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El extraordinario caso del "paciente 91" que estuvo durante 68 días en una Unidad de Cuidados Intensivos por Covid-19
"Si hubiera estado en casi cualquier otro lugar del planeta, estaría muerto. Habrían pulsado el interruptor después de 30 días", dice Stephen Cameron, el piloto escocés de 43 años que pasó 68 días conectado a un respirador en Ho Chi Minh, Vietnam.
Vietnam, con 95 millones de habitantes, ha tenido solo unos pocos casos confirmados, ingresos de UCI de un solo dígito y ni una sola muerte registrada por Covid-19.
Cameron, el último paciente con Covid-19 en una unidad de cuidados intensivos en Vietnam, fue la persona más enferma que los médicos del país han tenido que tratar durante la pandemia.
"Me siento muy honrado por cómo los vietnamitas me llevaron en sus corazones", dice Cameron, "Y, sobre todo, estoy agradecido por la terquedad de los médicos de no querer que yo muriera bajo su cuidado".
Durante casi dos meses y medio Cameron estuvo en coma inducido, dependió de una máquina de oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO, por sus siglas en inglés), que extraía la sangre del cuerpo del paciente y la infundía con oxígeno, antes de bombearla nuevamente. El piloto solo tenía 10% de posibilidades de sobrevivir.
"Tengo suerte de que el único efecto duradero parece ser que mis piernas aún no son lo suficientemente fuertes como para sostenerme, pero estoy haciendo fisioterapia dos veces al día", dice Cameron.
Los médicos tuvieron que lidiar con múltiples complicaciones mientras Cameron estaba en coma: sufrió coágulos de sangre, sus riñones fallaron -lo que significa que necesitaban diálisis- y su capacidad pulmonar se desplomó al 10%.
"Cuando aquí salió en la prensa que necesitaba un trasplante de pulmón, aparentemente mucha gente ofreció sus pulmones, incluido un veterano de la guerra de Vietnam de 70 años", sonríe.
Cameron se enfermó solo unas pocas semanas después de llegar a Vietnam, a principios de febrero. Dos noches antes de pilotar su primer vuelo para Vietnam Airlines, y la noche antes de que la mayoría de los bares y clubes cerraran en la ciudad de Ho Chi Minh, fue a encontrarse con un amigo en el Buddha Bar, que mas tarde sería conocido por contener el brote más grande de Covid-19 en el sur del país, con casi 20 personas.
"Parecía haber un interés de culparme a mí [del brote] por venir del extranjero, ya que había ido a Bangkok una semana antes para gestionar un tema de la visa", dice Cameron, quien está convencido de que él también se contagió en el Buddha Bar, y de que no fue la fuente del brote.
El 18 de marzo, Cameron ingresó en el hospital después de dar positivo de Covid-19, y las autoridades cerraron el bar.
"El estado del 'paciente 91' empeoró muy rápidamente", recuerda Luong Ngoc Khue, quien forma parte del equipo de trabajo sobre el Covid-19 del Ministerio de Salud vietnamita, "Hubo una disminución preocupante de la función no solo de sus pulmones, sino también de sus riñones, hígado y flujo sanguíneo".
"Estaba exhausto porque no podía dormir", recuerda Cameron al pedir un ventilador para poder respirar, luego estuvo en coma durante semanas.
"Nunca pensé que tardaría hasta 10 semanas en despertarme. Recuerdo que me levantaron, me hicieron una traqueotomía y me llevaron por los pasillos del hospital. Los siguientes días son borrosos".
Desde su cama en una habitación privada del Hospital Cho Ray, al otro lado de la ciudad de Ho Chi Minh, Cameron siente las consecuencias de haber permanecido varios meses inmóvil y gravemente enfermo.
Ha perdido 20 kg y sus músculos están tan débiles que le supone un esfuerzo mover su pierna hacia arriba incluso unos pocos centímetros. También sufre fatiga severa y episodios depresivos desde que despertó, además del miedo persistente de que el estrés postraumático pueda estar a la vuelta de la esquina.
Mantener con vida a Cameron costó entre US$5.000 y US$10.000 por día debido a la máquina ECMO, de la que dependió durante ocho semanas y media. Sin embargo, la financiación de su estadía en el Hospital Cho Ray todavía está en el aire.
Ahora, solo desea volver a su casa en Escocia, de momento, tiene un asiento en un vuelo de Vietnam Airlines de regreso a Reino Unido el 12 de julio.
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