a cabo con humanidad y eficacia, y que los caballos no sufren innecesariamente. Además, se resalta que los pilotos y tiradores están altamente capacitados para asegurar una muerte rápida y sin sufrimiento para los animales.

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