Crisis sanitaria y hacinamiento impiden el ingreso de nuevos internos a la cárcel Modelo de Bucaramanga

Un grupo de 33 personas privadas de la libertad permanece sin destino fijo tras haber sido trasladadas a la cárcel Modelo de Bucaramanga y no recibir autorización para su ingreso.

La medida se tomó en respuesta a la emergencia sanitaria que enfrenta el penal debido a un brote de tuberculosis y a un alto nivel de hacinamiento, lo que ha generado preocupación en el personal penitenciario y las autoridades de salud.

Brote de tuberculosis y condiciones de hacinamiento

La cárcel alberga a 2.123 internos, de los cuales al menos 85 han sido diagnosticados con tuberculosis, enfermedad causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis.

De estos casos, 54 se encuentran en la fase inicial del tratamiento y 20 en la segunda etapa. Esta enfermedad afecta principalmente los pulmones, aunque también puede comprometer otros órganos, como los riñones, la columna vertebral y el cerebro.

El sistema de vigilancia epidemiológica Sivigila ha registrado 25 casos en lo que va de 2024 y 49 en 2025. Sin embargo, 19 de estos últimos presentaban síntomas desde finales del año anterior sin haber recibido un diagnóstico oportuno.

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La demora en la atención ha sido motivo de críticas por parte de los familiares de los internos, quienes han denunciado la situación en redes sociales.

Además del problema sanitario, la cárcel enfrenta un hacinamiento superior al 70%, lo que dificulta el control de enfermedades de fácil propagación en espacios reducidos y con ventilación deficiente.

Oposición al traslado de nuevos reclusos

El Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) y el Sindicato de Empleados Unidos Penitenciarios (Seup) han manifestado su rechazo a la orden de trasladar más internos al penal en medio de la crisis.

Según los funcionarios, el ingreso de nuevos reclusos representa un riesgo tanto para la población carcelaria como para el personal penitenciario.

El 28 de febrero, los 33 internos fueron llevados a la cárcel, pero su ingreso fue impedido por el personal del Inpec, que argumentó la existencia de una alerta emitida por la Secretaría de Salud de Bucaramanga.

Un vocero del sindicato expresó que las directrices de la Dirección Regional Oriente van en contra de la salud pública y que la crisis sanitaria en el penal ya había sido advertida por las autoridades sanitarias.

Reacciones y exigencias

Los familiares de los internos han exigido atención médica adecuada y medidas urgentes para evitar la propagación de la enfermedad.

La secretaria de Salud de Bucaramanga, Claudia Amaya, señaló que los retrasos en la realización de pruebas diagnósticas han dificultado la respuesta a la emergencia, lo que ha generado preocupación en diversos sectores.

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